Traducción
a partir del libro L’Année Pieuse, del padre Francisco de Ligny, publicado en
Amiens por la imprenta de Alfredo Caron en 1851.
DÍA DECIMOCTAVO: A las diez horas, Jesús es condenado a
muerte.
PENSAMIENTOS PRÁCTICOS
Considera, alma
mía, cuán
injusta fue la sentencia que condenó a Jesucristo a ser crucificado: el juez
que tantas veces había reconocido y proclamado su inocencia, sin embargo lo
condenó y lo entregó a la voluntad de los judíos. Jesús escucha esta sentencia
y la recibe como expresión del decreto de su Padre eterno, a quien ofrece su
condena por la salvación de los hombres. Acepta la muerte con humilde
resignación y perfecta obediencia; incluso se alegra de morir para mostrarnos
el exceso de su amor. Aprende a someterte, de buen corazón, a la voluntad de
Aquel que tan voluntariamente se entrega a la muerte para librarte de la muerte
eterna.
ORACIÓN
Oh Jesús,
vida
mía, esperanza mía, ¿quién puede escuchar, sin
horror, la cruel sentencia que Os condena a morir en la cruz? ¿Entenderá el
corazón humano que hubo labios lo suficientemente atrevidos para pronunciar la
sentencia de vuestra condenación? Fue necesario que la pasión y el odio
hubieran cegado a los judíos para que con grandes gritos exigieran vuestra
muerte. ¿Pero qué crimen habíais cometido Vos,
Salvador mío, para ser condenado al último suplicio como un vil villano, Vos,
Dios Todopoderoso, Dios Santo, Dios Bueno que sólo habéis hecho el bien? Vuestro
crimen es el Amor excesivo que nos tenéis, es el deseo vivo que Os impulsa a
completar, mediante la muerte, la obra de nuestra redención. Al pensar en los
tigres sedientos de la última gota de vuestra Sangre, mi corazón se rompe, mi
frente se sonroja de vergüenza por la humanidad, y mis ojos derraman lágrimas
al ver a un Dios que quiere sufrir y morir por nosotros. Pero Os escucho, oh
Jesús, exhortar a las hijas de Jerusalén a llorar por ellas y por sus hijos,
más que por Vos. Es verdad, son mis pecados los que Os ataron a la cruz, son
mis crímenes los que Os condenaron a morir; sin duda gritaron aún más fuerte
que los judíos: «Crucifícale»;
también, para expiarlos, Os entregasteis al furor de tus enemigos. Traspasadme
con esta verdad, para que llore mis pecados, que son la única causa de vuestra
muerte, y que, tocado por vuestra gracia, muera de dolor y de amor, ante la
vista de un Dios que muere en el tiempo, y que vive eternamente con el Padre y
el Espíritu Santo.
PRÁCTICA
De vez en cuando durante el día, fija tu mirada en la imagen de Jesús crucificado y bésala con tierno amor. Haz con devoción el Vía crucis (Indulgencia plenaria).
ASPIRACIÓN
Señor Jesús, me amasteis hasta morir por mí; hacedme amaros al menos hasta el punto de vivir para Vos.
LETANÍA DE LA PASIÓN DE CRISTO
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Dios Padre Celestial, ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, que eres un solo Dios, ten piedad de nosotros.
Jesús, que has instituido el santísimo Sacramento del altar en memoria de tu pasión, ten piedad de nosotros.
Jesús, que saliste del cenáculo para morir, ten piedad de nosotros.
Jesús, orando en el Olívete, ten piedad de nosotros.
Jesús, consolado por un ángel, ten piedad de nosotros.
Jesús, sudando sangre y agua, ten piedad de nosotros.
Jesús, vendido y traicionado por Judas, ten piedad de nosotros.
Jesús, apresado y atado por los soldados, ten piedad de nosotros.
Jesús, abandonado por tus discípulos, ten piedad de nosotros.
