martes, 11 de agosto de 2020

NOVENA A SANTA CLARA DE ASÍS. DÍA OCTAVO.





COMENZAMOS: 4 de agosto.



FINALIZAMOS: 12 de agosto (Festividad).



   Puesto devotamente de rodillas en presencia de algún altar o imagen de Santa Clara, y contemplando la gloria que se mereció por su penitentísima vida, levantará el corazón a Dios nuestro Señor y a su purísima Madre, acompañado de toda la corte celestial, poniendo las potencias y sentidos en esta seráfica virgen a quien dirige la novena; y hecha la señal de la Cruz y un fervoroso Acto de contrición, dará principio con la siguiente…





ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS.


   Dulcísima virgen y amorosísima madre Santa Clara, rayo animado del divino Sol, más clara que la misma luz, vaso escogido de angélica pureza, columna de paciencia y de constancia, imagen viva de María Santísima, y a su imitación fecunda espiritual madre de innumerables vírgenes, maestra de heroicas y evangélicas perfecciones, imán poderoso de vuestra tierna y estática hermana Santa Inés, ejemplar perfectísimo del humano serafín, norte que guía a la eterna patria, sol escogido para ilustrar la Iglesia, protectora del pueblo cristiano, terror del bárbaro gentilismo, que armada con el escudo de la fe oprimís la indómita soberbia del mahometano, y lleváis tantos coros de ángeles a las bodas del inmaculado Esposo cuantos son los místicos seminarios de vírgenes que habéis fundado: inclinad hacia mí los benignos ojos de vuestra clemencia; enviadme un rayo de vuestra hermosa luz que consuma todo lo terreno de mi corazón, y encienda en él la llama de aquella eterna caridad, que con virtud activa y amorosa os trasformó en serafín, para que ardiendo siempre en obsequio de aquel Cordero sin mancha, de quien sois casta y enamorada esposa, alcance con una buena muerte aquel último fin para que me crio e hizo de la nada su infinito poder, y después goce de su divina hermosura por toda la eternidad, logrando ahora lo que os pido en esta novena, si ha de ser para mayor gloria de Dios, honor vuestro y bien de mi alma. Amén.




—Aquí se hará la petición, avivando la fe y esperanza de conseguir cuanto el devoto deseare por la poderosa intercesión de la seráfica madre y prodigiosa virgen Santa Clara.







DÍA OCTAVO.




ORACIÓN.


   Altísimo Señor de los ejércitos, que siendo el más fuerte en las batallas y el más seguro en las victorias, sujetáis el indomable orgullo de los bárbaros enemigos de nuestra santa fe, y los arrojáis a lo más profundo del mar, sin que la tenaz protervia de Egipto pueda resistir vuestro invencible brazo; y que para triunfo el más heroico de vuestro poder, dispusisteis en vuestra amorosísima esposa Clara quien bañase todos los siglos de luz, y castigase la sacrílega insolente ceguedad de los sarracenos con las armas del celestial resplandor que despedían sus ojos, siendo la nave católica que, llevando el deífico pan de la Eucaristía, se ostentó la de la victoria, logrando a su favor y al de sus amadas hijas, la especial, perpetua y segura protección de vuestra omnipotencia en todos los riesgos y asaltos de la malicia impura: conceded, Señor, la fortaleza a mis manos para oponerme a los fuertes y continuos combates de mis enemigos, dándome el divino pan de los animosos, que me conforte y disponga para los triunfos en la dura milicia de esta vida, para el logro feliz de vivir y morir en vuestra gracia, y gozar después la pacífica posesión del reino de vuestra gloria. Amén.







Ahora, en memoria y reverencia de las cinco letras que, componen los misteriosos y dulcísimos nombres de Jesús, María y Clara, se dirán todos los días los siguientes versos, rezando al fin de cada dos un Padrenuestro y una Ave María a Santa Clara, para lograr por su intercesión los favores de Jesús y María.



Clara luz, cuya luz es claramente

          Esmero del poder omnipotente.
—Un Padre Nuestro y un Avemaría.

Lirio a quien el candor de su hermosura
       Dio la gracia en rocíos de luz pura.
—Un Padre Nuestro y un Avemaría.

Ara de aquel Cordero inmaculado,
       Que vivo se nos da sacramentado.
—Un Padre Nuestro y un Avemaría.

Remedio universal del cristianismo,
          Y terror del feroz mahometismo.
—Un Padre Nuestro y un Avemaría.

A vuestra clara protección clamamos
        Los que con fe tan clara la esperamos.
—Un Padre Nuestro y un Avemaría.




