COMENZAMOS: 4 de agosto.
FINALIZAMOS: 12 de agosto (Festividad).
Puesto
devotamente de rodillas en presencia de algún altar o imagen de Santa Clara, y
contemplando la gloria que se mereció por su penitentísima vida, levantará el
corazón a Dios nuestro Señor y a su purísima Madre, acompañado de toda la corte
celestial, poniendo las potencias y sentidos en esta seráfica virgen a quien
dirige la novena; y hecha la señal de la Cruz y un fervoroso Acto de
contrición, dará principio con la siguiente…
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS.
Dulcísima virgen
y amorosísima madre Santa Clara, rayo animado del divino Sol, más clara que la
misma luz, vaso escogido de angélica pureza, columna de paciencia y de constancia,
imagen viva de María Santísima, y a su imitación fecunda espiritual madre de innumerables
vírgenes, maestra de heroicas y evangélicas perfecciones, imán poderoso de
vuestra tierna y estática hermana Santa Inés, ejemplar perfectísimo del humano serafín,
norte que guía a la eterna patria, sol escogido para ilustrar la Iglesia,
protectora del pueblo cristiano, terror del bárbaro gentilismo, que armada con
el escudo de la fe oprimís la indómita soberbia del mahometano, y lleváis
tantos coros de ángeles a las bodas del inmaculado Esposo cuantos son los
místicos seminarios de vírgenes que habéis fundado: inclinad hacia mí los
benignos ojos de vuestra clemencia; enviadme un rayo de vuestra hermosa luz que
consuma todo lo terreno de mi corazón, y encienda en él la llama de aquella
eterna caridad, que con virtud activa y amorosa os trasformó en serafín, para
que ardiendo siempre en obsequio de aquel Cordero sin mancha, de quien sois
casta y enamorada esposa, alcance con una buena muerte aquel último fin para
que me crio e hizo de la nada su infinito poder, y después goce de su divina
hermosura por toda la eternidad, logrando ahora lo que os pido en esta novena,
si ha de ser para mayor gloria de Dios, honor vuestro y bien de mi alma. Amén.
Aquí se hará la petición,
avivando la fe y esperanza de conseguir cuanto el devoto deseare por la
poderosa intercesión de la seráfica madre y prodigiosa virgen Santa Clara.
DÍA PRIMERO
ORACIÓN.
Soberano Autor de
la gracia y de la naturaleza, luz indeficiente que resplandece en medio de las
sombras, y a quien jamás pudieron comprender las tinieblas; que elegisteis en
mi seráfica madre y vuestra fina esposa Santa Clara una preclarísima luz de inextinguible
y superior claridad, declarando aun cuando estaba en el vientre de su madre que
nacería maravillosa lumbre que bañaría de clarísimos resplandores todo el orbe,
lijándola como inapagable antorcha en el seráfico cielo de la militante Iglesia
para publicar las maravillas de vuestra diestra soberana, y dar a conocer por
su incomparable celo los designios de vuestra altísima Providencia: Suplicóos, divino
Sol de la gloria y de la gracia, que encendáis en mi entendimiento una ardiente
luz de la fe, con que conozca claramente vuestra infinita bondad y adore vuestro
supremo ser, para que caminando sin los tropiezos de la culpa entre las sombras
de esta vida, llegue a gozar en el cielo el eterno candor de vuestra cara. Amén.
Ahora, en memoria y reverencia de
las cinco letras que, componen los misteriosos y dulcísimos nombres de Jesús, María
y Clara, se dirán todos los días los siguientes versos, rezando al fin de cada
dos un Padrenuestro y una Ave María a Santa Clara, para lograr por su intercesión
los favores de Jesús y María.
Clara luz, cuya luz os dio en luz bella
El Sol eterno de quien sois estrella.
—Un Padre Nuestro y un Avemaría.
Luz naciste, con clara profecía,
Para hacer de la noche claro dia.
—Un Padrenuestro y un Avemaría.
A vos mi tibio corazón os llama;
Encendedlo al volcán de vuestra llama.
—Un Padrenuestro y un Avemaría-
Renovad en mi alma claramente
El candor que fue gracia en vuestro
oriente.
—Un Padrenuestro y un Avemaría.
Acoged en el cielo al que con celo
Busca ciego la luz de vuestro cielo.
—Un Padrenuestro y un Avemaría.
Ahora se dirán o cantarán los
Gozos; y este método se practicará todos los días.
GOZOS
Pues sois del
divino amor
La electa esposa
preclara,
Seráfica virgen Clara,
Sed nuestro amparo y favor.
Asís admiró en su
oriente
Que en vos nació
peregrina
La clara luz, que
ilumina
Del orbe el giro
excelente.
