jueves, 6 de agosto de 2020

NOVENA EN HONOR A SAN CAYETANO DE THIENE. NOVENO DÍA.



COMENZAMOS: 29 de julio.


FINALIZAMOS: 6 de agosto.


FESTIVIDAD: 7 de agosto.



Novena dispuesta por el padre fray Rafael José Ferriol, capuchino exclaustrado y párroco de San Jaime en Palma de Mallorca, impresa en esa misma ciudad por la viuda de Buenaventura Villalonga en 1865, con licencia eclesiástica.

  



NOVENA AL GLORIOSO SAN CAYETANO DE THIENE, PARA IMPLORAR POR SU INTERCESIÓN LA SALUD DEL ALMA Y CUERPO EN TODO TIEMPO, Y MUY EN PARTICULAR EN TIEMPO DE ALGUNA CALAMIDAD.


 
Por la señal de la Santa Cruz; de nuestros enemigos líbranos, Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.
     


PREPARACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS.


   Glorioso San Cayetano, amigo de Jesús, Redentor del linaje humano, y amigo también de María Santísima, madre de los hombres, ¿a quién puedo acudir mejor para alcanzar el remedio de mis males tanto del alma como del cuerpo, que a Vos tan allegado de los dos personajes en cuyas manos están los tesoros de gracia y de naturaleza? Vos, santo mío, si queréis, podéis reparar los percances que me afligen. No espero que me despreciéis en este momento que acudo a Vos confiado en vuestro valimiento y patrocinio. ¿Puede retraeros de consolarme el ver en mí alguna falta que tenga enojada a la Divina justicia y que la obligue a castigarme? ¡Oh San Cayetano!, no os detenga esto. A la presencia del Señor me humillo, y reconociéndome pecador, digo con todas las veras de mi alma: Dios mío, perdón, pésame de haberos agraviado, por ser Vos quien sois, bondad inmensa. Concededme la gracia, y ahora muy en particular para rendir culto a vuestro especial amigo San Cayetano, por cuya intercesión espero obtener de Vos en esta novena el bien que deseo, y al fin de mi vida el descanso de mi alma en vuestra compañía eternamente en la gloria. Amén.









DÍA NOVENO (6 de agosto).


  
MEDITACIÓN: GLORIA QUE SAN CAYETANO DISFRUTA EN EL CIELO Y EN LA TIERRA POR LO MUCHO QUE TRABAJÓ EN GLORIA DE DIOS Y EN BIEN DE LAS CRIATURAS HUMANAS.



   San Cayetano, que desde su infancia hasta la muerte, se ejercitó en las virtudes de Jesucristo, humildad, paciencia, mortificación, desnudez y desprendimiento de todo lo de la tierra; San Cayetano, que para defensa de la Religión, enseñanza del pueblo, y conversión de los pecadores y de los herejes, fundó el orden de Clérigos Reglares; San Cayetano, que durante su vida, hizo bien indecible a los hombres con dones de gracia y de naturaleza ¿podía dejar de recibir el galardón correspondiente a tantos merecimientos? Dios, justo remunerador de los que se sacrifican por su honra y engrandecimiento y por la ventura de sus semejantes, quiso premiar las virtudes y obras santas de San Cayetano con gloria eterna. A la Bienaventuranza celestial voló el alma de San Cayetano luego de salir de la cárcel del cuerpo. Y en el Cielo goza desde entonces San Cayetano distinguido lugar y bienes que nunca acabarán. En tanta dicha lo vieron, por revelación, San Pedro de Alcántara, San Andrés Avelino y la venerable fundadora de Teatinas Sor Úrsula Benincasa. Y no es la gloria del Cielo que solamente goza San Cayetano, disfruta también de inefable veneración y culto en la tierra. Ya antes de su beatificación y canonización era honrado e invocado Cayetano por muchos de los fieles. Mas, luego que la Iglesia decretó se le podía obsequiar y engrandecer con pública solemnidad, desde entonces se le han erigido en ensalzamiento suyo, monumentos, oratorios y suntuosos templos, acudiendo a ellos sus devotos para rendirle distinguidas festividades, e implorar por medio de sus sagradas imágenes consuelo y ventura celestial, y el reparo de sus desgracias.