—Ahora se dirán o cantarán los Gozos; y este método se practicará todos los días.



GOZOS


Pues sois del divino amor
La electa esposa preclara,
Seráfica virgen Clara,
Sed nuestro amparo y favor.

Asís admiró en su oriente
Que en vos nació peregrina
La clara luz, que ilumina
Del orbe el giro excelente.
Pues el sol omnipotente
De la gracia os dio el candor,
Seráfica virgen Clara,
Sed nuestro amparo y favor.

De la virtud ilustrada
Os dio el cielo una hermosura,
Que con su clara luz pura
Os hizo aurora animada.
Pues fuisteis niña agraciada
En los ojos del Señor,
Seráfica virgen Clara,
Sed nuestro amparo y favor.

En el más supremo grado
De perfección religiosa,
A vuestra alma en luz hermosa
Miró del siglo el estado.
Pues delicias del Amado
Fuisteis siempre en dulce ardor,
Seráfica virgen Clara,
Sed nuestro amparo y favor.

De vírgenes capitana
Para hacer al mundo guerra,
En su custodia os encierra
Francisco en edad temprana.
Pues del siglo en gloria ufana
Lograsteis triunfo mayor,
Seráfica virgen Clara,
Sed nuestro amparo y favor.

En las angélicas aras
De la que es vida y dulzura,
El alma en víctima pura
A Cristo esposo preparas.
Finezas os dan muy claras
Tal maestra y director,
Seráfica virgen Clara,
Sed nuestro amparo y favor.


Vestigio sois de la huella
De esta estrella matutina,
Que os imprimió en luz divina
La clara luz de su estrella.
Pues tan claramente sella
En vos su vivo esplendor,
Seráfica virgen Clara,
Sed nuestro amparo y favor.

Al estático lucero
De Santa Inés, vuestra hermana,
Con atracción soberana
Dais por esposa al Cordero.
Pues con vos e igual esmero
Fue fiel cordera al Pastor,
Seráfica virgen Clara,
Sed nuestro amparo y favor.

En el fuego de su celo
Un serafín os inflama,
Y creciendo en vos la llama
Buscó su esfera en el cielo.
Pues hollasteis lo del suelo
Con clara luz superior,
Seráfica virgen Clara,
Sed nuestro amparo y favor.

Sois atractivo precioso,
Imán de las almas todas,
Trayéndolas a las bodas
Del mas casto eterno Esposo.
Pues vuestro influjo amoroso
La guía al centro mejor,
Seráfica virgen Clara,
Sed nuestro amparo y favor.

Un milagro permanente
Fue vuestra asombrosa vida.
Siempre al Sumo Bien unida
Con íntimo amor ardiente.
Y pues os hizo eminente
Prodigio al mundo en su honor,
Seráfica virgen Clara,
Sed nuestro amparo y favor.

Sois ejemplo de paciencia,
Nivel de toda observancia,
Columna de la constancia
Y espejo de la obediencia.
Y pues con la penitencia
Dais a la pureza albor,
Seráfica virgen Clara,
Sed nuestro amparo y favor.

Alta pobreza extremada
En vos todo el mundo ha visto,
Buscando en la cruz de Cristo
La riqueza más amada.
Pues a vuestras hijas dada
Fue como herencia mayor,
Seráfica virgen Clara,
Sed nuestro amparo y favor.

A Jesús en la aspereza
De su Pasión dolorosa
Imitasteis, fiel esposa
Herida de su fineza.
Pues copiasteis su belleza
Siendo pincel el amor,
Seráfica virgen Clara,
Sed nuestro amparo y favor.

Para oprimir la violencia
Del pérfido mahometano,
Con la custodia en la mano
Castigasteis su insolencia.
Pues salvasteis la inocencia,
Armada del Salvador,
Seráfica virgen Clara,
Sed nuestro amparo y favor.

A los brazos del Esposo
Y al tálamo inmaculado
Volasteis, siendo a su lado
Sentada en trono glorioso.
Pues en eterno reposo
Reináis con el Criador,
Seráfica virgen Clara,
Sed nuestro amparo y favor.

La Iglesia festiva aclama
Con la voz de la verdad
Los frutos de santidad
Que en vos coge, admira y ama.
Pues clara en toda la fama
Os publica con fervor,
Seráfica virgen Clara,
Sed nuestro amparo y favor.





Ora pro nobis, Beata Clara.




Ut digni efficiamur promissionibus Christi.




NOVENA
COMPUESTAS
POR EL P. JOSE DE LA PURIFICACIÓN.
Madrid 1853.



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