Jesús, presentado a Anás y Caifás, ten piedad de nosotros.
Jesús, golpeado por un criado, ten piedad de nosotros.
Jesús, acusado por falsos testigos, ten piedad de nosotros.
Jesús, juzgado digno de muerte, ten piedad de nosotros.
Jesús, ultrajado, golpeado durante la noche, ten piedad de nosotros.
Jesús, negado tres veces por San Pedro, ten piedad de nosotros.
Jesús, despreciado por Herodes, ten piedad de nosotros.
Jesús, vestido con una túnica blanca, ten piedad de nosotros.
Jesús, a quien Barrabás fue preferido, ten piedad de nosotros.
Jesús, azotado, ten piedad de nosotros.
Jesús, magullado por nuestros crímenes, ten piedad de nosotros.
Jesús, vestido con púrpura, ten piedad de nosotros.
Jesús, coronado de espinas, ten piedad de nosotros.
Jesús, golpeado con una caña, ten piedad de nosotros.
Jesús, presentado al pueblo, ten piedad de nosotros.
Jesús, condenado a muerte por Pilato, ten piedad de nosotros.
Jesús, entregado a la voluntad de los judíos, ten piedad de nosotros.
Jesús, cargado con la Cruz, ten piedad de nosotros.
Jesús, conducido al Calvario, ten piedad de nosotros.
Jesús, despojado de tus ropas, ten piedad de nosotros.
Jesús, atado a la Cruz, ten piedad de nosotros.
Jesús, levantado en la Cruz, ten piedad de nosotros.
Jesús, que oraste por tus enemigos, ten piedad de nosotros.
Jesús, puesto en el rango de malhechores, ten piedad de nosotros.
Jesús, blasfemado en la Cruz, ten piedad de nosotros.
Jesús, que prometiste paraíso al buen ladrón, ten piedad de nosotros.
Jesús, que recomendaste a tu Madre a San Juan, ten piedad de nosotros.
Jesús, abandonado por tu Padre, ten piedad de nosotros.
Jesús, ebrio de vinagre en tu sed, ten piedad de nosotros.
Jesús, que dijiste: Todo está consumado, ten piedad de nosotros.
Jesús, que has encomendado tu alma a tu Padre, ten piedad de nosotros.
Jesús, obediente hasta la muerte en la Cruz, ten piedad de nosotros.
Jesús, muerto en la Cruz, ten piedad de nosotros.
Jesús, traspasado con una lanza, ten piedad de nosotros.
Jesús, que manifestaste tu poder después de tu muerte, ten piedad de nosotros.
Jesús, descendido de la Cruz, ten piedad de nosotros.
Jesús, sepultado, ten piedad de nosotros.
Sednos propicio, perdónanos Señor.
Sednos propicio, escúchanos Señor.
De todo mal, líbranos, Señor.
De todo pecado, líbranos, Señor.
De la pestilencia, del hambre y de la guerra, líbranos, Señor.
De todo peligro del alma y del cuerpo, líbranos, Señor.
De la muerte eterna, líbranos, Señor.
Por tus trabajos y tus vigilias, líbranos, Señor.
Por tus dolorosos azotes, líbranos, Señor.
Por tu coronación de espinas, líbranos, Señor.
Por tu sed, tus lágrimas y tu desnudez, líbranos, Señor.
Por tu preciosa muerte y tu Cruz, líbranos, Señor.
Por tu Preciosísima Sangre, líbranos, Señor.
Por tus santísimas llagas, líbranos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros, Señor.
℣. Adorémoste, oh Cristo, y bendecímoste.
℟. Porque redimiste al mundo por tu Cruz.
ORACIÓN
Adorable Jesús, sufriendo y muriendo por Amor por nosotros, concédenos la gracia de sufrir contigo y por Ti; para que, viviendo, sufriendo y muriendo en Tu Amor, seamos eternamente felices Contigo y en Ti. Amén.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario