martes, 28 de julio de 2020

SAN VÍCTOR, PAPA Y MÁRTIR. —28 de julio.





   En este mismo dia celebra la santa Iglesia la fiesta de san Víctor, papa y mártir: el cual, por la muerte de san Eleuterio, asimismo papa y mártir, pasados cinco días sucedió en la silla de san Pedro, en el dia 1 de junio. Fué africano de nación, e hijo de Félix y varón santísimo y muy digno de aquella santa sede: la cual gobernó nueve años y un mes, y veinte y ocho días, según Baronio. Se mostró muy valeroso este santo pontífice contra los herejes, que en su tiempo infestaron la santa Iglesia, y contra algunos católicos que querían apartarse del uso de la Iglesia romana en la celebración de la pascua. Condenó a Teodoto heresiarca constantinopolitano: el cual, en tiempo de Marco Aurelio Antonino, emperador, habiendo por temor de los tormentos negado la fe de Cristo; después para excusarse inventó nuevas herejías y nuevos errores, y por ellos fué excomulgado del gremio de la Iglesia por este santo pontífice; en cuyo pontificado se levantó entre los obispos del Asia, una muy reñida cuestión sobre la celebración de la pascua; porque a muchos parecía que se debía celebrar el catorceno día de la luna de marzo, en el cual solían los judíos comer el cordero pascual y le comió Cristo nuestro Redentor: y otros decían que se había de celebrar el dia del domingo siguiente, en el cual resucitó el Salvador.


   Para determinar esta cuestión, se hicieron muchos concilios en diversas provincias de Oriente y Poniente: y nuestro santo pontífice Víctor juntó concilio en Roma, y mandó lo que antes había mandado Pio I de este nombre, que se celebrase la pascua el primer domingo que viniese, después de los catorce días de la luna de marzo, así por haber resucitado el domingo, como por no conformarnos con los judíos y por haber sido esto enseñado del apóstol san Pedro y usado siempre la Iglesia romana: el cual decreto después confirmó el santo concilio niceno, y se ha guardado inviolablemente en la Iglesia católica.


   Y tuvo tan gran valor y constancia san Víctor en querer que sus decretos fuesen obedecidos, que estuvo determinado a apartar de la comunión de la Iglesia a todos los obispos y prelados, aunque eran muchos y muy principales que sentían lo contrario: porque con esta ocasión los herejes cobraban fuerzas y prevalecían, y había peligro de algún cisma y grande trabajo en la Iglesia del Señor.


   Otras cosas ordenó Víctor, santas y provechosas que se hallan en los decretos. Y finalmente, en la quinta persecución que padeció la Iglesia, en tiempo del cruel y feroz emperador Septimío Severo, con otros muchos fué martirizado el año 203 de nuestra redención. Su muerte fue en 28 de julio, y su cuerpo fué sepultado en el Vaticano. Hizo dos veces órdenes en el mes de diciembre; ordenó en ellas cuatro presbíteros y siete diáconos; y consagró por diversos lugares doce obispos.



LA LEYENDA DE ORO. —1839.

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