Traducción
a partir del libro L’Année Pieuse, del padre Francisco de Ligny, publicado en
Amiens por la imprenta de Alfredo Caron en 1851.
DÍA VIGÉSIMO: A las doce horas, Jesús es clavado a la
cruz.
PENSAMIENTOS PRÁCTICOS
Considera, alma mía, que
Jesús vencido por el exceso de sus dolores y por la multitud de sus llagas, si
así puede ser el Amor Divino, sostiene con dificultad sus pasos vacilantes
cuando llega al Calvario, donde muere por nosotros sufriendo crueles penas. Sin
embargo, Sus verdugos arrancan violentamente por tercera vez Sus vestiduras
pegadas a Su Cuerpo desgarrado y reabren Sus heridas con un nuevo derramamiento
de Sangre; luego lo arrojan a la Cruz. Obediente a su voluntad, el Cordero de
Dios se acuesta en este lecho de dolor, presenta Sus manos y Sus pies para ser
clavados y, alzando sus ojos al cielo, ofrece a Su Padre el sacrificio de Su
Vida por la salvación de los hombres. Alma mía, vive crucificada
con Jesús que murió crucificado por ti.
ORACIÓN
Mirad mi alma, oh Jesús, en profundo silencio: ha
sonado la hora santa; este es el momento solemne en el que, después de un
océano de dolor y humillación, Os unís a la Cruz, como Víctima de Dios, para
sacrificar allí el resto de vuestra Vida, en un holocausto perfecto. Se
establecen relaciones inefables entre el Creador y la criatura: mediador entre
uno y otro, reconciliáis el Cielo con la tierra. Si los hombres hubieran podido
ver lo que entonces sucedía misteriosamente en el Calvario, todos se habrían
golpeado el pecho, como el centurión, y Os habrían reconocido como el enviado
del Cielo. Pero no: están a vuestro alrededor como tigres que han roto sus
cadenas. Perforan con grandes clavos estas manos poderosas que crearon y sostienen
el universo, estos pies sagrados que han abierto para todos los mortales el
camino a la justicia y a la verdadera felicidad. ¡Oh
increíble crueldad, desgarran vuestra carne y Vos no pronunciáis una sola
queja! Os crucifican y Vos miráis al Cielo orando por ellos; ¡Y habrá hombre que no ame a un Dios tan bueno, tan
paciente, tan caritativo! ¡Un hombre solo que no se conmueve y se conmueve
hasta las lágrimas al pensar en tanto amor! ¡Oh eterno amigo de mi alma! ¿Qué señal de ternura más conmovedora podéis darme que
dejaros clavar en un madero infame para salvarme y redimirme? Os
ruego, por la Sangre que mana de vuestras Llagas, por el acero cruel que pasa
por vuestros pies y vuestras manos, heridme con el dardo todopoderoso de
vuestro amor.
PRÁCTICA
De vez en cuando durante el día, fija tu mirada en la imagen de Jesús crucificado y bésala con tierno amor. Haz con devoción el Vía crucis (Indulgencia plenaria).
ASPIRACIÓN
Señor Jesús, me amasteis hasta morir por mí; hacedme amaros al menos hasta el punto de vivir para Vos.
LETANÍA DE LA PASIÓN DE CRISTO
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Dios Padre Celestial, ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, que eres un solo Dios, ten piedad de nosotros.
Jesús, que has instituido el santísimo Sacramento del altar en memoria de tu pasión, ten piedad de nosotros.
Jesús, que saliste del cenáculo para morir, ten piedad de nosotros.
Jesús, orando en el Olívete, ten piedad de nosotros.
Jesús, consolado por un ángel, ten piedad de nosotros.
Jesús, sudando sangre y agua, ten piedad de nosotros.
Jesús, vendido y traicionado por Judas, ten piedad de nosotros.
Jesús, apresado y atado por los soldados, ten piedad de nosotros.
Jesús, abandonado por tus discípulos, ten piedad de nosotros.
