Traducción
a partir del libro L’Année Pieuse, del padre Francisco de Ligny, publicado en
Amiens por la imprenta de Alfredo Caron en 1851.
DÍA TERCERO: Tanto amó Dios al mundo
PENSAMIENTOS PRÁCTICOS
Considera, alma mía, que
tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo unigénito, para que todo el que
cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna. ¡Oh
misericordia de nuestro Dios!, para salvar al pecador y
redimir al esclavo, entrega a su amado Hijo a la muerte de cruz; para perdonar
a los culpables, condena a los inocentes. Cuántas gracias encerradas en este
divino beneficio, y ¿que no te hayas entregado al entregarse
por ti Jesucristo, que devino en tu libertador, tu pontífice, tu paz, tu
reconciliación, tu esperanza, y el precio y autor de tu salvación? Semejante
exceso de bondad debería excitar en ti los sentimientos del más tierno amor y
de la más profunda gratitud.
ORACIÓN
Padre
Eterno, Dios de bondad y misericordia,
Vos
no queréis que ninguno de vuestros hijos perezca; por eso enviaste a vuestro
único Hijo al mundo, para que el mundo sea salvo por Él. Olvidáis, en cierto
modo, que Él es objeto de vuestra eterna complacencia y las delicias de los
Ángeles, para entregarlo en manos de sus más crueles enemigos que Le hacen
sufrir el oprobio, la ignominia, el tormento y el suplicio de la cruz. Padre
justo, ¿dónde encontraréis una víctima más
agradable? Ella misma viene a ofrecerse a vuestros golpes e inmolarse
por la salvación de los hombres. Golpead, gran Dios, venid y saciad vuestra
ira; pero que una dedicación tan generosa, que un sacrificio tan perfecto
aplaque vuestra ira. Mirad, no nuestros pecados que claman venganza contra
nosotros, sino el rostro de vuestro Cristo cubierto de llagas, que pide
misericordia. Si el número de nuestras iniquidades detiene el curso de vuestras
gracias, recordad que nos habéis librado, por vuestro Hijo, de la esclavitud
del diablo y de la condenación eterna, y que este adorable Salvador nos ha
merecido, por su Pasión y por su Cruz, salvación y gloria de una eternidad bienaventurada.
Sin duda, ¡Dios mío!, merecéis un amor
infinito por un beneficio igualmente infinito, pero yo sólo soy una pobre
criatura. ¡Ah!, que al
menos este don inefable, que contiene todos los dones, absorba todo mi amor y
todo mi agradecimiento; por eso os amo, ¡oh Dios de amor!, y sólo quiero amaros, Os amo con toda la amplitud de mi
corazón y con todo el ardor de mi alma.
PRÁCTICA
De vez en cuando durante el día, fija tu mirada en la imagen de Jesús crucificado y bésala con tierno amor. Haz con devoción el Vía crucis (Indulgencia plenaria).
ASPIRACIÓN
Señor Jesús, me amasteis hasta morir por mí; hacedme amaros al menos hasta el punto de vivir para Vos.
LETANÍA DE LA PASIÓN DE CRISTO
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Dios Padre Celestial, ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, que eres un solo Dios, ten piedad de nosotros.
Jesús, que has instituido el santísimo Sacramento del altar en memoria de tu pasión, ten piedad de nosotros.
Jesús, que saliste del cenáculo para morir, ten piedad de nosotros.
Jesús, orando en el Olívete, ten piedad de nosotros.
Jesús, consolado por un ángel, ten piedad de nosotros.
Jesús, sudando sangre y agua, ten piedad de nosotros.
Jesús, vendido y traicionado por Judas, ten piedad de nosotros.
Jesús, apresado y atado por los soldados, ten piedad de nosotros.
Jesús, abandonado por tus discípulos, ten piedad de nosotros.
Jesús, presentado a Anás y Caifás, ten piedad de nosotros.
Jesús, golpeado por un criado, ten piedad de nosotros.
Jesús, acusado por falsos testigos, ten piedad de nosotros.
Jesús, juzgado digno de muerte, ten piedad de nosotros.
Jesús, ultrajado, golpeado durante la noche, ten piedad de nosotros.
Jesús, negado tres veces por San Pedro, ten piedad de nosotros.
Jesús, despreciado por Herodes, ten piedad de nosotros.
Jesús, vestido con una túnica blanca, ten piedad de nosotros.
Jesús, a quien Barrabás fue preferido, ten piedad de nosotros.
Jesús, azotado, ten piedad de nosotros.
Jesús, magullado por nuestros crímenes, ten piedad de nosotros.
Jesús, vestido con púrpura, ten piedad de nosotros.
Jesús, coronado de espinas, ten piedad de nosotros.
Jesús, golpeado con una caña, ten piedad de nosotros.
Jesús, presentado al pueblo, ten piedad de nosotros.
Jesús, condenado a muerte por Pilato, ten piedad de nosotros.
Jesús, entregado a la voluntad de los judíos, ten piedad de nosotros.
Jesús, cargado con la Cruz, ten piedad de nosotros.
Jesús, conducido al Calvario, ten piedad de nosotros.
Jesús, despojado de tus ropas, ten piedad de nosotros.
Jesús, atado a la Cruz, ten piedad de nosotros.
Jesús, levantado en la Cruz, ten piedad de nosotros.
Jesús, que oraste por tus enemigos, ten piedad de nosotros.
Jesús, puesto en el rango de malhechores, ten piedad de nosotros.
Jesús, blasfemado en la Cruz, ten piedad de nosotros.
Jesús, que prometiste paraíso al buen ladrón, ten piedad de nosotros.
Jesús, que recomendaste a tu Madre a San Juan, ten piedad de nosotros.
Jesús, abandonado por tu Padre, ten piedad de nosotros.
Jesús, ebrio de vinagre en tu sed, ten piedad de nosotros.
Jesús, que dijiste: Todo está consumado, ten piedad de nosotros.
Jesús, que has encomendado tu alma a tu Padre, ten piedad de nosotros.
Jesús, obediente hasta la muerte en la Cruz, ten piedad de nosotros.
Jesús, muerto en la Cruz, ten piedad de nosotros.
Jesús, traspasado con una lanza, ten piedad de nosotros.
Jesús, que manifestaste tu poder después de tu muerte, ten piedad de nosotros.
Jesús, descendido de la Cruz, ten piedad de nosotros.
Jesús, sepultado, ten piedad de nosotros.
Sednos propicio, perdónanos Señor.
Sednos propicio, escúchanos Señor.
De todo mal, líbranos, Señor.
De todo pecado, líbranos, Señor.
De la pestilencia, del hambre y de la guerra, líbranos, Señor.
De todo peligro del alma y del cuerpo, líbranos, Señor.
De la muerte eterna, líbranos, Señor.
Por tus trabajos y tus vigilias, líbranos, Señor.
Por tus dolorosos azotes, líbranos, Señor.
Por tu coronación de espinas, líbranos, Señor.
Por tu sed, tus lágrimas y tu desnudez, líbranos, Señor.
Por tu preciosa muerte y tu Cruz, líbranos, Señor.
Por tu Preciosísima Sangre, líbranos, Señor.
Por tus santísimas llagas, líbranos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros, Señor.
℣. Adorémoste, oh Cristo, y bendecímoste.
℟. Porque redimiste al mundo por tu Cruz.
ORACIÓN
Adorable Jesús, sufriendo y muriendo por Amor por nosotros, concédenos la gracia de sufrir contigo y por Ti; para que, viviendo, sufriendo y muriendo en Tu Amor, seamos eternamente felices Contigo y en Ti. Amén.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario