—En Zaragoza España, Nuestra
Señora del Pilar
—En Brasil, Nuestra
Señora de Aparecida.
—El martirio de san
Edistio, mártir, en Ravena, en el camino de Loreto. (El año 308 su santo cuerpo fue
sepultado en el mismo lugar del martirio, y después colocado en una iglesia
dedicada a su nombre).
—Santa Domnina, mártir,
en Licia, en tiempo del emperador Diocleciano, (Por
la confesión de Jesucristo, primero fue cruelmente azotada, y enseguida llevada
a la cárcel donde permaneció algunos días sin tomar alimento ni bebida. Posteriormente
la sacaron de la cárcel para asolarla con más crueldad que antes, descarnarle
todo el cuerpo, aplicarle planchas encendidas en los costados, y descoyuntarle
diferentes miembros. En tan lastimoso estado la volvieron otra vez a la cárcel,
donde dio presto el alma a su Criador, cantando divinas alabanzas, en el año
301).
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san Félix y san Cipriano |
—Los Santos confesores y
mártires cuatro mil novecientos sesenta y seis Santos, en el África, durante
la persecución de los vándalos, siendo rey de estos el bárbaro Hunnerico,
arriano. De los santos confesores y mártires unos eran obispos, otros
presbíteros, otros diáconos, y muchos seglares, y dos ellos sin distinción por
defender la fe católica fueron desterrados a un áspero y espantoso desierto.
Algunos de ellos murieron en el camino en fuerza de la gran crueldad con que
los trataban los soldados moros que les acompañaban; pues a unos punzaban con
los cuentos de las lanzas para que corriesen, a otros apedreaban, a otros
atados por los pies llevaban arrastrando como si fueran cadáveres por pedregales
y cuestas agrias, descoyuntándoles así todos los miembros; por último, o en el
camino o en el destierro, afligidos con diverso genero de tormentos todos ellos
alcanzaron la palma del martirio. Capitaneaban este glorioso ejército los sacerdotes
del Señor san Félix y san Cipriano.
—San Maximiliano, obispo
de Lorch, en Celena de Hungría.
—San Walfrido, obispo y
confesor en York en Inglaterra.
—San Monas, obispo en
Milán a quien (hallándose
el clero y el pueblo reunidos para tratar la elección de un pastor)
vieron rodeado de una luz celestial; por cuya señal fue unánimemente electo obispo
de aquella iglesia (y
luego consagrado; atestiguando después por sus virtudes y milagros que había en
efecto recibido del cielo su misión).
—Los santos mártires Evagrio, Prisciano y sus compañeros, en Roma.
—San Salvino, obispo, en
Verona. (Poseyó
el don de milagros y fue perfectísimo en todas sus obras y acciones, mereciendo
que Jesucristo se le apareciese en su última hora para conducirlo a la patria
celestial).
—San Eustaquio,
presbítero y confesor, en Siria.
—San Serafín de monte
Granario, confesor, del Orden de Capuchinos, en Ascoli, en la marca de Ancona, el
cual fue esclarecido en virtudes y milagros y a quien el Sumo Pontífice
Clemente XIII puso en el catálogo de los Santos.
—Y en otras partes se
hace la fiesta y la conmemoración de otros muchos santos Mártires, Confesores y
santas Vírgenes.
Alabado y glorificado sea
Dios eternamente.
AÑO CRISTIANO
POR EL P. J. CROISSET, de la Compañía
de Jesús. (1864).
Traducido del francés. Por el P. J. F.
de ISLA, de la misma Compañía.
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