sábado, 2 de noviembre de 2019

ACTO HEROICO DE CALIDAD EL FAVOR DE LAS BENDITAS ALMAS DEL PURGATORIO




Indulgencias concedidas


Los fieles que hicieren el acto Heroico de Caridad en favor de las Almas del Purgatorio se les concede: indulgencia Plenaria aplicable sólo a los difuntos.


1) Cualquier día que recibieren la S. Comunión, si confesados visitaren alguna Iglesia o público Oratorio y oraren a intención del Sumo Pontífice.

2) Cualquier lunes del año, si oyesen la Santa Misa en sufragio de los mismos difuntos y además cumplieren las condiciones acostumbradas.

3) Si por algún impedimento no pudieren recibir la S. Comunión ni oír la Santa Misa, los Obispos Diocesanos pueden delegar a los confesores para conmutar por algunas otras obras piadosas.

4) Los sacerdotes que han recitado el Acto Heroico, gozan del indulto de altar privilegiado personal, todos los días.


(S. Penit. Apost. 26 Enero 1932).




Este acto de caridad, tan agradable a Dios, útil a las Almas del Purgatorio, y provechoso a nosotros mismos, consiste en un voto o donación entera que hacemos de todas nuestras obras satisfactorias en favor de aquellas benditas Almas. Nótese aquí que toda obra buena es a la vez, según el Concilio de Trento, meritoria, imperatoria y satisfactoria. Se dice meritoria, porque con ella logramos un grado más de gracia en este mundo y de gloria para el otro: mérito que a nadie puede cederse, siendo todo de aquel que hace la obra buena. Llamase impetratoria, porque con ella alcanzamos de Dios auxilios oportunos y bienes espirituales y temporales, ya para nosotros mismos, ya también para otros. Dícese por fin satisfactoria, porque con ella pagamos el débito de nuestros pecados y la pena del Purgatorio que les era correspondiente; y este fruto satisfactorio de nuestras obras es, propiamente hablando, el que cedemos a las benditas Ánimas con este voto. A nadie debe imponer el nombre de voto, pues se hace, como se expresa en la fórmula, sin obligación a pecado, siendo más bien una cesión voluntaria, un acto heroico de caridad que un voto riguroso. Y así en nada se expone éste al orden de la caridad, que nos obliga a pedir primero por nuestros parientes difuntos, por los socios de las cofradías a que pertenecemos, etc. Pues poniendo en manos de la Virgen Santísima todas nuestras obras satisfactorias, y conociendo Ella mejor que nosotros cuál es nuestro deber, distribuirá dichas buenas obras entre los parientes, cofrades, etc., según fuere más del agrado de Dios. Por consiguiente, podemos y debemos continuar las oraciones y acostumbradas, dirigidas a obtener de Dios y de los Santos cualquiera gracia que necesitemos. Puede, asimismo, y del Sacerdote aplicar la misa por la intención de quien le diere la limosna, según lo declaró en su concesión la Santidad de Benedicto XIII, agosto 23 de 1728.




FÓRMULA DE ESTE VOTO



Para mayor gloria vuestra, oh Dios mío, Uno en esencia y Trino en Persona, para mejor imitar a mi dulcísimo Redentor Jesucristo, y para mostrar mi sincera esclavitud a María Santísima, Madre de Misericordia y Madre de las pobres Almas del Purgatorio, yo N. N., me propongo cooperar a la redención y libertad de aquellas Almas, encarceladas por deudas de penas a la divina Justicia, merecidas por sus pecados; y en aquel modo que puedo lícitamente, sin obligación a pecado, hago libre y espontáneamente voto de librar del Purgatorio a todas las Almas que María Santísima quisiere que sean libres; y para esto pongo en manos de esta piadosísima Señora todas mis obras satisfactorias, propias y participadas, tanto en vida como en muerte, y después de la muerte.

Aceptad, os ruego, Dios mío, y confirmad este mi ofrecimiento que os reitero y confirmo a honra vuestra y bien de mi alma.

Y dado que mis obras satisfactorias no bastasen para pagar todas las deudas de aquellas almas predilectas de la Santísima Virgen, y para satisfacer las que yo mismo hubiese contraído por mis culpas, que de todo corazón odio y detesto. Me ofrezco, Señor, a pagaros, si así os pluguiere, en las penas del Purgatorio todo lo que faltare, abandonándome en los brazos de vuestra misericordia y en los de mi dulcísima Madre María. Sean testigos de este mi voto todos los que viven en las tres Iglesias, triunfante, paciente y militante.



NOVENA A LAS
ÁNIMAS DEL PURGATORIO.

SACADA DEL
ANCORA DE SALVACIÓN.

Por el R. P. JOSE MACH (de la Compañía de Jesús).

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