viernes, 28 de junio de 2019

El sacratísimo Corazón de Jesús. (Primer viernes después de la octava de Corpus).




   Es sin duda una singularísima merced de Dios, la que en estos últimos siglos ha hecho a los hombres, inspirándoles por medio de su sierva la beata Margarita María de Alacoque la devoción suavísima al sagrado Corazón de Jesucristo, Señor nuestro.

   Al aparecerse el Redentor divino en la figura más hermosa y atractiva que pudo concebir su bondad, ha querido recordarnos que, a pesar del olvido e ingratitud de los hombres, amaba con aquella misma infinita caridad con que se sacrificó por todo el linaje humano en el ara de la santa cruz; ¿qué significa la corona de espinas que trae hincada en el corazón, sino que tiene amor para sufrir de nuevo, si fuera preciso, aquellos mismos tormentos que padeció por nosotros en los días de su pasión sacratísima? ¿Qué nos dice esa grande herida de su corazón, y la sangre que de ella gotea, sino que por nuestro amor la derramaría de nuevo, si fuese necesario hasta la última gota? ¿Qué nos enseña con esa cruz que, como árbol de vida, brota de su Corazón divino, sino que quisiera padecer nueva cruz y nueva muerte si aún fuese menester para redimirnos y darnos la eterna vida? ¿Y qué son esas llamas que brotan de su Corazón divino, sino ardentísimas lenguas de fuego, que predican amor, para encender de nuevo los corazones tibios de los hombres?

   Y aunque muchos son tan ciegos e ingratos que desprecian estas finezas del amor de Jesucristo, no por esto deja de cumplir sus designios adorables: y desde que se dignó descubrirnos los tesoros de su divino Corazón, comenzó a prender por todas partes el fuego de su amor, y a extenderse su culto público con una rapidez igual a la de la propagación del Evangelio.

   En todas las capitales del orbe católico se le han consagrado suntuosos templos, en todos los templos tiene ya sus altares y tronos de amor, y a todos sus altares atrae numerosos y fervientes adoradores.

   Sólo el Apostolado de la Oración Ha reunido en el espacio de cincuenta años, más de cincuenta mil piadosas asociaciones, y la frecuencia de sacramentos en el primer viernes de cada mes, las magníficas solemnidades y procesiones con que es honrado en toda la cristiandad el deífico Corazón de Jesús, y las maravillosas conversiones y reforma de costumbres que causa su universal devoción, espantan y desconciertan a los impíos, y manifiestan los admirables triunfos del Conquistador divino de los corazones.

   El Corazón divino de Jesús, como dice nuestro actual Pontífice León XIII, es la vida del espíritu católico, y ha de ser la salvación de la sociedad.



Reflexión: Mas también han de ser, oh cristiano, la vida y eterna salud de tu alma.

   Por ventura padeces hartos trabajos en este mundo, y tal vez por tus muchos pecados no esperas cosa buena después de esta vida.

   Acógete pues al sagrado Corazón de Jesús, que dice: Venid a mí todos los que estáis trabajados y agobiados, que yo os aliviaré.

   Amale sobre todas las cosas y con todas tus fuerzas, y manifiéstale tu amor comulgando en este día de su festividad, y visitándole en la adorable Eucaristía, para desagraviarle de las ofensas que recibe de los impíos herejes y malos cristianos.

   Procura también hacerte digno de aquellas nueve promesas regaladísimas que el amabilísimo Salvador hizo a los fervorosos devotos de su Corazón adorable, entre las cuales una es que cuando muriesen acogería Él sus almas en el seno de su infinita bondad.




Oración: Te rogamos ¡oh Dios omnipotente! que, al gloriarnos en el santísimo Corazón de tu amado Hijo, y hacer memoria de los principales beneficios de su amor, nos alegremos juntamente en estos obsequios y en el fruto espiritual de nuestras almas. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.



                                               FLOS SANCTORVM



DE LA FAMILIA CRISTIANA.

jueves, 27 de junio de 2019

SAN LADISLAO, rey de Hungría. (+ 1096)— 27 de junio.




   Modelo perfectísimo de príncipes cristianos fué el gloriosísimo rey de Hungría san Ladislao I.

   Nació en Polonia, donde se había refugiado su padre Bela, huyendo de la persecución del rey Pedro.

   Se crio en la corte de Polonia, y después en la de Hungría, y por muerte de Geiza su hermano, fué coronado por rey de Hungría, con general aplauso de todo el reino.



   Un antiguo rey llamado Salomón, que por sus exorbitantes excesos y crueldades había sido arrojado del trono levantó a los Hunos en armas contra Ladislao, mas fué vencido y derrotado por el ejército real, y sólo con la fuga pudo salvar la vida.

   Libre ya Ladislao de este cuidado, convocó una junta de los prelados, de la nobleza y del pueblo para restablecer el orden en todo su reino.


   Le presidió él mismo en persona: y las sabias ordenanzas que se dictaron en ella se recopilaron en tres libros, y son como la quinta esencia de la política cristiana.

