domingo, 30 de mayo de 2021

LA SANTÍSIMA TRINIDAD. El domingo siguiente al de Pentecostés.


 


   Entre todos los soberanos misterios que nuestro Señor nos ha revelado acerca de las cosas divinas, el más inefable es el de la santísima Trinidad. Muchos filósofos con sola la luz de la razón natural han conocido y probado la existencia de Dios, su infinidad, su omnipotencia, su sabiduría, su bondad, su hermosura y casi todos los demás atributos de su divinidad; más que Dios sea uno en la esencia y trino en las personas, es secreto a todos los sabios escondido, que sin la revelación de Dios jamás se hubiera podido comprender ni alcanzar. Lo que la fe nos enseña de este altísimo misterio es, que de tal manera Dios es uno en su naturaleza y esencia, que también es trino en las personas, que son Padre, Hijo y Espíritu Santo: las cuales, aunque cada una es Dios, no son tres dioses, sino un solo Dios vivo y verdadero.

 



   Enseña más: que la primera persona que es el Padre, contemplándose y entendiéndose a sí perfectísimamente, ab aeterno produjo y engendró una noticia suya y concepto, no accidental, sino substancial, que llamamos Unigénito Hijo de Dios, y Verbo eterno, resplandor de su gloria y figura de su substancia, tan perfecta y acabada como el que la engendró: la cual es Dios, así como el Padre que la engendró es Dios: y que estas dos divinas personas, Padre e Hijo, mirándose y complaciéndose el uno en el otro con inenarrable contento y gozo, se aman infinitamente; de donde resulta un amor recíproco que también es substancia y no accidente; y procede del Padre y del Hijo, como de un principio; al cual llamamos Espíritu Santo, y es la tercera persona de la santísima Trinidad.

 

 



   Todas estas tres personas son iguales en todo; porque la perfección que dice en el Padre del ser Padre, dice en el Hijo el ser Hijo, y en el Espíritu Santo el ser Espíritu Santo, y procedido de los dos. El Padre es principio del Hijo, y no nace de otra persona; el Hijo es engendrado de solo el Padre; y con el mismo Padre, es principio del Espíritu Santo. En esta generación eterna no hay lo que acaece en las generaciones temporales que tienen fin y se acaban, porque aquella dura eternamente: ni pienses que, porque acá el padre es primero que el hijo, así lo sea en este inefable misterio: porque siempre que fué el Padre fué el Hijo; ni hay en él primero ni postrero, de manera que el Padre sea más antiguo que el Hijo, y el Hijo más joven que el Padre, sino que todas tres personas son en todo iguales, consubstanciales y coeternas: Trinidad en Unidad, y Unidad en Trinidad, como dice san Agustín.

 

   Esta es la suma de lo que de este misterio se colige de las Sagradas Escrituras y señaladamente de lo que nos enseña Jesucristo, Hijo de Dios, en su sagrado Evangelio.

 




 

   Reflexión: Siendo cosa muy conforme a toda razón que sintamos altísimamente del que es Altísimo, confesemos en obsequio de la Divinidad este misterio incomprensible que se ha dignado revelarnos, así para que nuestra fe fuese meritoria, como para que entendiésemos que nuestra sacrosanta religión católica es divina; pues él no entender nosotros la profundidad de los misterios que nos enseña, es evidente señal que son cosas de Dios.

 

   Creamos pues sencillamente este adorable misterio para que lo veamos con claridad en la gloria beatífica; pues, como dice san Bernardo, «escudriñarlo es temerario, creerlo piadoso, conocerlo vida, y vida eterna y bienaventurada.»

 

 

   Oración: Omnipotente y sempiterno Dios, que diste a conocer a tus siervos, en la confesión de la verdadera fe, la gloria de la eterna Trinidad, en la cual adorasen la unidad de tu naturaleza, rogámoste, que, con la firmeza de la misma fe, seamos fortalecidos en todas las adversidades. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

 

 

 

FLOS SANCTORVM

DE LA FAMILIA CRISTIANA.


viernes, 21 de mayo de 2021

NOVENA EN HONOR A SANTA RITA DE CASIA. DÍA 9.


 

COMENZAMOS: 13 de mayo.

 

FINALIZAMOS: 21 de mayo-

 

FESTIVIDAD: 22 de mayo.

