jueves, 30 de noviembre de 2017

SANTORAL DÍA 30 de noviembre.




   Fiesta de san Andrés, apóstol, natural de Betsaida, hermano de Pedro y pescador como él. Fue el primero de los discípulos de Juan el Bautista a quien llamó el Señor Jesús junto al Jordán y que le siguió, trayendo consigo a su hermano. La tradición dice que, después de Pentecostés, predicó el Evangelio en Acaya y que fue crucificado en Patras. La Iglesia de Constantinopla lo venera como muy insigne patrono (s. I).






2. En Milán, de la Liguria, san Mirocleto, obispo, del que hace memoria san Ambrosio entre los obispos fieles que le precedieron (c. 314).






3. En la Bretaña Menor, san Tugdual, apellidado “Pabu”, abad y obispo, que construyó un monasterio en la ciudad de Treguier (s. VI).






4. En el monte Sebio, en la Toscana, san Gálgano Guidotti, eremita, quien se convirtió a Dios después de una juventud disipada y vivió el resto de su vida dedicado voluntariamente a la penitencia corporal (1181).





5. En Montpellier, de la Provenza, en Francia, beato Juan de Verceli, presbítero, maestro general de la Orden de Predicadores, que predicó incansablemente la reverencia al nombre de Jesús (1283).






6. En Ratisbona, de Baviera, en Alemania, beato Federico, religioso de la Orden de Ermitaños de San Agustín, que, siendo hábil carpintero, sobresalió por el fervor en la oración, por la obediencia y por la caridad (1329).






7. En San Esteban Fano, en Inglaterra, san Cutberto Mayne, presbítero y mártir, el cual, abrazada la fe católica y ordenado sacerdote, ejerció su ministerio en Cornualles hasta que, bajo el reinado de Isabel I, fue condenado a la pena capital por haber publicado unas Cartas Apostólicas, siendo el primero de los alumnos del Colegio de los Ingleses de Kilmaeduagh que fue martirizado (1577).






8. En la ciudad de York, también en Inglaterra, beato Alejandro Crow, presbítero y mártir, que de humilde costurero fue ordenado presbítero y, por el hecho de serlo, se le condenó al patíbulo en tiempo de la reina Isabel I (1586).






9. En el lugar llamado Quxian, en la provincia de Sichuan, en China, san Tadeo Liu Ruiting, presbítero y mártir, estrangulado por odio a la fe (1823).






10. En Hué, en Annam, san José Marchand, presbítero de la Sociedad de Misiones Extranjeras de París y mártir, que, bajo el imperio de Minh Mang, fue condenado al suplicio de los cien azotes (1835).






11. En el lugar llamado Paracuellos del Jarama, cerca de Madrid, en España, beato Miguel Ruedas Megías y seis compañeros (Sus nombres son: beatos Diego de Cádiz (Santiago) García Molina, Nicéforo Salvador del Río, Román (Rafael) Touceda Fernández, religiosos; Arturo Donoso Murillo, Jesús Gesta de Piquer y Antonio Martínez Gil-Leonis, profesos.  Mártires, religiosos de la Orden de San Juan de Dios, que, esclarecidos por su testimonio cristiano, durante la cruel persecución volaron hacia el Señor por la violencia de los enemigos de la Iglesia (1936). 






12. También en Valencia, en España, beato José Otín Aquilé, presbítero de la Sociedad Salesiana y mártir, que en la misma persecución, invencible y constante en su fe, arribó al reino de los cielos (1936).






13. Cerca de Munich, en Baviera, de Alemania, en el campo de concentración de Dachau, beato Ludovico Roque Gientyngier, presbítero y mártir, que en la ocupación de Polonia durante la guerra, entre los crímenes cometidos por el régimen enemigo de la fe, fue martirizado, entregando su espíritu (1941). 






“MARTIROLOGIO ROMANO”


BEATO CUTBERTO MAYNE, Mártir



   El Colegio Inglés de Douai fue fundado en 1568. En los primeros años de la persecución, las autoridades de Inglaterra solían hacer una distinción entre los sacerdotes ordenados en ése o en otros seminarios del extranjero y los “sacerdotes marianos” que habían recibido la ordenación sacerdotal en Inglaterra.

