martes, 9 de abril de 2024

MES DE LA PASIÓN DE CRISTO – DÍA QUINTO

 


Traducción a partir del libro L’Année Pieuse, del padre Francisco de Ligny, publicado en Amiens por la imprenta de Alfredo Caron en 1851.

  

DÍA QUINTO: A las siete, Jesús instituye el Sacramento de su amor.



PENSAMIENTOS PRÁCTICOS


   Considera, alma mía, que mientras en casa de Caifás deliberaban sobre el modo de destruir a Jesucristo, Él instituía el sacramento de su Cuerpo y Sangre, y enseñaba qué hostia debía ofrecerse a Dios. Así, las trampas tendidas contra Su vida, el odio violento de los judíos, las vejaciones de todo tipo, nada pudo apagar su caridad. Los tormentos ya tan cercanos, la cruz, el oprobio, lejos de separarlo de sus hijos, lo unieron más a ellos a través de este Sacramento de amor y de unidad. ¿Quién entonces os separará del amor de Jesús? Di con el corazón agradecido y encendido de amor: «Sufro por Aquel que me amó, y nada me separará de su amor».



ORACIÓN


   Cerca de inmolaros por nosotros en la cruz, oh buen Jesús, queréis, para satisfacer vuestra ternura, encontrar los medios de permanecer con nosotros hasta la consumación de los siglos; y es en vísperas de vuestra muerte, cuando vuestros enemigos Os preparan la cruz y los tormentos, que instituís el Sacramento de vuestro amor. Lejos de abandonarnos por tan negra ingratitud, nos dais la prenda más preciosa de vuestra incomparable caridad. «Deseaba ardientemente comer esta Pascua con vosotros, antes de padecer». ¿Cuál es, oh Jesús, la causa de este gran deseo, de este vivo ardor que no puede tolerar el menor retraso? ¡Ah! Ya lo veo, queréis quedaros con nosotros en este valle de lágrimas para consolarnos y nutrirnos con vuestra carne sagrada. ¡Oh inmensa bondad! ¡Oh Caridad incomprensible de un Dios que preludia de manera tan admirable los ultrajes y las ignominias de su Pasión! Desde todos vuestros sufrimientos, ¡oh mi generoso Redentor!, sólo han servido para fortalecer los lazos que Os unen a nosotros, «¿quién me separará de vuestro amor? ¿Será la aflicción, o la angustia, o la persecución, o el hambre, o la desnudez, o el peligro, o la espada? Tengo la seguridad de que ni la muerte, ni la vida, ni ninguna criatura me separará de vuestro amor. Pues cuando, no contento con redimirme al precio de toda vuestra Sangre, Os entregáis a mí con una prodigalidad enteramente divina, ¿qué puedo yo negaros después de tal exceso de amor y de ternura? Queréis mi corazón a cualquier precio, Os lo doy, es vuestro, solo Os desea, sólo Os ama, sólo Os añora a Vos.


PRÁCTICA


   De vez en cuando durante el día, fija tu mirada en la imagen de Jesús crucificado y bésala con tierno amor. Haz con devoción el Vía crucis (Indulgencia plenaria).



ASPIRACIÓN


Señor Jesús, me amasteis hasta morir por mí; hacedme amaros al menos hasta el punto de vivir para Vos.



LETANÍA DE LA PASIÓN DE CRISTO


Señor, ten piedad de nosotros.

Cristo, ten piedad de nosotros.

Señor, ten piedad de nosotros.

   

Cristo, óyenos.

Cristo, escúchanos.

  

Dios Padre Celestial, ten piedad de nosotros.

Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.

Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.

Santísima Trinidad, que eres un solo Dios, ten piedad de nosotros.

 

Jesús, que has instituido el santísimo Sacramento del altar en memoria de tu pasión, ten piedad de nosotros.

Jesús, que saliste del cenáculo para morirten piedad de nosotros.

Jesús, orando en el Olívete, ten piedad de nosotros.

Jesús, consolado por un ángel, ten piedad de nosotros.

Jesús, sudando sangre y agua, ten piedad de nosotros.

Jesús, vendido y traicionado por Judas, ten piedad de nosotros.