 

 

Por la señal de la santa Cruz; de nuestros enemigos líbranos, Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

 

   

ACTO DE CONTRICIÓN

 

 

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Criador y Redentor mío, por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido: propongo firmemente de nunca más pecar, y de apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, y de confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta, y de restituir y satisfacer si algo debiere: Ofrézcoos mi vida, obras y trabajos en satisfacción de todos mis pecados; y así como os lo suplico, así confío en vuestra bondad y misericordia infinita me los perdonaréis, por los merecimientos de vuestra preciosísima Sangre, Pasión y Muerte, y me daréis gracia para enmendarme y para perseverar en vuestro santo servicio hasta la muerte. Amén.

 

 

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

 

 

   ¡Devotísima Santa Rita, modelo de hijas, dechado de esposas y madres, ejemplar de viudas y espejo de religiosas!

 

   ¡Dios te salve, Abogada de imposibles, consuelo de las almas atribuladas, intercesora valiosísima en la presencia divina!

 

   ¡Sé mil veces bendita por haber sido especialmente amada de Jesucristo y haber merecido el señalado favor de recibir en tu frente una espina de su corona sacratísima!

 

   A ti acudimos en esta novena los desterrados hijos de este valle de lágrimas para darte las más rendidas gracias por los favores que nos has dispensado y pedirte otros nuevos, que no dudamos alcanzar de tu poderoso patrocinio, si ha de ser para mayor gloria de Dios y bien de nuestras almas. 

 




  DÍA NOVENO - 21 de mayo.

 

CONSIDERACIÓN: MUERTE DE SANTA RITA.

 

 

   Todo tiene su término; y debían tenerlo también los sufrimientos y trabajos de Santa Rita. La víctima estaba preparada. Ella podía decir con San Pablo: “He corrido mi carrera, he sido fiel hasta el último momento de mi vida; ahora sólo espero la posesión de mi Dios, que es mi única recompensa”. Y con Jesucristo en la Cruz: “Todo está acabado”. Efectivamente, había cumplido a maravilla la misión que el cielo le concediera de santificar todos los estados de la mujer, enseñándolas a todas, los medios de alcanzar la perfección cristiana, siguiendo sus luminosos ejemplos. La visitó, pues, repetidas veces en su última enfermedad su celestial Esposo, acompañado de su Santísima Madre; y en medio de consuelos y dulzuras inefables, entregó su espíritu a Dios el 22 de mayo de 1457. Su preciosa muerte fue seguida de señalados prodigios, que aún hoy se manifiestan al contacto de su sagrado cuerpo y reliquias, veneradas en todo el mundo. ¿Quién podrá reducir a catálogo las innumerables gracias y milagros, realizados por la intercesión poderosísima de la que con razón es aclamada por el orbe católico con el glorioso título de Abogada de los imposibles?

 

   ¡Sigue dispensando, bendita Santa, tu protección sobre la Iglesia, sobre su Jerarca Supremo, sobre tu Orden Agustiniana, y sobre todos tus devotos, para que algún día podamos gozar contigo en el cielo! Amén.

 

 

 

—Medítese y pídase la gracia particular que se desee conseguir.

 

—Rezar Cuatro Padrenuestros y Avemaría con Gloria Patri en honor de los cuatro estados de Santa Rita de Casia.

  

 

 

GOZOS EN HONOR A SANTA RITA DE CASIA.

 

 

 

Pues de Dios sois estimada,

De imposibles protectora:

Sednos nuestra intercesora,

Rita bienaventurada.

    

Vuestro nacimiento y nombre

Por un Ángel fue advertido,

Porque antes de haber nacido

Ya vuestra grandeza asombre.

Y pues tanto a Dios agrada

Vuestro nombre y le enamora,

Sednos nuestra intercesora,

Rita bienaventurada.

   

El día que os bautizaron,

De vuestra boca advirtieron

Que abejas blancas salieron,

Donde un enjambre formaron:

En su fe miro cifrada

La dulzura que atesora.

Sednos nuestra intercesora,

Rita bienaventurada.

   

Por más que lo resististe,

Por vuestros padres casaste,

Y en el marido encontraste

Martirio en que padeciste:

Fuiste, de paciencia armada,

De sus furias triunfadora,

Sednos nuestra intercesora,

Rita bienaventurada.

 

Cuando faltó vuestro esposo,

Y dos hijos se os murieron,

Las ansias os renacieron

Del estado religioso:

De Agustín enamorada

Queréis ser habitadora,

Sednos nuestra intercesora,

Rita bienaventurada.

 

Aunque por viuda os negaron

Aquel hábito divino,

Juan, Nicolás y Agustino

En el convento os entraron:

Era imposible la entrada,

Y por vos Dios la mejora,

Sednos nuestra intercesora,

Rita bienaventurada.

