viernes, 31 de enero de 2020

MARTIROLOGIO ROMANO: 31 DE ENERO.





En Turín, el nacimiento al cielo de san Juan Bosco, Confesor, Fundador de la Sociedad Salesiana y del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora; insigne por el celo de las almas y por la propagación de la fe: al cual el Sumo Pontífice Pío XI puso en el catálogo de los Santos.





—En Roma, en la vía Portuense, san Ciro y san Juan, mártires, los cuales, después de haber sufrido muchos tormentos por la confesión del nombre de Jesucristo, fueron decapitados. 





—En Alejandría, san Metrano, mártir, que fué bárbaramente apaleado en tiempo del emperador Pecio por no querer decir las palabras impías que le proponían los paganos. Después le punzaron la cara y ojos con cañas agudísimas, y sacándole fuera de la ciudad sin cesar de atormentarle, le apedrearon hasta dejarle muerto.





—En la misma ciudad, los santos mártires Saturnino, Tirso y Víctor.



—Además, los santos Tarsicio, Zótico, Ciríaco y compañeros, mártires.



—En Cícico del Helesponto, santa Trifena, la que, después de haber vencido muchos tormentos, mereció la palma del martirio siendo muerta por un toro. 





—En Módena, san Geminiano, obispo, ilustre por sus gloriosos milagros. 




—En Milán, san Julio, presbítero y confesor, que floreció en tiempo del emperador Teodosio.
  


—En Roma, santa Marcela, viuda, cuyo elogio ha escrito san Jerónimo.




—También en Roma, la bienaventurada beata Luisa de Albertonia, viuda romana, de la orden tercera de san Francisco, mujer de una eminente virtud.






—El mismo dia, la traslación de san Marcos evangelista, cuando fué traído de Alejandría, ciudad de Egipto ocupada entonces por los bárbaros, a la ciudad de Venecia, donde fué colocado con grande pompa en la iglesia mayor, consagrada a Dios bajo su nombre.





—En Viterbo, santa Jacinta Marescoti, virgen, religiosa de la orden tercera de san Francisco, que habiéndose elevado animosamente sobre las seducciones del siglo y de la sensualidad, se esforzó constantemente en agradar a su divino esposo por su caridad, su humildad y sus mortificaciones corporales. Fue canonizada por el Papa Pio VII. 





—Y en otras partes se hace la fiesta y la conmemoración de otros muchos santos Mártires, Confesores y santas Vírgenes.


   Alabado y glorificado sea Dios eternamente.





AÑO CRISTIANO
POR EL P. J. CROISSET, de la Compañía de Jesús. 


NOVENA A SANTA AGUEDA. DÍA CUARTO.




COMENZAMOS: 28 de enero.


FINALIZAMOS: 5 de febrero (día de nuestra santa).



VIRGEN Y MÁRTIR, abogada contra los incendios, y 

protectora de la salud espiritual y corporal de sus verdaderos 

devotos.



SE COMIENZA CON LA. SEÑAL DE LA CRUZ, EL ACTO DE CONTRICIÓN, Y LA…



Oración primera para todos los días.