   Mira, cristiano, cómo recompensa el Señor los méritos contraídos en el ejercicio de la virtud, y en el de las obras de Misericordia. Ten presente que no en balde trabajarás en los caminos de la divina ley. Da a Dios lo que de justicia le pertenece. Trata a tus semejantes como a ti mismo, y alcanzarás en premio la gloria eterna.



EJEMPLO: «Un varón muy espiritual, que con fervorosos deseos anhelaba a la conquista del reino de los cielos, dirigiendo sus pasos por la estrecha senda de la perfección evangélica, aspiró con ánimo generoso a seguir con su auxilio los que en ella dio el espíritu gigante de Cayetano. A este fin proponía a su memoria aquellas heroicas virtudes que ejercitó el Santo, por si podía sacar en su alma alguna copia, que no desdijese en todo del original que se había propuesto. Tenía asimismo en su estancia un retrato material del Santo, delante del cual hacía cada día su examen de conciencia, y era para él un clarísimo espejo donde descubría sus manchas o lunares, porque el día que como hijo de Adán se había deslizado en más faltas, o pasado con mayor pereza, el Santo se lo indicaba en el semblante, mostrándose indignado; y al contrario, cuando más fervoroso se había empleado en obras del divino agrado, también se lo indicaba, mostrándose agradable y amoroso, con que en este retrato tenía el devoto discípulo del Santo, un maestro de la vida, para llevar gobernada la suya, logrando cada día ventajas en su espiritual aprovechamiento». Vida de San Cayetano, edic. de 1723, pág. 596.




—Se rezará nueve veces el Padre nuestro, Ave María, y Gloria Patri con una aspiración antes de cada uno:


¡Oh San Cayetano, rogad por la conversión de los pecadores! Padre nuestro, Ave María, y Gloria Patri.


¡Oh San Cayetano, rogad por la conversión de los herejes e infelices! Padre nuestro, Ave María, y Gloria Patri.


¡Oh San Cayetano, rogad por la conservación de los justos en el estado de la gracia! Padre nuestro, Ave María, y Gloria Patri.


¡Oh San Cayetano, rogad por el sostén y extensión de la Iglesia Católica! Padre nuestro, Ave María, y Gloria Patri.


¡Oh San Cayetano, rogad por la pureza y por la defensa de los ministros del santuario! Padre nuestro, Ave María, y Gloria Patri.


¡Oh San Cayetano, rogad por la paz entre los reinos católicos! Padre nuestro, Ave María, y Gloria Patri.


¡Oh San Cayetano, rogad por la salud de todos los fieles cristiano-católicos! Padre nuestro, Ave María, y Gloria Patri.


¡Oh San Cayetano, rogad por la conservación y aumento de los frutos de la tierra! Padre nuestro, Ave María, y Gloria Patri.


¡Oh San Cayetano, rogad por todos los enfermos agonizantes, a fin de que mueran en el ósculo del Señor! Padre nuestro, Ave María, y Gloria Patri.
  


CONCLUSIÓN PARA TODOS LOS DIAS


    Poderosísimo San Cayetano, a vuestro honor y ensalzamiento se ha dirigido este piadoso ejercicio. Si no ha llegado al pie de vuestro altar con toda aquella devoción que el Señor requiere en tales actos, haya para nosotros indulgencia, santo mío; mirad que somos todos miserables hijos de un padre prevaricador. Y en este concepto, según lo bueno que haya en nuestra oración, y en atención a los méritos de la Pasión de Jesucristo, tomad interés por nuestro bien, especialmente por la salud de nuestras almas. No nos abandonéis, ¡oh glorioso San Cayetano! Hoy más que nunca miradnos con ojos de compasión. Impetrad del trono de la Trinidad santísima el perdón de nuestras iniquidades que tan irritado tienen al Cielo contra nosotros, alcanzadnos la amistad divina con que seamos bendecidos durante la vida en este destierro, y coronados después de la muerte con la diadema de la inmortalidad en el reino de la gloria. Amén.



ORACIÓN DE SAN CAYETANO PARA EL REMEDIO DE LAS MAYORES NECESIDADES


   Mira, Señor y Padre santísimo, desde tu santuario, y sublime morada celestial esta sacrosanta Hostia que ofrece nuestro Sumo Pontífice Hijo tuyo y Señor nuestro, por los pecados de sus hermanos: aplácate, no obstante las muchas maldades del mundo; atiende a la voz de la Sangre de nuestro hermano Jesucristo que clama a ti desde la Cruz: otorga, Señor, nuestros ruegos: aplácate Señor, y concédenos lo que te pedimos; no des largas por ser Tú quién eres, Dios mío, pues tu santo Nombre ya se invocó sobre tu pueblo; y haz con nosotros según tu misericordia. Amén.



GOZOS AL GLORIOSO SAN CAYETANO
 

Conde en Venecia nacisteis,
Y en la juventud florida
Deudos y honras de esta vida
Por pobre desconocisteis:
Pues en Dios, gran veneciano,
Lográis nobleza mayor:
Sednos padre y protector,
Milagrero Cayetano.
  
Vuestra patria os aclamaba,
Ya por santo entre niñeces,
Y en vos ciertas solideces
De la virtud admiraba:
Pues disteis muestras enano
De agigantado valor:
Sednos padre y protector,
Milagrero Cayetano.
 
La pobreza y abstinencia
Como apóstol abrazasteis,
Y a vuestros hijos mandasteis
Vivir de la providencia:
Y siempre con larga mano
Os socorría el Señor:
Sednos padre y protector,
Milagrero Cayetano.
  
Humilde en los hospitales
Servíais a los dolientes,
Sanando sus accidentes
Incurables o mortales:
Y pues poder soberano
Os ha dado el Redentor:
Sednos padre y protector,
Milagrero Cayetano.
  
En Roma puso María
A Jesús en vuestros brazos,
Logrando en tiernos abrazos,
Tan amable compañía:
Y pues depósito Pífano
Fuisteis del mismo Criador:
Sednos padre y protector,
Milagrero Cayetano.
 
Fuiste insigne penitente,
Tanto que según decíais,
Vuestro cuerpo aborrecíais
Como al demonio insolente.
Pues sois del mundo liviano
Constante perseguidor:
Sednos padre y protector,
Milagrero Cayetano.
     
Vuestro aspecto prodigioso
Todos los vicios destruye,
Y de vuestra imagen huye
El espíritu alevoso:
Pues del infernal villano
Sois firme espanto y terror,
Sednos padre y protector,
Milagrero Cayetano.
    
Un Moro porque votó
Retener vuestra figura,
De una prisión cruel, y dura
Felizmente se libró:
Pues sois aun del más pagano
Amable consolador:
Sednos padre y protector,
Milagrero Cayetano.
    
Muchas almas acosadas
De venérea tentación
Deja vuestra intercesión
Dichosamente libradas:
Pues sobresale a lo humano
Vuestro virgíneo candor:
Sednos padre y protector,
Milagrero Cayetano.
    
Dais esfuerzo, luz, y guía
Al más triste agonizante,
Y al enfermo vacilante
Suspendéis la frenesía:
Para que como cristiano
Muera contrito de amor:
Sednos padre y protector,
Milagrero Cayetano.
   
En los partos laboriosos
Dais feliz alumbramiento,
Trocando en alegre acento
Los suspiros dolorosos:
Pues nunca el devoto en vano
Imploró vuestro favor:
Sednos padre y protector,
Milagrero Cayetano.
    
El conyugal desconsuelo
Por falla de sucesión,
Alivias grato Patrón
Si es conveniente su anhelo:
Que cuando el deseo es vano
No os merece por fiador:
Sednos padre y protector,
Milagrero Cayetano.


      
Antífona:

Buscad primero el Reino de Dios y su justicia, y todo lo demás se os añadirá.


. Bajo la sombra de tus alas protégenos, San Cayetano.


. Sé nuestro refugio en la tribulación.


 
ORACIÓN


   Suplicámoste, Señor, que no nos falte en nuestras necesidades la intercesión de tu bienaventurado confesor San Cayetano, para que experimentemos continuamente el auxilio de aquél que respetuosamente veneramos. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.



—En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.




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