   El primer sacerdote del seminario que pagó su misión con la vida, fue el Beato Cutberto Mayne. Había nacido en Youlston, cerca de Barnstaple, en 1544. Un tío suyo, sacerdote cismático, le educó en el protestantismo. Cutberto estudio en la escuela de Barnstaple. A los dieciocho o diecinueve años, fue ordenado ministro, sin tener ninguna inclinación ni preparación. Su tío le envió entonces al Colegio de San Juan de Oxford, donde el joven conoció al Dr. Gregorio Martin y al Beato Edmundo Campion, que era todavía protestante.

   Cutberto comprendió muy pronto que la verdad estaba en el catolicismo, pero no se atrevió a abandonar el protestantismo por miedo de perder cuanto tenía y quedarse en la miseria.

   Martin y Campion partieron al Colegio Inglés de Douai y desde ahí escribieron varias veces a Cutberto para invitarle a reunirse con ellos. En 1570, poco después de que Cutberto había obtenido la licenciatura, una de dichas cartas cayó en manos del obispo de Londres, quien mandó arrestar a todos los estudiantes de Oxford cuyos nombres figuraban en ella. Cutberto estaba entonces ausente, de suerte que escapó de la prisión casi milagrosamente. Pero aquel incidente venció sus últimas resistencias: inmediatamente abjuró del protestantismo y, en 1573, ingresó en el Colegio de Douai. Tres años después, recibió la ordenación sacerdotal y obtuvo el título de bachiller en teología.

   En abril de 1576, fue enviado a Inglaterra con el Beato Juan Payne. Cutberto Mayne fue el décimo quinto sacerdote de Douai enviado a Inglaterra. El beato estableció su residencia en casa de Francisco Tregian, en Golden de Cornwall, donde se hizo pasar por un criado. Sabemos muy poco acerca de los ministerios de Cutberto. Lo cierto es que su presencia despertó sospechas porque un año después, el alcalde mayor, Ricardo Grenville, recorrió palmo a palmo la casa de Tregian.

   El P. Mayne fue arrestado por llevar al cuello un “Agnus Dei”. También el Sr. Tregian fue detenido. El alcalde arrastró al Beato Cutberto de la casa de un noble a la de otro. Finalmente, en Launceston le encerró en una horrible mazmorra y le encadenó a un poste del camastro. Hacia el día de la fiesta de San Miguel, el P. Mayne fue juzgado por varios crímenes: por haber obtenido de Roma y publicado en Golden “una facultad de absolver” a los súbditos de la reina (en realidad se trataba de un ejemplar de la indulgencia del jubileo de 1575) ; por haber enseñado en la cárcel de Launceston que el obispo de Roma conservaba el poder espiritual sobre Inglaterra (de lo cual dieron testimonio tres iletrados) ; por haber llevado a Inglaterra y haber dado al Sr. Tregian “ un objeto vano y supersticioso, vulgarmente llamado Agnus Dei” (de lo cual no se adujo prueba alguna) ; y por haber celebrado la misa (pues se habían descubierto en Golden un misal, un cáliz y unos ornamentos sacerdotales). Todo ello era contrario a los estatutos de la reina.

   El jurado, dirigido por el fiscal Manwood, después de hablar muy largamente con el alcalde Grenville, declaró culpable al acusado, que fue condenado a muerte. Tres de los cuatro señores y los tres administradores de sus fincas fueron condenados a prisión perpetua y a la confiscación de sus bienes, por haber prestado ayuda al culpable. Pero el segundo juez, que se llamaba Jeffrey, descontento de la forma en que se había llevado el proceso, consiguió que el caso fuese estudiado nuevamente por todo el cuerpo judicial en Serjeants’ Inn. Los jueces no lograron ponerse de acuerdo; pero, aunque la mayoría opinaba como Jeffrey, el Consejo Privado determinó que se ejecutase la sentencia para que sirviese de escarmiento a los sacerdotes que pasaban del continente a Inglaterra.

   La víspera de la ejecución, se ofreció la libertad al P. Mayne, a condición de que jurase la supremacía espiritual de la reina. El beato pidió una Biblia, la besó y dijo: “La reina no ha sido ni será nunca la cabeza de la Iglesia en Inglaterra.”

   Fue conducido en un trineo al sitio de la ejecución y no se le permitió dirigir la palabra a la multitud desde el patíbulo. Como las autoridades tratasen de arrancarle una confesión contra el Sr. Tregian y su cuñado, Sir John Arundell, el P. Mayne declaró: “Lo único que sé sobre ellos es que son hombres buenos y piadosos. El único que estaba al tanto de mi ministerio sacerdotal era yo mismo.” 