Pues el sol
omnipotente
De la gracia os
dio el candor,
Seráfica virgen Clara,
Sed nuestro amparo y favor.
De la virtud
ilustrada
Os dio el cielo
una hermosura,
Que con su clara
luz pura
Os hizo aurora
animada.
Pues fuisteis
niña agraciada
En los ojos del
Señor,
Seráfica virgen Clara,
Sed nuestro amparo y favor.
En el más supremo
grado
De perfección
religiosa,
A vuestra alma en
luz hermosa
Miró del siglo el
estado.
Pues delicias del
Amado
Fuisteis siempre
en dulce ardor,
Seráfica virgen Clara,
Sed nuestro amparo y favor.
De vírgenes
capitana
Para hacer al
mundo guerra,
En su custodia os
encierra
Francisco en edad
temprana.
Pues del siglo en
gloria ufana
Lograsteis triunfo
mayor,
Seráfica virgen Clara,
Sed nuestro amparo y favor.
En las angélicas
aras
De la que es vida
y dulzura,
El alma en
víctima pura
A Cristo esposo
preparas.
Finezas os dan
muy claras
Tal maestra y
director,
Seráfica virgen Clara,
Sed nuestro amparo y favor.
Vestigio sois de
la huella
De esta estrella
matutina,
Que os imprimió
en luz divina
La clara luz de
su estrella.
Pues tan
claramente sella
En vos su vivo
esplendor,
Seráfica virgen Clara,
Sed nuestro amparo y favor.
Al estático
lucero
De Santa Inés,
vuestra hermana,
Con atracción
soberana
Dais por esposa
al Cordero.
Pues con vos e
igual esmero
Fue fiel cordera
al Pastor,
Seráfica virgen Clara,
Sed nuestro amparo y favor.
En el fuego de su
celo
Un serafín os
inflama,
Y creciendo en
vos la llama
Buscó su esfera
en el cielo.
Pues hollasteis
lo del suelo
Con clara luz
superior,
Seráfica virgen Clara,
Sed nuestro amparo y favor.
Sois atractivo
precioso,
Imán de las almas
todas,
Trayéndolas a las
bodas
Del mas casto
eterno Esposo.
Pues vuestro influjo
amoroso
La guía al centro
mejor,
Seráfica
virgen Clara,
Sed nuestro amparo y favor.
Un milagro
permanente
Fue vuestra
asombrosa vida.
Siempre al Sumo
Bien unida
Con íntimo amor
ardiente.
Y pues os hizo
eminente
Prodigio al mundo
en su honor,
Seráfica virgen Clara,
Sed nuestro amparo y favor.
Sois ejemplo de
paciencia,
Nivel de toda
observancia,
Columna de la
constancia
Y espejo de la
obediencia.
Y pues con la
penitencia
Dais a la pureza
albor,
Seráfica virgen Clara,
Sed nuestro amparo y favor.
Alta pobreza
extremada
En vos todo el
mundo ha visto,
Buscando en la
cruz de Cristo
La riqueza más
amada.
Pues a vuestras
hijas dada
Fue como herencia
mayor,
Seráfica virgen Clara,
Sed nuestro amparo y favor.
A Jesús en la
aspereza
De su Pasión
dolorosa
Imitasteis, fiel
esposa
Herida de su
fineza.
Pues copiasteis
su belleza
Siendo pincel el
amor,
Seráfica virgen Clara,
Sed nuestro amparo y favor.
Para oprimir la
violencia
Del pérfido
mahometano,
Con la custodia
en la mano
Castigasteis su
insolencia.
Pues salvasteis
la inocencia,
Armada del Salvador,
Seráfica virgen Clara,
Sed nuestro amparo y favor.
A los brazos del
Esposo
Y al tálamo
inmaculado
Volasteis, siendo
a su lado
Sentada en trono
glorioso.
Pues en eterno
reposo
Reináis con el
Criador,
Seráfica virgen Clara,
Sed nuestro amparo y favor.
La Iglesia
festiva aclama
Con la voz de la
verdad
Los frutos de
santidad
Que en vos coge,
admira y ama.
Pues clara en
toda la fama
Os publica con
fervor,
Seráfica virgen Clara,
Sed nuestro amparo y favor.
—Ora pro nobis, Beata Clara.
—Ut
digni efficiamur promissionibus Christi.
DÍA SEGUNDO.
ORACIÓN.