GLORIOSA virgen y mártir santa Águeda, que desde tus primeros años consagraste al Esposo celestial todos tus pensamientos, haciéndole una completa entrega de tu corazón para que él fuera el único dueño quien a quien tiernamente amases, sin sufrir jamás que ninguno entrara a dividirlo y menos a dominarlo: yo me gozo de ver que ni la tribulación, ni la angustia, ni el hambre, ni la desnudez, ni el peligro, ni la espada tuvieron fuerza alguna para hacer disminuir en tu generoso pecho aquella divina caridad en que ardías, antes sí superaste en vida y en muerte todas las dificultades que se te presentaron por parte de las criaturas, ya quisieran con halagos o amenazas vencer tu constancia y fidelidad en la piedad y temor de Dios, ya pretendiesen con honores y falsas promesas que faltaras a las que tenías hechas de guardar el depósito de la fe, de practicar las virtudes cristianas y de vivir en perpetua virginidad , y ya por fin emplearan los tormentos inauditos de desgarrar y abrasar tus virginales carnes para que correspondieras a las seducciones de una mujer infame y a los deseos de un tirano Brutal, renunciando a tu vocación de cristiana y a tu profesión de virgen. Mas a todo respondías con celo intrépido y valeroso, que ni en el cielo ni en la tierra reconocías otro señor que el Dios de la gloria, y que a ninguno más doblarías tus rodillas, porque a él solo habías dado tu corazón desde tu infancia. Confiado pues en tus méritos y protección te ruego, Santa mía, me alcances de la Majestad divina que yo guarde mi corazón libre de todo afecto terreno, que mis conversaciones sean puras y santas, y mis pensamientos se fijen siempre en Dios, sin que nada me aparte de él ni en lo próspero ni en lo adverso, ni en salud ni en enfermedad; y que cuando ésta me aquejare, sin rehusar los remedios necesarios, ponga como tú mi confianza en mí Señor Jesucristo, que es el que cura todas las enfermedades y dolencias, y también en ti, para conseguir por tu intercesión la salud de mi alma y de mi cuerpo, y el favor especial que pretendo en esta Novena, si así conviene a mi eterna salvación. Amén.



—Ahora se rezará tres veces el Padre nuestro. Ave María y Gloria Patri en honor de la Santa, y en reverencia del misterio de la Santísima Trinidad, al que tuvo tanta devoción.








DÍA CUARTO (31 de enero)




  Oh admirable virgen y mártir santa Águeda, que resonando en tus oídos aquella sentencia: sé fiel hasta la muerte y te daré la corona de la vida, para no perderla y tener derecho a la herencia que Jesucristo nos ganó con su sangre, guardaste una inviolable fidelidad a tus votos y promesas, aun en el tiempo de la tribulación y a costa de tu vida, prefiriendo ser la humilde esclava de un Dios crucificado a noble esposa de un potentado del mundo, por lo que le respondiste con una santa libertad: no conocías ni mayor ni aún verdadera nobleza sino la de servir al verdadero Dios.


Te ruego virgen fiel y prudente, me asistas y favorezcas para que no oiga yo otra voz que la suya, y guarde con fidelidad igual la divina ley y todas mis promesas, a fin de que tenga parte en las que se ofrecen a los verdaderos siervos del Señor, sirviéndole y amándole en salud y en enfermedad, en vida y en muerte, para conseguir de su bondad y por su intercesión las gracias que necesito y el favor especial que pido en esta Novena, si es para gloria suya y provecho de mi alma. Amén.



—Ahora se pedirá en silencio al Señor por los méritos de la Santa, gracia particular que se desea conseguir en esta Novena y la virtud especial de cada dia, diciendo después todos los días la siguiente…


miércoles, 29 de enero de 2020

NOVENA A SANTA ÁGUEDA. DÍA TERCERO.




COMENZAMOS: 28 de enero.

FINALIZAMOS: 5 de febrero (día de nuestra santa).



—VÍRGEN Y MÁRTIR, abogada contra los incendios, y protectora de la salud espiritual y corporal de sus verdaderos devotos.



SE COMIENZA CON LA. SEÑAL DE LA CRUZ, EL ACTO DE CONTRICION, Y LA…



Oración primera para todos los días.



GLORIOSA virgen y mártir santa Águeda, que desde tus primeros años consagraste al Esposo celestial todos tus pensamientos, haciéndole una completa entrega de tu corazón para que él fuera el único dueño quien a quien tiernamente amases, sin sufrir jamás que ninguno entrara a dividirlo y menos a dominarlo: yo me gozo de ver que ni la tribulación, ni la angustia, ni el hambre, ni la desnudez, ni el peligro, ni la espada tuvieron fuerza alguna para hacer disminuir en tu generoso pecho aquella divina caridad en que ardías, antes sí superaste en vida y en muerte todas las dificultades que se te presentaron por parte de las criaturas, ya quisieran con halagos o amenazas vencer tu constancia y fidelidad en la piedad y temor de Dios, ya pretendiesen con honores y falsas promesas que faltaras a las que tenías hechas de guardar el depósito de la fe, de practicar las virtudes cristianas y de vivir en perpetua virginidad , y ya por fin emplearan los tormentos inauditos de desgarrar y abrasar tus virginales carnes para que correspondieras a las seducciones de una mujer infame y a los deseos de un tirano Brutal, renunciando a tu vocación de cristiana y a tu profesión de virgen. Mas a todo respondías con celo intrépido y valeroso, que ni en el cielo ni en la tierra reconocías otro señor que el Dios de la gloria, y que a ninguno más doblarías tus rodillas, porque a él solo habías dado tu corazón desde tu infancia. Confiado pues en tus méritos y protección te ruego, Santa mía, me alcances de la Majestad divina que yo guarde mi corazón libre de todo afecto terreno, que mis conversaciones sean puras y santas, y mis pensamientos se fijen siempre en Dios, sin que nada me aparte de él ni en lo próspero ni en lo adverso, ni en salud ni en enfermedad; y que cuando ésta me aquejare, sin rehusar los remedios necesarios, ponga como tú mi confianza en mí Señor Jesucristo, que es el que cura todas las enfermedades y dolencias, y también en ti, para conseguir por tu intercesión la salud de mi alma y de mi cuerpo, y el favor especial que pretendo en esta Novena, si así conviene a mi eterna salvación. Amén.




—Ahora se rezará tres veces el Padre nuestro. Ave María y Gloria Patri en honor de la Santa, y en reverencia del misterio de la Santísima Trinidad, al que tuvo tanta devoción.











DÍA TERCERO (30 de enero)



Oh admirable virgen y mártir santa Águeda, que conociendo desde tu infancia ti inestimable precio de la hermosa joya de la castidad, hiciste votó de no tener otro esposo que Jesucristo; al que le consagraste tu virginidad; y como sabias que nadie puede ser continente ni virgen sino con el auxilio divino, tan luego como advertiste los peligros que te rodeaban en la persecución de Quinciano, oraste con humildad y confianza diciendo a tu celestial Esposo te librase de aquel, y te aceptase por victima agradable.

    Te suplicó, virgen humilde, le ruegues también por mí, para que conozca el mérito de la castidad, la guarde con firmeza, y ore como tú que se digne el Señor librarme de todo peligro, muriendo antes que perderla, sirviendo y amando a mi Dios en salud y en enfermedad, en vida y en muerte, a fin de conseguir de su bondad y por tu intercesión las gracias que necesito y el favor especial que pido en esta Novena sí es para gloria suya y provecho de mi alma. Amén.



—Ahora se pedirá en silencio al Señor por los méritos de la Santa, gracia particular que se desea conseguir en esta Novena y la virtud especial de cada dia, diciendo después todos los días la siguiente…


NOVENA A SANTA ÁGUEDA. DÍA SEGUNDO.




COMENZAMOS: 28 de enero.

FINALIZAMOS: 5 de febrero (día de nuestra santa).



—VÍRGEN Y MÁRTIR, abogada contra los incendios, y protectora de la salud espiritual y corporal de sus verdaderos devotos.



SE COMIENZA CON LA. SEÑAL DE LA CRUZ, EL ACTO DE CONTRICIÓN, Y LA…



Oración primera para todos los días.