Jesús, apresado y atado por los soldados, ten piedad de nosotros.

Jesús, abandonado por tus discípulos, ten piedad de nosotros.

Jesús, presentado a Anás y Caifás, ten piedad de nosotros.

Jesús, golpeado por un criado, ten piedad de nosotros.

Jesús, acusado por falsos testigos, ten piedad de nosotros.

Jesús, juzgado digno de muerte, ten piedad de nosotros.

Jesús, ultrajado, golpeado durante la noche, ten piedad de nosotros.

Jesús, negado tres veces por San Pedro, ten piedad de nosotros.

Jesús, despreciado por Herodes, ten piedad de nosotros.

Jesús, vestido con una túnica blanca, ten piedad de nosotros.

Jesús, a quien Barrabás fue preferido, ten piedad de nosotros.

Jesús, azotado, ten piedad de nosotros.

Jesús, magullado por nuestros crímenes, ten piedad de nosotros.

Jesús, vestido con púrpura, ten piedad de nosotros.

Jesús, coronado de espinas, ten piedad de nosotros.

Jesús, golpeado con una caña, ten piedad de nosotros.

Jesús, presentado al pueblo, ten piedad de nosotros.

Jesús, condenado a muerte por Pilato, ten piedad de nosotros.

Jesús, entregado a la voluntad de los judíos, ten piedad de nosotros.

Jesús, cargado con la Cruz, ten piedad de nosotros.

Jesús, conducido al Calvario, ten piedad de nosotros.

Jesús, despojado de tus ropas, ten piedad de nosotros.

Jesús, atado a la Cruz, ten piedad de nosotros.

Jesús, levantado en la Cruz, ten piedad de nosotros.

Jesús, que oraste por tus enemigos, ten piedad de nosotros.

Jesús, puesto en el rango de malhechores, ten piedad de nosotros.

Jesús, blasfemado en la Cruz, ten piedad de nosotros.

Jesús, que prometiste paraíso al buen ladrón, ten piedad de nosotros.

Jesús, que recomendaste a tu Madre a San Juan, ten piedad de nosotros.

Jesús, abandonado por tu Padre, ten piedad de nosotros.

Jesús, ebrio de vinagre en tu sed, ten piedad de nosotros.

Jesús, que dijiste: Todo está consumado, ten piedad de nosotros.

Jesús, que has encomendado tu alma a tu Padre, ten piedad de nosotros.

Jesús, obediente hasta la muerte en la Cruz, ten piedad de nosotros.

Jesús, muerto en la Cruz, ten piedad de nosotros.

Jesús, traspasado con una lanza, ten piedad de nosotros.

Jesús, que manifestaste tu poder después de tu muerte, ten piedad de nosotros.

Jesús, descendido de la Cruz, ten piedad de nosotros.

Jesús, sepultado, ten piedad de nosotros.

  

Sednos propicio, perdónanos Señor.

Sednos propicio, escúchanos Señor.

   

De todo mal, líbranos, Señor.

De todo pecado, líbranos, Señor.

De la pestilencia, del hambre y de la guerra, líbranos, Señor.

De todo peligro del alma y del cuerpo, líbranos, Señor.

De la muerte eterna, líbranos, Señor.

Por tus trabajos y tus vigilias, líbranos, Señor.

Por tus dolorosos azotes, líbranos, Señor.

Por tu coronación de espinas, líbranos, Señor.

Por tu sed, tus lágrimas y tu desnudez, líbranos, Señor.

Por tu preciosa muerte y tu Cruz, líbranos, Señor.

Por tu Preciosísima Sangre, líbranos, Señor.

Por tus santísimas llagas, líbranos, Señor.

  

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, perdónanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, escúchanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros, Señor.

   

Adorémoste, oh Cristo, y bendecímoste.

Porque redimiste al mundo por tu Cruz.



ORACIÓN


   Adorable Jesús, sufriendo y muriendo por Amor por nosotros, concédenos la gracia de sufrir contigo y por Ti; para que, viviendo, sufriendo y muriendo en Tu Amor, seamos eternamente felices Contigo y en Ti. Amén.

 


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