Hacedor inmenso
de cuanto tiene ser, fortaleza infinita que arma la boca con la espada de dos
filos, y destila mirra de las azucenas sangrientas de los labios, que hicisteis
en mi seráfica madre y vuestra amante esposa Clara la especialísima obra de
mostrarla al mundo por uno de los más singulares prodigios de las grandezas de
vuestro omnipotente brazo, y el ejemplar más asombroso de penitencia, cuando
ceñía la inocente virginal ternura de su delicado cuerpo, estando aún en el siglo,
con las agudas puntas de un silicio horroroso, escondido debajo de las galas,
para ocultar así con las flores las espinas de sus continuas rigorosas
penitencias, registrándose en su alma la clara luz de todas las virtudes en el
más perfecto grado, aun antes de llegar al estado religioso; inspiradme, Señor,
los valientes impulsos de la mortificación, y haced que la ejecute con cautela
y humildad, para que imitando a mi benigna abogada pueda aplacar los justos
rigores de vuestra justicia, y lograr los efectos de vuestra inefable
clemencia. Amén.
Clara, a quien hizo la alta omnipotencia
Asombroso ejemplar de penitencia.
—Un Padre Nuestro
y un Avemaría.
Luminoso farol sois, que ha guiado
Al corazón contrito y humillado.
—Un Padre Nuestro
y un Avemaría.
Ansioso os busca el mío en esta vida,
Dirigidlo a la patria prometida.
—Un Padre Nuestro
y un Avemaría.
Refunde en él, o dulce Madre mía,
Seráfico el fervor que en vos ardía.
—Un Padre Nuestro
y un Avemaría.
Aviva en mi alma aquel incendio puro,
Que halló en la vuestra el centro
más seguro.
—Un Padre Nuestro y un Avemaría.
GOZOS…
DÍA TERCERO.
ORACIÓN.
Clara, por cuya luz el mundo advierte
Que os aclaman los cielos mujer fuerte.
——Un Padre Nuestro y un Avemaría.
La evangélica, fiel, perfección clara,
Vuestra clara virtud nos la declara.
—Un Padre Nuestro y un Avemaría.
Aguila fuiste invicta, que de un vuelo
Dejaste el mundo por llegar al cielo.
—Un Padre Nuestro y un Avemaría.
Rayo á rayo bebiste los candores
Del Sol, que os dio en luz clara sus
amores.
—Un Padre Nuestro y un Avemaría.
Amparad al que os busca, y deja ansioso
Cuanto ofrece del mundo lo engañoso.
—Un Padre Nuestro
y un Avemaría.
GOZOS…
DÍA CUARTO.
ORACIÓN.
Clara, de Cristo esposa, y elegida
Para ser de su amor la más querida.
—Un Padre Nuestro y un Avemaría.
La estirpe dejáis clara en luz paterna,
E hija sois de otra luz clara y eterna.
—Un Padre Nuestro y un Avemaría.
A la Madre de amor el más hermoso,
Todo el ser ofreciste en don precioso.
—Un Padre Nuestro y un Avemaría.
Rogad al Hijo y Madre que la clara
Luz de su clara luz goce en su cara.
—Un Padre Nuestro y un Avemaría.
Ascendednos a la alta, clara cumbre
Donde está el Sumo Bien de eterna
lumbre.
—Un Padre Nuestro y un Avemaría.
GOZOS…
DÍA QUINTO.
ORACIÓN.
Clara, madre espiritual de tantas hijas
Cuantas numera el cielo estrellas
fijas.
—Un Padre Nuestro y un Avemaría.
Lámpara sois, que con activa llama
De clara ilustración, el pecho
inflama.
—Un Padre Nuestro y un Avemaría.
Amoroso, seráfico compendio
Del más puro, celeste, sacro
incendio.
—Un Padre Nuestro y un Avemaría.
Resplandor de aquel sol, cuya eficacia
Os lo dio en plenitudes de su gracia.
—Un Padre Nuestro y un Avemaría.
Acalorad con vivas conmociones
De casto amor, los tibios corazones.
—Un Padre Nuestro y un Avemaría.
GOZOS…
DÍA SEXTO.
ORACIÓN.
Clara, que sois del alba inmaculada,
Con clara imitación, lumbre animada.
—Un Padre Nuestro y un Avemaría.
Libro donde la ley de la clemencia
Imprimió discreción, celo y prudencia.
—Un Padre Nuestro y un Avemaría.
Archivo que franquea, en fiel destino,
A las almas el don de amor divino.
—Un Padre Nuestro y un Avemaría.
Retrato vivo de la Madre pura,
Que os hizo clara luz de su hermosura.
—Un Padre Nuestro y un Avemaría.
Abrid las puertas de su claro cielo
Al devoto que en vos busca el
consuelo.
—Un Padre Nuestro y un Avemaría.
GOZOS…
DÍA
SÉPTIMO.
ORACIÓN.
Clara, que fuisteis en extrema alteza
Espejo de evangélica pobreza.