   El beato fue descuartizado vivo, pero probablemente ya había perdido el conocimiento cuando los verdugos empezaron a desentrañarle.

   Cutberto Mayne fue uno de los mártires beatificados por León XIII. Su fiesta se celebra en Plymouth y algunas otras diócesis de Inglaterra. Las carmelitas de Lanherne poseen una importante reliquia del cráneo del beato; procede de Launceston, donde fue expuesta la cabeza después de la ejecución. Francisco Tregian fue desposeído de sus bienes y estuvo en diversas prisiones durante casi treinta años. Murió en Lisboa en 1608 y a sus reliquias se atribuyeron varios milagros.

   “Es de notar que ninguno de aquéllos a los que el P. Mayne reconcilió con la Iglesia, apostató de la fe católica, sin duda porque la habían conocido gracias a tan excelente maestro.”


   El relato más fidedigno del martirio del P. Mayne es el que escribió E. S. Knox para la obra de Camm, LEM., voi. II, pp. 204-221 y 656. Véase también MMP, pp. 1-6 y 601; R. A. McElroy, Bd Cuthbert Mayne (1929); A. L. Rowse, Tudor Cornwall (1941), c. xiv; y P. A. Boyan y G. R. Lamb, Francis Tregian (1955). 

VIDAS DE LOS SANTOS
DE BUTLER—  1965



miércoles, 29 de noviembre de 2017

BEATO FEDERICO DE RATISBONA (1329 p.c.)


   No sabemos prácticamente nada acerca de la vida de este siervo de Dios. El culto que se le tributaba desde su muerte fue confirmado en 1909.

   Federico nació en Ratisbona, de padres pobres, e ingresó como hermano lego en el convento de los ermitaños de San Agustín de la misma ciudad. Ejercitó principalmente los oficios de carpintero y leñador y solía dar gracias a Dios de que existiesen oficios que él fuese capaz de desempeñar. Entre otras maravillas, se cuenta que un ángel le llevó cierta vez la comunión. La mención de su nombre en los calendarios, el título de beato que se le da en ellos y el sitio privilegiado que ocupa su sepulcro, prueban la veneración que le profesaban sus contemporáneos. El Beato Federico murió el 30 de noviembre de 1329, pero los ermitaños de San Agustín y los fieles de la ciudad de Ratisbona celebran su fiesta el día anterior.


   En Bavaria Sancta (1702), voi. I, p. 298, de M. Rader, hay una breve biografía, compuesta en gran parte de una serie de milagros de tipo muy convencional y un imponente grabado in-folio que representa al beato. Dado que dicha obra fue publicada por primera vez en 1615, constituye por lo menos una, prueba de que se veneraba al hermano Federico desde tiempo inmemorial. El decreto de confirmación del culto puede verse en Acta tpostiilicae Setlis, voi. I (1909), pp. 496-498. 

VIDAS DE LOS SANTOS
DE BUTLER—  1965


SAN SATURNINO, Obispo de Toulouse, Mártir (+ 250). 29 de noviembre.


   

Se venera a San Saturnino como evangelizador y primer obispo de Toulouse. 



   Fortunato dice que convirtió a muchos idólatras con su predicación y milagros. Se supone que predicó aquende y allende los Pirineos. El autor de su “pasión”, que data de antes del siglo VII, relata que el santo reunía a los fieles de Toulouse en una pequeña iglesia y hace notar que el principal templo de la ciudad estaba situado entre dicha iglesia y la casa del santo. Los oráculos solían hablar en el templo, pero durante largo tiempo habían permanecido mudos, y los paganos atribuyeron aquel silencio a la presencia del obispo cristiano. Así pues, los sacerdotes se apoderaron de él un día, cuando el santo pasaba frente al templo, y le arrastraron al interior. Ahí le advirtieron que si no aplacaba a los dioses ofreciéndoles sacrificios, sería sacrificado él mismo. 

   Saturnino replicó:
                    “Yo adoro a un solo Dios y sólo a El ofreceré sacrificio de alabanza. Vuestros dioses son malos y se complacen más en el sacrificio de vuestras almas que en el de vuestros toros. ¿Cómo voy a temerlos, puesto que vosotros mismos reconocéis que tiemblan ante un cristiano?” 

   Los infieles, encolerizados por esa respuesta, ataron al santo por los pies a un toro que iba a ser sacrificado y azuzaron al animal para que echase a correr colina abajo. Los sesos del mártir quedaron diseminados en la pendiente. El toro siguió arrastrando el cuerpo hasta que se reventó la cuerda. Los restos de Saturnino quedaron abandonados ante las puertas de la ciudad hasta que dos mujeres los escondieron en un foso. 