 

En una visión del Cielo

Una escalera os mostró,

Como la que Jacob vio

Que bajó del Cielo al suelo:

Dios en su cumbre elevada

Os regala y os decora,

Sednos nuestra intercesora,

Rita bienaventurada.

 

Cristo en la frente una espina

De su Corona os fijó,

Y con ella os coronó

Reina y Esposa divina:

Y pues vais tan señalada,

De este Esposo imitadora,

Sednos nuestra intercesora,

Rita bienaventurada.

 

Cuatro años os dio sustento

Solo el de la Eucaristía,

Que a quien divina vivía,

Sirvió divino Alimento:

Así de Dios regalada

Fuiste al Cielo moradora,

Sednos nuestra intercesora,

Rita bienaventurada.

   

Sobre el sepulcro salís

El día de vuestra fiesta,

Y en gloria tan manifiesta

Tal vez los ojos abrís:

Y si del ruego obligada

Subís a ser defensora,

Sednos nuestra intercesora,

Rita bienaventurada.

   

Consuelo en vuestras piedades

Encuentran los corazones,

En tristezas y aflicciones,

En partos y enfermedades:

Su intención mira lograda

Quien os invoca y venera,

Sednos nuestra intercesora,

Rita bienaventurada.

   

Pues de Dios sois estimada,

De imposibles protectora:

Sednos nuestra intercesora,

Rita bienaventurada.

  

. Ruega por nosotros, Santa Rita.

. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

 

 

 

ORACIÓN

 

 

   ¡Oh Dios! que quisiste dar a la bienaventurada Santa Rita tanta gracia, que te imitara en el amor a sus enemigos y fuera digna de llevar en su corazón y su frente las señales de tu caridad y tu Pasión; te rogamos nos concedas por su intercesión y méritos amar a nuestros enemigos; y con la espina de la compunción y del dolor contemplar los sufrimientos de vuestra Santísima Pasión: que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

 

 

En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

  


 P. Fray Teófilo Garnica del Carmen (1948).



jueves, 20 de mayo de 2021

NOVENA EN HONOR A SANTA RITA DE CASIA. DÍA 8.



 

COMENZAMOS: 13 de mayo.

 

FINALIZAMOS: 21 de mayo-

 

FESTIVIDAD: 22 de mayo.

 

 

Por la señal de la santa Cruz; de nuestros enemigos líbranos, Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

 

   

ACTO DE CONTRICIÓN

 

 

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Criador y Redentor mío, por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido: propongo firmemente de nunca más pecar, y de apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, y de confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta, y de restituir y satisfacer si algo debiere: Ofrézcoos mi vida, obras y trabajos en satisfacción de todos mis pecados; y así como os lo suplico, así confío en vuestra bondad y misericordia infinita me los perdonaréis, por los merecimientos de vuestra preciosísima Sangre, Pasión y Muerte, y me daréis gracia para enmendarme y para perseverar en vuestro santo servicio hasta la muerte. Amén.

 

 

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

 

 

   ¡Devotísima Santa Rita, modelo de hijas, dechado de esposas y madres, ejemplar de viudas y espejo de religiosas!

 

   ¡Dios te salve, Abogada de imposibles, consuelo de las almas atribuladas, intercesora valiosísima en la presencia divina!

 

   ¡Sé mil veces bendita por haber sido especialmente amada de Jesucristo y haber merecido el señalado favor de recibir en tu frente una espina de su corona sacratísima!

 

   A ti acudimos en esta novena los desterrados hijos de este valle de lágrimas para darte las más rendidas gracias por los favores que nos has dispensado y pedirte otros nuevos, que no dudamos alcanzar de tu poderoso patrocinio, si ha de ser para mayor gloria de Dios y bien de nuestras almas. 

 

  




DÍA OCTAVO - 20 de mayo

 

CONSIDERACIÓN: SANTA RITA Y EL CRUCIFIJO.

 

 

   El Apóstol de las Gentes decía que no quería saber nada, sino a Jesucristo crucificado. San Agustín se extasiaba constantemente ante la imagen del Redentor, pendiente de la Cruz, y le hablaba fervorosamente en esta forma: Grabad, Señor, en mí vuestro dolor y vuestro amor; vuestro dolor, para sufrir por Vos cualquiera otro dolor; y vuestro amor, para menospreciar por Vos cualquier otro amor. Todos los santos, para serlo, han sido devotísimos de la Pasión y muerte de nuestro Salvador. Esta fue también la devoción predilecta de Santa Rita, enamorada de los suplicios y de la caridad infinita de su divino Esposo. Esta era su meditación constante noche y día; ardiendo su corazón en deseos encendidos de participar en los dolores e ignominias de su amadísimo Jesús, como efectivamente lo consiguió; mereciendo que de la corona de espinas del Redentor se desprendiera una espina y se clavara en su frente, que, además de hacerla sufrir intensamente, la obligaba a vivir en completa soledad por el hedor insoportable que emanaba de la sagrada llaga. Fue entonces, cuando ella pudo exclamar entre trasportes de amor: ¡Vivo yo, pero ya no yo, sino que es Cristo quien vive en mí! ¡Feliz de mí que llevo impresas las llagas de mi Señor Jesucristo!