   Envidiosos los príncipes vecinos de la felicidad de Ladislao, hicieron varias irrupciones en sus estados; mas el santo puesto a la cabeza del ejército, reprimió a los Bohemios, ahuyentó a los Hunos y les obligó a pedir la paz; tomó a Cracovia, domó a los Polacos y a los Rusos, quitó a los bárbaros la Dalmacia y la Cracovia, humilló a los Tártaros, y conquistó gran parte de la Bulgaria y de la Rusia.

   El número de sus batallas fué el de sus victorias.

   Con esta paz alcanzada de todos los enemigos, florecieron en el reino las artes, la industria, el comercio y la agricultura, y juntamente la religión y las buenas costumbres, que hicieron de aquel reino, el reino más feliz de toda la cristiandad.

   Y aunque era magnífica y espléndida la corte del santo rey, su vida era un dechado de todas las virtudes.

   Asistía cada día a los divinos oficios, ayunaba tres días cada semana, dormía sobre la dura tierra, maceraba su carne con rigurosas penitencias, y tuvo tan grande amor y estima de la castidad, que jamás pudieron persuadirle que se casase.



   Cuando comulgaba, se le encendía el rostro con un fuego de amor divino; y no era menor la devoción que tenía a la Madre de Dios, en cuya honra edificó la célebre basílica de nuestra señora de Waradín.

   Para los pobres levantó hospitales y casas de beneficencia: él mismo les hacía justicia, acomodaba sus diferencias, y socorría todas sus necesidades.
   Todos sus vasallos le amaban como a padre.

   Finalmente habiendo aceptado el mando general de un ejército de trescientos mil cruzados que le ofrecieron los príncipes de España, Francia e Inglaterra, movidos por el fervoroso celo del papa Urbano II, cuando hacía los aprestos de aquella guerra santa, el Señor le llamó para sí, a los cincuenta y cuatro años de su edad, y al décimo quinto de su reinado.

   Su muerte fué muy sentida en toda la cristiandad, y llenó de luto y de lágrimas todo su reino.


Reflexión: Tal es el acertado gobierno de un rey santo, y tal la felicidad nacional que resulta de un santo gobierno.

   Quéjense muchos de que Dios tolere esos gobiernos actuales que, en lugar de mirar por el bien de los pueblos, los tiranizan y explotan.




   Pero ¿qué culpa tiene Dios ni su providencia, si los mismos pueblos por universal sufragio les dan sus votos, sólo porque les prometen libertad y más libertad para el mal, y no piensan siquiera en elegir hombres cristianos que gobernarían conforme a la ley de Dios y de la conciencia?


Oración: Oye, Señor, agradablemente las súplicas que te hacemos en la solemnidad de tu confesor, el bienaventurado rey Ladislao, para que los que no confiamos en nuestros méritos, seamos ayudados por los ruegos del que tuvo la dicha de agradarte. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amen.

FLOS SANCTORVM
DE LA FAMILIA CRISTIANA.

miércoles, 26 de junio de 2019

MARTIROLOGIO ROMANO: DÍA 26 DE JUNIO.














—En Roma, en el monte Celio, los santos mártires Juan y Paulo, el primero intendente, el segundo primiciero de la virgen Constancia, hija del emperador Constantino, quienes en tiempo de Juliano Apóstata fueron acuchillados, recibiendo así a palma del martirio.






—En Trento, san Vigilio, obispo, quien, esforzándose por extirpar del todo los restos de la idolatría, fue apedreado por unos hombres bárbaros y feroces y hecho mártir por el nombre de Jesucristo.







—En Córdoba en España, la fiesta de san Pelagio, tierno infante, que por la confesión de la fe fué, por orden de Abedarramen, hecho trizas con unas tijeras, consumando gloriosamente su martirio.








—En Valencienes, san Sauvio, obispo de Angulema, y san Superio, mártires.







—Además, la conmemoración de san Antelmo, obispo de Belley.





—En Poitu, san Maixan, presbítero y confesor, que fué célebre en su tiempo por sus milagros.







—En Tesalónica, san David, eremita.







—En dicho dia, santa Perseveranda, virgen.


—En Clermon en Auverña, san Ajudou, confesor.


—En San Mauro cerca de París, san Babolino, primer abad de dicho lugar.








—En San Pedro de Diva, diócesis de Seez, san Vamberto, cura párroco, muerto por los Normandos venidos de Dinamarca.


—En Tournai en el noviciado de los Jesuitas, el recibimiento del cuerpo de santa Depa, virgen y mártir, traído del cementerio de Priscila de Roma.


—En Otrícolí cerca de Roma, san Benedeto, médico, martirizado bajo el emperador Antonino y el juez Sebastian.







—En Roma, el venerable Adeodato, papa.








—En dicho día, san Juan Tauroscita, obispo de los Godos, echado a un destierro por León Isáurico, porque defendía el culto de las santas imágenes.


—En Euguba, san Rodolfo, obispo, que había sido discípulo de san Pedro Damiano, y discípulo de santa Cruz de Avellana.