     Más tarde, las reliquias fueron trasladadas a la gran iglesia de San Saturnino.
   La iglesia que se levanta en el sitio en que se detuvo el toro se llama todavía “Taur”. Más tarde, la leyenda embelleció la vida del santo, diciendo que había sido enviado a la Galia por el Papa Clemente o por los mismos Apóstoles. 


   Por extraño que parezca, Ruinart incluyó la pasión de San Saturnino en su Acta Sincera. Delehaye estudia en CMH todos los puntos importantes. San Gregorio de Tours menciona más de una vez a San Saturnino y su basílica de Toulouse y es evidente que tenía ante los ojos el texto de la pasión del mártir. Tanto Venancio Fortunato como Sidonio Apolinar honran al santo obispo y hacen eco al relato legendario de su martirio. Los calendarios mozárabes conmemoran también al santo el día de hoy


VIDAS DE LOS SANTOS
DE BUTLER—  1965



SAN SATURNINO, Mártir (+ 309 p.c.)- 29 de noviembre.


   
   La Iglesia de occidente conmemora el día de hoy a este mártir, pero todo lo que sabemos sobre él se reduce a lo que cuentan las falsas “actas” del Papa San Marcelo I.

   El Martirologio Romano dice:En Roma, en la Vía Salaria, el nacimiento para el cielo del anciano Saturnino y del diácono Sisinio, que fueron martirizados en tiempos del emperador Maximiano. Después de debilitarlos con una larga prisión, el prefecto de la ciudad mandó que se los torturase en el potro, se los golpease con varas y látigos y se los quemase con brasas. Finalmente fueron decapitados.” El Papa San Dámaso escribió, en un epitafio, que San Saturnino era un sacerdote cartaginés que había ido a Roma. Ciertamente fue sepultado en el cementerio de Traso, en la nueva Vía Salaria.


   La pasión del Papa Marcelo, de la que se deriva la leyenda de Saturnino y Sisinio, puede verse en Acta Sanctorum, enero, vol. II y también en Surio, etc. El problema se discute en CMH., pp. 626-627. Una basílica de la Vía Salaria, que probablemente estaba dedicada a San Saturnino, se incendió en tiempos de Félix III (IV), c. 528; pero fue reconstruida y restaurada por los Papas Adriano y Gregorio IV, en los siglos VIII y IX respectivamente, como lo hace constar el Liber Pontificalis.



VIDAS DE LOS SANTOS
DE BUTLER—  1965


SANTORAL DÍA 29 de noviembre.




1-  En Roma, en el cementerio de Trasón, en la vía Salaria Nueva, san Saturnino de Cartago, mártir, quien, según refiere el papa san Dámaso, bajo el emperador Decio, por confesar a Cristo, en su misma patria fue atormentado en el potro y, expatriado a Roma, después de superar otros atroces tormentos, convirtió a la fe al tirano Graciano y alcanzó, decapitado, la corona del martirio (257).






2-  En Toulouse, de la Galia Narbonense, conmemoración de san Saturnino, obispo y mártir que, según la tradición, en tiempo del mismo Decio fue detenido por los paganos en el Capitolio de esta ciudad y arrastrando por las escaleras desde lo alto del edificio, hasta que, destrozados la cabeza y el cuerpo, entregó su alma a Cristo (c. 250).







3-  En Ancira, de Galacia, san Filomeno, mártir, que en la persecución bajo el emperador Aureliano, y siendo prefecto Félix, después de arrojarlo al fuego le acribillaron manos, pies y cabeza con clavos y así consumó su martirio, según se refiere (s. III).







4-  En Todi, de la Umbría, santa Iluminada, virgen (320).






5-  En Sarug de Batnan, de Osrhoene, en Mesopotamia, san Jacobo, obispo, que ilustró con su fe purísima a esta Iglesia por medio de sus sermones, homilías y traducciones, y es reconocido por los sirios como doctor y columna de la Iglesia, junto con san Efrem, (521).






6-  En Daventer, de Frisia, traslación de san Radbodo, obispo de Utrech, pastor docto y prudente, que murió visitando a los campesinos (918).






7-  En York, en Inglaterra, beato Eduardo Burden, presbítero y mártir, que, habiendo estudiado en el Colegio de los Ingleses en Reims, ya ordenado presbítero, por regresar a los dominios de la reina Isabel I, fue condenado al patíbulo ante una turba enfurecida (1588).