Jesús, presentado a Anás y Caifás, ten piedad de nosotros.
Jesús, golpeado por un criado, ten piedad de nosotros.
Jesús, acusado por falsos testigos, ten piedad de nosotros.
Jesús, juzgado digno de muerte, ten piedad de nosotros.
Jesús, ultrajado, golpeado durante la noche, ten piedad de nosotros.
Jesús, negado tres veces por San Pedro, ten piedad de nosotros.
Jesús, despreciado por Herodes, ten piedad de nosotros.
Jesús, vestido con una túnica blanca, ten piedad de nosotros.
Jesús, a quien Barrabás fue preferido, ten piedad de nosotros.
Jesús, azotado, ten piedad de nosotros.
Jesús, magullado por nuestros crímenes, ten piedad de nosotros.
Jesús, vestido con púrpura, ten piedad de nosotros.
Jesús, coronado de espinas, ten piedad de nosotros.
Jesús, golpeado con una caña, ten piedad de nosotros.
Jesús, presentado al pueblo, ten piedad de nosotros.
Jesús, condenado a muerte por Pilato, ten piedad de nosotros.
Jesús, entregado a la voluntad de los judíos, ten piedad de nosotros.
Jesús, cargado con la Cruz, ten piedad de nosotros.
Jesús, conducido al Calvario, ten piedad de nosotros.
Jesús, despojado de tus ropas, ten piedad de nosotros.
Jesús, atado a la Cruz, ten piedad de nosotros.
Jesús, levantado en la Cruz, ten piedad de nosotros.
Jesús, que oraste por tus enemigos, ten piedad de nosotros.
Jesús, puesto en el rango de malhechores, ten piedad de nosotros.
Jesús, blasfemado en la Cruz, ten piedad de nosotros.
Jesús, que prometiste paraíso al buen ladrón, ten piedad de nosotros.
Jesús, que recomendaste a tu Madre a San Juan, ten piedad de nosotros.
Jesús, abandonado por tu Padre, ten piedad de nosotros.
Jesús, ebrio de vinagre en tu sed, ten piedad de nosotros.
Jesús, que dijiste: Todo está consumado, ten piedad de nosotros.
Jesús, que has encomendado tu alma a tu Padre, ten piedad de nosotros.
Jesús, obediente hasta la muerte en la Cruz, ten piedad de nosotros.
Jesús, muerto en la Cruz, ten piedad de nosotros.
Jesús, traspasado con una lanza, ten piedad de nosotros.
Jesús, que manifestaste tu poder después de tu muerte, ten piedad de nosotros.
Jesús, descendido de la Cruz, ten piedad de nosotros.
Jesús, sepultado, ten piedad de nosotros.
Sednos propicio, perdónanos Señor.
Sednos propicio, escúchanos Señor.
De todo mal, líbranos, Señor.
De todo pecado, líbranos, Señor.
De la pestilencia, del hambre y de la guerra, líbranos, Señor.
De todo peligro del alma y del cuerpo, líbranos, Señor.
De la muerte eterna, líbranos, Señor.
Por tus trabajos y tus vigilias, líbranos, Señor.
Por tus dolorosos azotes, líbranos, Señor.
Por tu coronación de espinas, líbranos, Señor.
Por tu sed, tus lágrimas y tu desnudez, líbranos, Señor.
Por tu preciosa muerte y tu Cruz, líbranos, Señor.
Por tu Preciosísima Sangre, líbranos, Señor.
Por tus santísimas llagas, líbranos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros, Señor.
℣. Adorémoste, oh Cristo, y bendecímoste.
℟. Porque redimiste al mundo por tu Cruz.
ORACIÓN
Adorable Jesús, sufriendo y muriendo por Amor por nosotros, concédenos la gracia de sufrir contigo y por Ti; para que, viviendo, sufriendo y muriendo en Tu Amor, seamos eternamente felices Contigo y en Ti. Amén.
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