—Un Padre Nuestro y un Avemaría.
Llave os dió el Sumo Bien, que amante adoro,
Para abrir de la gloria el fiel
tesoro.
—Un Padre Nuestro y un Avemaría.
Alargadlo, piadosa madre mía,
Al pobre de virtud que en vos confía.
—Un Padre Nuestro y un Avemaría.
Rica en el cielo sois, porque en el suelo
Fuisteis tan pobre por ganar el cielo.
—Un Padre Nuestro y un Avemaría.
Al cielo nos llevad, porque nos sobre
La riqueza que en él encuentra el pobre.
—Un Padre Nuestro y un Avemaría.
GOZOS…
DÍA OCTAVO.
ORACIÓN.
Altísimo Señor de
los ejércitos, que siendo el más fuerte en las batallas y el más seguro en las
victorias, sujetáis el indomable orgullo de los bárbaros enemigos de nuestra santa
fe, y los arrojáis a lo más profundo del mar, sin que la tenaz protervia de
Egipto pueda resistir vuestro invencible brazo; y que para triunfo el más
heroico de vuestro poder, dispusisteis en vuestra amorosísima esposa Clara
quien bañase todos los siglos de luz, y castigase la sacrílega insolente
ceguedad de los sarracenos con las armas del celestial resplandor que despedían
sus ojos, siendo la nave católica que, llevando el deífico pan de la
Eucaristía, se ostentó la de la victoria, logrando a su favor y al de sus
amadas hijas, la especial, perpetua y segura protección de vuestra omnipotencia
en todos los riesgos y asaltos de la malicia impura: conceded, Señor, la
fortaleza a mis manos para oponerme a los fuertes y continuos combates de mis enemigos,
dándome el divino pan de los animosos, que me conforte y disponga para los triunfos
en la dura milicia de esta vida, para el logro feliz de vivir y morir en
vuestra gracia, y gozar después la pacífica posesión del reino de vuestra gloria.
Amén.
Clara
luz, cuya luz es claramente
Esmero del poder omnipotente.
—Un Padre Nuestro y un Avemaría.
Lirio
a quien el candor de su hermosura
Dio la gracia en rocíos de luz pura.
—Un Padre Nuestro y un Avemaría.
Ara
de aquel Cordero inmaculado,
Que vivo se nos da sacramentado.
—Un Padre Nuestro y un Avemaría.
Remedio
universal del cristianismo,
Y terror del feroz mahometismo.
—Un Padre Nuestro y un Avemaría.
A vuestra
clara protección clamamos
Los que con fe tan clara la esperamos.
—Un Padre Nuestro y un Avemaría.
GOZOS…
DÍA NOVENO.
ORACIÓN.
Poderoso Dueño y
el más fino Esposo de las almas, que para ostentar con ellas los benignos excesos
de vuestro infinito amor enviáis de Sion la vara de vuestro excelso poder, manifestando
los prodigios sobre la tierra para consuelo y alivio de toda criatura, y para crédito
de vuestra verdad infalible obrasteis en vuestra adorada esposa Clara uno de
los mayores de vuestra gracia divina, colocando con singularidad en sus
liberales manos la esclarecida virtud de los milagros antiguos, para que
obrando sobre la naturaleza, y multiplicando las cosas con que a todos favorecía,
volase por el mundo la fama de su incomparable virtud, y todos aclamasen y adorasen
en su mano el fuerte dedo de Dios: ejecutad, Señor , en mi corazón y alma la excelente
y heroica maravilla de que me desnude de todos los afectos y resabios de la
tierra, que mortifique mis apetitos desordenados y corrija la libertad de mis
sentidos, para que, como quien ha sido creado para el cielo, no aspire a otra
cosa en mi vida que a daros gusto, sirviéndoos con amor y temor para poseeros
en la eterna felicidad. Amén.
Clara,
milagro nuevo en lo asombrosa,
Y asombro antiguo en ser tan milagrosa.
—Un Padre Nuestro y un Avemaría.
Libre
os dio el poderío eterno el Dueño,
Para ser de su diestra el desempeño.
—Un Padre Nuestro y un Avemaría.
Argos
sois, y no hay parte en que no asista
Al consuelo vuestra ansia con su
vista.
—Un Padre Nuestro y un Avemaría.
Riego
copioso de cristal fecundo,
Que con clara corriente ilustra al
mundo
—Un Padre Nuestro y un Avemaría.
Aclamen
cielo y tierra con victoria
Vuestra alta. Clara,
Ines-plicable
gloria.
—Un Padre Nuestro y un Avemaría.
GOZOS…
NOVENA
COMPUESTAS
POR EL P. JOSE DE LA PURIFICACIÓN.
Madrid 1853.
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