GLORIOSA virgen y mártir santa Águeda, que desde tus primeros años consagraste al Esposo celestial todos tus pensamientos, haciéndole una completa entrega de tu corazón para que él fuera el único dueño quien a quien tiernamente amases, sin sufrir jamás que ninguno entrara a dividirlo y menos a dominarlo: yo me gozo de ver que ni la tribulación, ni la angustia, ni el hambre, ni la desnudez, ni el peligro, ni la espada tuvieron fuerza alguna para hacer disminuir en tu generoso pecho aquella divina caridad en que ardías, antes sí superaste en vida y en muerte todas las dificultades que se te presentaron por parte de las criaturas, ya quisieran con halagos o amenazas vencer tu constancia y fidelidad en la piedad y temor de Dios, ya pretendiesen con honores y falsas promesas que faltaras a las que tenías hechas de guardar el depósito de la fe, de practicar las virtudes cristianas y de vivir en perpetua virginidad , y ya por fin emplearan los tormentos inauditos de desgarrar y abrasar tus virginales carnes para que correspondieras a las seducciones de una mujer infame y a los deseos de un tirano Brutal, renunciando a tu vocación de cristiana y a tu profesión de virgen. Mas a todo respondías con celo intrépido y valeroso, que ni en el cielo ni en la tierra reconocías otro señor que el Dios de la gloria, y que a ninguno más doblarías tus rodillas, porque a él solo habías dado tu corazón desde tu infancia. Confiado pues en tus méritos y protección te ruego, Santa mía, me alcances de la Majestad divina que yo guarde mi corazón libre de todo afecto terreno, que mis conversaciones sean puras y santas, y mis pensamientos se fijen siempre en Dios, sin que nada me aparte de él ni en lo próspero ni en lo adverso, ni en salud ni en enfermedad; y que cuando ésta me aquejare, sin rehusar los remedios necesarios, ponga como tú mi confianza en mí Señor Jesucristo, que es el que cura todas las enfermedades y dolencias, y también en ti, para conseguir por tu intercesión la salud de mi alma y de mi cuerpo, y el favor especial que pretendo en esta Novena, si así conviene a mi eterna salvación. Amén.


—Ahora se rezará tres veces el Padre nuestro. Ave María y Gloria Patri en honor de la Santa, y en reverencia del misterio de la Santísima Trinidad, al que tuvo tanta devoción.








DÍA SEGUNDO (29 de enero)




Oh admirable virgen y mártir santa Águeda, que a una piedad ejemplar juntaste el santo temor de Dios porque sabias que al alma de quien le tiene no le puede sobrevenir ningún mal; y así te mantuviste siempre exenta de aquellos pecados que tan fácilmente hieren al cristiano desde su juventud, y son la causa de otros muchos y de caer en fin en varias tentaciones, hasta perderse por su obstinación. Por eso no decaíste tú de ánimo en los diversos combates que sufriste; antes sí, puestos los ojos del Señor en tu alma que le temía, y protegida con su brazo omnipotente, venciste a la infernal seductora y respondiéndole al tirano: ¡No pienses que tus amenazas y tormentos han de hacerme titubear!

  Te ruego, virgen mártir, que para verme yo libre de mis enemigos y no herir mi alma con el verdadero mal de éste mundo, que es el pecado, me alcances del Señor la fuerza de crucificar con su santo temor mi carne y mis concupiscencias, sirviendo y amando a mi Dios en salud y en enfermedad, en vida y en muerte, para conseguir de su bondad y por tu intercesión las gracias que necesito, y el favor especial que pido en esta Novena si es para gloria suya y provecho de mi alma. Amén.



—Ahora se pedirá en silencio al Señor por los méritos de la Santa, gracia particular que se desea conseguir en esta Novena y la virtud especial de cada dia, diciendo después todos los días la siguiente… 


NOVENA A SANTA ÁGUEDA. DÍA PRIMERO.




COMENZAMOS: 28 de enero.


FINALIZAMOS: 5 de febrero (día de nuestra santa).




VIRGEN Y MÁRTIR, abogada contra los

 incendios, y protectora de la salud espiritual y

 corporal de sus verdaderos devotos.





SE COMIENZA CON LA SEÑAL DE LA CRUZ, EL ACTO DE CONTRICIÓN, Y LA…



Oración primera para todos los días.



