—La fiesta de la
Maternidad de la bienaventurada Virgen María.
—El martirio de los
santos mártires Taraco, Probo y Andrónico, en Tarso de Cilicia;
los cuales, en la persecución de Diocleciano, afligidos largo tiempo entre la
inmundicia de la cárcel, y probados hasta tres veces con diversos tormentos,
por último, siendo degollados, confesando a Cristo alcanzaron la corona del
glorioso martirio.
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Nicasio, obispo de Rúan |
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Nicasio, Quirino, Escubículo y Piencia. |
—El suplicio de los
santos mártires Nicasio, obispo de Rúan, Quirino, presbítero, Escubículo,
diácono, y Piencia, virgen, en una aldea de Vexin; sentenciados
a muerte por el presidente Fescenino. (San
Nicasio fue obispo de Rúan, y entre la multitud de personas que convirtió a la
religión cristiana, una de las notables fue santa Piencia, virgen francesa de
gloriosa memoria. Quirino, presbítero, y Escubículo, diácono, ambos auxiliaron
eficazmente a san Nicasio en sus tareas apostólicas, y se cree que los tres fueron
los fundadores de la iglesia de Rúan, y que murieron entre el segundo y tercer
siglo del Cristianismo en una aldea de Vexin. Sus sagrados restos fueron
sepultados por los Cristianos en una gruta, en la cual encontrando los gentiles
cierto día a santa Piencia la degollaron).
—San Germán, obispo y mártir, en Besanzon en las Galias.
—El suplicio de los
santos mártires Anastasio, presbítero, Plácido, Ginés y sus compañeros.
—San Sármatas, discípulo
de san Antonio, abad, en la Tebaida; a quien por confesar a Jesucristo
mataron los sarracenos (en
el año veinte y dos del imperio de Constantino el Grande, según dice san
Jerónimo).
—San Fermín, obispo y
confesor, en Ucez en el Languedoc. (A
la edad de veinte y dos años sucedió en la silla de Ucez a un tío suyo que le
había educado, por el unánime sufragio del pueblo y del clero. La prudencia y
sabiduría que mostró acreditaron muy bien que la elección había sido inspirada
por Dios. Asistió a los concilios IV y V de Orleans, celebrados en los años 341
y 349, y al de París en 331, y su reputación aumentaba extraordinariamente a
medida que se le presentaban ocasiones para defender los intereses de la
Iglesia. Murió santamente por los años de 353 a la edad de treinta y siete).
—San Canico (o Kenneth), abad, en el monasterio de Achoury en Escocia.
—La dichosa muerte de san
Gumaro, confesor, en Lira o Lier en Brabante. (Sus
padres eran parientes del rey Pipino, Habiendo contraído matrimonio con una
dama de calidad, pero de condición perversa, extravagante y caprichosa, toda su
vida fue una continua probación en tribulaciones. Recibió el premio de su
paciencia en 774. El lugar de que era señor se llamaba entonces Nivesdone, después
Ledon, y ahora Lira; y por la devoción de las gentes a este Santo llegó a formarse
en ciudad considerable).
—San Emiliano o Mielan,
confesor, en Rennes en Francia. (Cuéntase
de este Santo, dedicado a la oración y al socorro de los pobres, que, a
semejanza del divino Salvador, alimentó un día a todo un gentío numerosísimo
con muy escasas provisiones).
—Las santas mujeres
Zenayda y Filonila, hermanas, parientas y discípulas en la
fe del apóstol san Pablo, en Tarso de Cilicia.
—Santa Placidia, virgen,
en Verona. (Nació
en esta ciudad, y fue hermana del obispo san Leoncio. Habiendo consagrado su
integridad a Jesucristo, se retiró a una soledad donde vivió muchos años esclarecida
en virtudes y milagros hasta su dichoso tránsito, en que se vio rodeada de
coros de Ángeles que acompañaron su alma a la morada de Dios).
—Y en otras partes se
hace la fiesta y la conmemoración de otros muchos santos Mártires, Confesores y
santas Vírgenes.
Alabado y glorificado sea
Dios eternamente.
AÑO CRISTIANO
POR EL P. J. CROISSET, de la Compañía
de Jesús. (1864).
Traducido del francés. Por el P. J. F.
de ISLA, de la misma Compañía.
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