8-  Allí mismo, ocho años más tarde, beatos Jorge Errington, Guillermo Gigson y Guillermo Knight, mártires y sacerdotes, que, vigilados como proscritos por el mero hecho de ser presbíteros, fueron martirizados cruelmente (1596).



9-  En la isla de Sumatra llamada Aceh, beatos mártires Dionisio de la Natividad (Pedro) Berthelot, presbítero, y Redento de la Cruz (Tomás) Rodríguez, religiosos de la Orden de los Carmelitas Descalzos, a quienes los mahometanos sometieron a esclavitud y, finalmente, llevaron a la orilla del mar para acabar asaetándolos y decapitándolos (1638).






10-  En Luceria, de la Apulia, san Francisco Antonio Fasani, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores Conventuales, varón de exquisita doctrina, sumamente fundamentado en la escuela de la predicación y de la penitencia, el cual sirvió hasta tal punto a los pobres y necesitados, que nunca dudó en despojarse incluso de sus vestidos para cubrir al mendigo, ofreciendo a todo el mundo ayuda cristiana (1742).






11-  En el lugar llamado El Saler, cerca de Valencia, en España, beato Alfredo Simón Colomina, presbítero, de la Compañía de Jesús y mártir, quien, en la persecución contra la Iglesia, confirmó con su sangre su fidelidad al Señor (1936). 








“MARTIROLOGIO ROMANO”

martes, 28 de noviembre de 2017

SANTORAL DÍA 28 de noviembre.





1. En Sebaste, de Armenia, san Irenarco, mártir, que ejerciendo de verdugo se convirtió a Cristo motivado por la constancia de las mujeres cristianas y, bajo el emperador Diocleciano y el prefecto Máximo, murió decapitado (s. IV). 




2. En África, conmemoración de los santos mártires Papiniano, obispo de Vita, y Mansueto, obispo de Uruci, que en la persecución de los vándalos, reinando el arriano Genserico, por defender la fe católica fueron quemados en todo su cuerpo con planchas de hierro incandescentes, y así consumaron su gloriosa agonía. En ese mismo tiempo, fueron primero exiliados y después coronaron la carrera de su vida con la confesión de la fe, otros santos obispos: Urbano de Girba, Crescente de Bizacena, Hebetdeo de Teudali, Eustasio de Sufes, Cresconio de Oea, Vicis de Sabrata y Félix de Hadrumeto, y más adelante, bajo Hunnerico, hijo de Genserico, Hortelano de Bennefa y Florenciano de Midila (s. V).



Papiniano, obispo de Vita





3. En Constantinopla, san Esteban el Joven, monje y mártir, que en tiempo del emperador Constantino Coprónimo, por dar culto a las imágenes sagradas fue atormentado con variados suplicios y confirmó la verdad católica con el derramamiento de su sangre (764).









4. Cerca de Rossano, en Calabria, santa Teodora, abadesa, discípula de san Nilo el Joven, maestra en la vida monástica (980).





5. En Nápoles, de la Campania, sepultura de Jacobo Piceno o de la Marca, presbítero de la Orden de Hermanos Menores, esclarecido por su predicación y austeridad de vida.







6. En York, en Inglaterra, beato Jacobo Thomson, presbítero y mártir, que condenado a la pena capital, reinando Isabel I, por haber reconciliado a muchos con la Iglesia Católica, sufrió los suplicios del patíbulo (1582).





7. En el poblado de Khám Duong, en Annam, san Andrés Tran Van Trông, mártir, que encarcelado y atormentado atrozmente, por negarse a pisar la Cruz fue degollado en tiempo del emperador Minh Mang (1835).






8. En el lugar llamado Paracuellos del Jarama, cerca de Madrid, en España, beatos Juan Jesús (Mariano) Adradas Gonzalo, presbítero y catorce compañeros 64, mártires y religiosos de la Orden de San Juan de Dios, que durante la persecución contra la fe fueron coronados tras gloriosa pasión (1936).






9. En Picadero de Paterna, en el territorio de Valencia, en España, beato Luis Campos Górriz, mártir, que durante la misma persecución coronó con su glorioso martirio una vida fervorosamente entregada al apostolado y a la caridad (1936).








10. Memoria de san Honesto de Nimes, presbítero (s. III)







“MARTIROLOGIO ROMANO”