Indulgencias concedidas
Los fieles que hicieren el acto
Heroico de Caridad en favor de las Almas del Purgatorio se les concede:
indulgencia Plenaria aplicable sólo a los difuntos.
1) Cualquier día que recibieren
la S. Comunión, si confesados visitaren alguna Iglesia o público Oratorio y
oraren a intención del Sumo Pontífice.
2) Cualquier lunes del año, si
oyesen la Santa Misa en sufragio de los mismos difuntos y además cumplieren las
condiciones acostumbradas.
3) Si por algún impedimento no
pudieren recibir la S. Comunión ni oír la Santa Misa, los Obispos Diocesanos
pueden delegar a los confesores para conmutar por algunas otras obras piadosas.
4) Los sacerdotes que han
recitado el Acto Heroico, gozan del indulto de altar privilegiado personal, todos
los días.
(S. Penit. Apost.
26 Enero 1932).
Este acto
de caridad, tan agradable a Dios, útil a las Almas
del Purgatorio, y provechoso a nosotros mismos, consiste en un voto o
donación entera que hacemos de todas nuestras obras satisfactorias en favor de
aquellas benditas Almas. Nótese aquí que toda obra buena es a la vez, según el Concilio de Trento, meritoria, imperatoria y satisfactoria. Se dice meritoria, porque con ella logramos un grado más
de gracia en este mundo y de gloria para el otro: mérito que a nadie puede
cederse, siendo todo de aquel que hace la obra buena. Llamase impetratoria, porque con ella alcanzamos de Dios auxilios
oportunos y bienes espirituales y temporales, ya para nosotros mismos, ya
también para otros. Dícese por fin satisfactoria,
porque con ella pagamos el débito de nuestros pecados y la pena del Purgatorio
que les era correspondiente; y este fruto satisfactorio de nuestras obras es,
propiamente hablando, el que cedemos a las benditas Ánimas con este voto. A
nadie debe imponer el nombre de voto, pues se hace, como se expresa en la
fórmula, sin obligación a pecado, siendo más bien una cesión voluntaria, un acto
heroico de caridad que un voto riguroso. Y así en nada se expone éste al orden
de la caridad, que nos obliga a pedir primero por nuestros parientes difuntos,
por los socios de las cofradías a que pertenecemos, etc. Pues poniendo en manos
de la Virgen Santísima todas nuestras obras
satisfactorias, y conociendo Ella mejor que nosotros cuál es nuestro deber,
distribuirá dichas buenas obras entre los parientes, cofrades, etc., según
fuere más del agrado de Dios. Por consiguiente, podemos y debemos continuar las
oraciones y acostumbradas, dirigidas a obtener de Dios y de los Santos
cualquiera gracia que necesitemos. Puede, asimismo, y del Sacerdote aplicar la
misa por la intención de quien le diere la limosna, según lo declaró en su
concesión la Santidad de Benedicto XIII, agosto 23 de 1728.
FÓRMULA DE ESTE VOTO
Para mayor gloria vuestra, oh Dios mío, Uno
en esencia y Trino en Persona, para mejor imitar a mi dulcísimo Redentor
Jesucristo, y para mostrar mi sincera esclavitud a María Santísima, Madre de Misericordia
y Madre de las pobres Almas del Purgatorio, yo N. N., me propongo cooperar a la
redención y libertad de aquellas Almas, encarceladas por deudas de penas a la
divina Justicia, merecidas por sus pecados; y en aquel modo que puedo
lícitamente, sin obligación a pecado, hago libre y espontáneamente voto de
librar del Purgatorio a todas las Almas que María Santísima quisiere que sean
libres; y para esto pongo en manos de esta piadosísima Señora todas mis obras
satisfactorias, propias y participadas, tanto en vida como en muerte, y después
de la muerte.
Aceptad, os ruego, Dios mío, y confirmad
este mi ofrecimiento que os reitero y confirmo a honra vuestra y bien de mi alma.
Y dado que mis obras satisfactorias no bastasen
para pagar todas las deudas de aquellas almas predilectas de la Santísima Virgen,
y para satisfacer las que yo mismo hubiese contraído por mis culpas, que de todo
corazón odio y detesto. Me ofrezco, Señor, a pagaros, si así os pluguiere, en
las penas del Purgatorio todo lo que faltare, abandonándome en los brazos de
vuestra misericordia y en los de mi dulcísima Madre María. Sean testigos de este
mi voto todos los que viven en las tres Iglesias, triunfante, paciente y
militante.
NOVENA A LAS
ÁNIMAS DEL
PURGATORIO.
SACADA DEL
ANCORA DE SALVACIÓN.
Por el R. P. JOSE MACH (de la Compañía de Jesús).
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