 

   ¡Hoy te pedimos, gloriosa Santa, por todos los católicos, para que vuelvan a ser, como nuestros antepasados, fervorosos devotos de la Pasión y muerte de nuestro divino Maestro!

 

 

 

—Medítese y pídase la gracia particular que se desee conseguir.

 

—Rezar Cuatro Padrenuestros y Avemaría con Gloria Patri en honor de los cuatro estados de Santa Rita de Casia.

  

 

 

GOZOS EN HONOR A SANTA RITA DE CASIA.

 

 

 

Pues de Dios sois estimada,

De imposibles protectora:

Sednos nuestra intercesora,

Rita bienaventurada.

    

Vuestro nacimiento y nombre

Por un Ángel fue advertido,

Porque antes de haber nacido

Ya vuestra grandeza asombre.

Y pues tanto a Dios agrada

Vuestro nombre y le enamora,

Sednos nuestra intercesora,

Rita bienaventurada.

   

El día que os bautizaron,

De vuestra boca advirtieron

Que abejas blancas salieron,

Donde un enjambre formaron:

En su fe miro cifrada

La dulzura que atesora.

Sednos nuestra intercesora,

Rita bienaventurada.

   

Por más que lo resististe,

Por vuestros padres casaste,

Y en el marido encontraste

Martirio en que padeciste:

Fuiste, de paciencia armada,

De sus furias triunfadora,

Sednos nuestra intercesora,

Rita bienaventurada.

 

Cuando faltó vuestro esposo,

Y dos hijos se os murieron,

Las ansias os renacieron

Del estado religioso:

De Agustín enamorada

Queréis ser habitadora,

Sednos nuestra intercesora,

Rita bienaventurada.

 

Aunque por viuda os negaron

Aquel hábito divino,

Juan, Nicolás y Agustino

En el convento os entraron:

Era imposible la entrada,

Y por vos Dios la mejora,

Sednos nuestra intercesora,

Rita bienaventurada.

 

En una visión del Cielo

Una escalera os mostró,

Como la que Jacob vio

Que bajó del Cielo al suelo:

Dios en su cumbre elevada

Os regala y os decora,

Sednos nuestra intercesora,

Rita bienaventurada.

 

Cristo en la frente una espina

De su Corona os fijó,

Y con ella os coronó

Reina y Esposa divina:

Y pues vais tan señalada,

De este Esposo imitadora,

Sednos nuestra intercesora,

Rita bienaventurada.

 

Cuatro años os dio sustento

Solo el de la Eucaristía,

Que a quien divina vivía,

Sirvió divino Alimento:

Así de Dios regalada

Fuiste al Cielo moradora,

Sednos nuestra intercesora,

Rita bienaventurada.

   

Sobre el sepulcro salís

El día de vuestra fiesta,

Y en gloria tan manifiesta

Tal vez los ojos abrís:

Y si del ruego obligada

Subís a ser defensora,

Sednos nuestra intercesora,

Rita bienaventurada.

   

Consuelo en vuestras piedades

Encuentran los corazones,

En tristezas y aflicciones,

En partos y enfermedades:

Su intención mira lograda

Quien os invoca y venera,

Sednos nuestra intercesora,

Rita bienaventurada.

   

Pues de Dios sois estimada,

De imposibles protectora:

Sednos nuestra intercesora,

Rita bienaventurada.

  

. Ruega por nosotros, Santa Rita.

. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

 

 

 

ORACIÓN

 

 

   ¡Oh Dios! que quisiste dar a la bienaventurada Santa Rita tanta gracia, que te imitara en el amor a sus enemigos y fuera digna de llevar en su corazón y su frente las señales de tu caridad y tu Pasión; te rogamos nos concedas por su intercesión y méritos amar a nuestros enemigos; y con la espina de la compunción y del dolor contemplar los sufrimientos de vuestra Santísima Pasión: que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

 

 

En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

  


 P. Fray Teófilo Garnica del Carmen (1948).