GLORIOSA virgen y mártir santa Águeda, que desde tus primeros años consagraste al Esposo celestial todos tus pensamientos, haciéndole una completa entrega de tu corazón para que él fuera el único dueño quien a quien tiernamente amases, sin sufrir jamás que ninguno entrara a dividirlo y menos a dominarlo: yo me gozo de ver que ni la tribulación, ni la angustia, ni el hambre, ni la desnudez, ni el peligro, ni la espada tuvieron fuerza alguna para hacer disminuir en tu generoso pecho aquella divina caridad en que ardías, antes sí superaste en vida y en muerte todas las dificultades que se te presentaron por parte de las criaturas, ya quisieran con halagos o amenazas vencer tu constancia y fidelidad en la piedad y temor de Dios, ya pretendiesen con honores y falsas promesas que faltaras a las que tenías hechas de guardar el depósito de la fe, de practicar las virtudes cristianas y de vivir en perpetua virginidad , y ya por fin emplearan los tormentos inauditos de desgarrar y abrasar tus virginales carnes para que correspondieras a las seducciones de una mujer infame y a los deseos de un tirano Brutal, renunciando a tu vocación de cristiana y a tu profesión de virgen. Mas a todo respondías con celo intrépido y valeroso, que ni en el cielo ni en la tierra reconocías otro señor que el Dios de la gloria, y que a ninguno más doblarías tus rodillas, porque a él solo habías dado tu corazón desde tu infancia. Confiado pues en tus méritos y protección te ruego, Santa mía, me alcances de la Majestad divina que yo guarde mi corazón libre de todo afecto terreno, que mis conversaciones sean puras y santas, y mis pensamientos se fijen siempre en Dios, sin que nada me aparte de él ni en lo próspero ni en lo adverso, ni en salud ni en enfermedad; y que cuando ésta me aquejare, sin rehusar los remedios necesarios, ponga como tú mi confianza en mí Señor Jesucristo, que es el que cura todas las enfermedades y dolencias, y también en ti, para conseguir por tu intercesión la salud de mi alma y de mi cuerpo, y el favor especial que pretendo en esta Novena, si así conviene a mi eterna salvación. Amén.




—Ahora se rezará tres veces el Padre nuestro. Ave María y Gloria Patri en honor de la Santa, y en reverencia del misterio de la Santísima Trinidad, al que tuvo tanta devoción.








DÍA PRIMERO (28 de enero)




   Oh admirable virgen y mártir santa Águeda, que siguiendo los impulsos del Espíritu Santo y los consejos de tus piadosos padres, te dedicaste al ejercicio de la virtud tan luego como fuiste dotada de la razón practicando todos los deberes de cristiana con una piedad ejemplar aun en medio de las seducciones y lisonjas del siglo, porque sabias era útil para todas las cosas; y por eso te valió tanto, que exhalaste el último suspiro orando piadosamente a Dios. Yo te ruego me alcances de su misericordia que sea dócil como tú a sus divinas inspiraciones, y que siga los buenos ejemplos de mis mayores, para vivificar mi alma con ese espíritu de devoción que tanto te distinguió y fortifico la tuya, pues así se fortificará mi corazón y daré ejemplos de una verdadera piedad, sirviendo y amando a mi Dios en salud y en enfermedad, en vida y en muerte, para conseguir de su bondad y por su intercesión las gracias que necesito y el favor especial que pido en esta Novena, si es para gloria suya y provecho de mi alma. Amén.


—Ahora se pedirá en silencio al Señor por los méritos de la Santa, gracia particular que se desea conseguir en esta Novena y la virtud especial de cada dia, diciendo después todos los días la siguiente…




ORACIÓN FINAL 



    SEÑOR mío Jesucristo, Rey de los mártires y corona de las vírgenes, que previniste a tu sierva santa Águeda con las bendiciones de tu dulzura y de tu gracia, desde sus primeros años, fortaleciendo con ellas su espíritu para que sujetare su carne al imperio de la razón y de la fe, y dándole valor para que resistiese a todos sus enemigos, pues sobre conservar ilesa su castidad supo cómo virgen prudente adornar su alma con las demás virtudes cristianas, hasta tal punto, que dio su vida por no violar sus votos ni apostatar de la fe: Te suplicó Señor, por su intercesión infundas en mi alma esas mismas gracias, para que así ejemplo cumpla yo como cristiana con las promesas que hice en el santo Bautismo, permaneciendo fiel en todo viviendo y muriendo en el ósculo santo de tu amistad y de tu gracia. También te pido Jesús mío, por los méritos de tu Pasión, por los Dolores de María y por el martirio de santa Águeda, me concedas la gracia particular que solicito en esta Novena, si así conviene a mi eterna salvación. Amén.