Sacado de AÑO CRISTIANO POR EL P. J. CROISSET, de la Compañía de Jesús. Traducido del francés, por el P. J. F. DE ISLA, de la misma compañía. Año 1864. 



lunes, 24 de junio de 2019

MARTIROLOGIO ROMANO. DÍA 24 DE JUNIO.
















—La natividad de san Juan Bautista, precursor del Señor, hijo de Zacarías y de Elisabeth, que fue lleno del Espíritu Santo en el claustro materno.







—En Roma, la memoria de muchos santos mártires, que, acusados en tiempo de Nerón calumniosamente del incendio de la ciudad, fueron atrozmente martirizados por orden del mismo emperador; unos, cubiertos con pieles de fieras, fueron echados a los perros; otros crucificados; otros encendidos como faroles para el alumbrado. Todos eran discípulos de los apóstoles; siendo así las primicias de los mártires que la santa Iglesia romana, campo fértil de víctimas, ofreció a Dios aun antes de la muerte de los apóstoles.



—En dicho lugar, el santo mártir Fausto con otros veinte y tres.





—En Satales en Armenia, los siete santos mártires hermanos, Oreucio, Heros, Farnaeto, Fermín, Firmo Ciríaco y Longino, soldados, que fueron despojados del cíngulo militar por el emperador Maximiano, por ser cristianos, y separados unos de otros para ser conducidos a diferentes lugares, donde, abrumados a calamidades y padecimientos, pasaron a descansar en el Señor.







—En Creteil, diócesis de Paris, el martirio de los santos Agoardo, Agliberto, y otros innumerables cristianos de ambos sexos.




—En Autun, el fallecimiento de san Simplicio, apellidado Tereste, famoso por su santidad y vida ejemplar monástica.



—En Poitu, la muerte de santa Pechina, virgen.





—En Nants, san Goliardo, obispo, sacrificado por los Normados con una parte de su clerecía y pueblo, al cantar Sursum corda.



—En Malinas, el martirio de san Rombaudo, obispo de Dublín en Irlanda.



—En Auxerra, san Erry, fraile de san Germán.


—En Marsigny, en Borgoña, el venerable Raígardo, de la orden de Cluni.



—En Tesalónica, el martirio de santa Lacea y otro muchos.



—En Constantinopla, el martirio de san Urbas y compañeros hasta setenta y nueve, quemados vivos dajo Valente.


—En Roma, el fallecimiento de santa Rómula, mencionado por san Gregorio en dos lugares de sus obras.




Sacado de AÑO CRISTIANO POR EL P. J. CROISSET, de la Compañía de Jesús. Traducido del francés, por el P. J. F. DE ISLA, de la misma compañía. Año 1864. 

viernes, 21 de junio de 2019

MARTIROLOGIO ROMANO: DÍA 21 DE JUNIO.








—En Roma, santa Demetria, virgen, que recibió la corona del martirio bajo Juliano Apóstata.






—En Siracusa de Sicilia, la fiesta de los santos mártires Rufino y Marico.


—En África, los santos mártires Siriaco y Apolinar.







—En Maguncia, san Alban, mártir, que, después de     muchos trabajos y crudos combates por la fe de Jesucristo, mereció la corona de la vida.







—En dicho día, san Eusebio, obispo de Samosata, quien, en tiempo de Constancio, emperador arriano, visitaba las santas iglesias, disfrazado de soldado, para con firmarlas en la fe católica. Luego bajo Valente, fue desterrado á Tracia. Mas vuelta la paz a la iglesia en tiempo de Teodosio, fue llamado del destierro; y habiendo vuelto a su santa costumbre de visitar las Iglesias, entrando un día en una, de un tejazo en la cabeza le hizo mártir una mujer arriana.






—En lcona en Licaonia, san Terecio, obispo y mártir.


—En Pavía, san Urcisceno, obispo y confesor.


—En Tongres, san Martin, obispo.






—En la diócesis de Evreux, san Leufroi, abad.






—En Roma, san Luis de Gonzaga, jesuita, recomendable por la inocencia de sus costumbres y el desprecio de su principado.




—En Bretaña, san Mars, patrón de Bais, diócesis de Rennes.



—En la diócesis de san Malo, san Meen, abad del monasterio llamado Gael.


—En Burges, san Roils, obispo, hermano de Rodolfo, vizconde de Turena.






—En Cilicia, san Julián de Tarso, quien, cosido dentro de un cuero lleno de víboras y culebras, fue arrojado al mar. El santo cuerpo fue llevado a Antioquía y depositado en la iglesia llamada San Julián, en la cual san Crisóstomo predicó una de sus homilías.








—En dicho día, el martirio de san Afrodísio de Cilicia, bajo el gobernador Dionisio.







—En Volsen cerca de Harlen en Holanda, san Englemondo, abad.




—En Roma, el fallecimiento de san Paulo, papa.






Sacado de AÑO CRISTIANO POR EL P. J. CROISSET, de la Compañía de Jesús. Traducido del francés, por el P. J. F. DE ISLA, de la misma compañía. Año 1864.