Traducción
a partir del libro L’Année Pieuse, del padre Francisco de Ligny, publicado en
Amiens por la imprenta de Alfredo Caron en 1851.
DÍA DÉCIMO: Media noche, Jesús es conducido a casa de
Caifás.
PENSAMIENTOS PRÁCTICOS
Considera, alma mía, que
Jesús, después de haber sido maltratado en el camino a Jerusalén, entró en casa
de Caifás, donde los soldados, los sacerdotes y el pueblo le acusaron de
imprecaciones. Un hombre vil llevó incluso su insolencia hasta abofetear al
Hijo de Dios en la asamblea de los príncipes por una respuesta llena de dulzura
y modestia: este sacrilegio fue aplaudido y Jesús objeto de burla. El
pontífice, al oírle afirmar que era hijo de Dios, rasgó sus vestidos diciendo
que había blasfemado. Un solo hombre acusa de blasfemia la Palabra santísima, y
todos gritan: «Es reo de muerte»; y luego
comienzan nuevos insultos que Jesús sufre en silencio.
ORACIÓN
Jesús, mi
divino Salvador, ¿quién dará a mis ojos una fuente de lágrimas, para llorar los
ultrajes cometidos en Caifás contra vuestra adorable Persona? ¡Cómo! ¡Una criatura vil que podríais derribar con un soplo de
vuestra boca divina, se atreve a interrogaros sobre la doctrina celestial que
anunciasteis a los hombres! ¡Aplaudir la sacrílega afrenta del monstruo que
puso su mano sobre vuestro sagrado Rostro! Os llama
infame blasfemo a Vos, Hijo de Dios, y Dios como vuestro Padre; ¡y a todos estos ultrajes Vos sólo respondéis con vuestro
silencio, o con unas pocas palabras llenas de moderación y dignidad! Si
un esclavo vil tratara a un rey mortal de esta manera, ¿habría
en la tierra un castigo lo suficientemente grande como para castigar al
culpable? Y Vos, Salvador mío, que sois Rey de reyes, sufrís con
paciencia inalterable todo lo que es más doloroso para el cuerpo y más
insultante para la honra: sois como un manso cordero que calla bajo la mano que
lo trasquila. He merecido los tormentos eternos del
Infierno y, sin embargo, no puedo, sin experimentar el mayor dolor y sin
estallar en quejas muy amargas, tolerar una pequeña afrenta, una palabra que
sea siquiera un poco insultante. ¡Destruid mi orgullo, oh Jesús
despreciado! Dadme vuestra longanimidad, vuestra
humildad, dadme también gracia y vuestra fortaleza, Os las pido por el mérito
de vuestras humillaciones, para que sufra, con alegría y por vuestro amor, los
insultos, los desprecios y las contradicciones.
De vez en cuando durante el día, fija tu mirada en la imagen de Jesús crucificado y bésala con tierno amor. Haz con devoción el Vía crucis (Indulgencia plenaria).
ASPIRACIÓN
Señor Jesús, me amasteis hasta morir por mí; hacedme amaros al menos hasta el punto de vivir para Vos.
LETANÍA DE LA PASIÓN DE CRISTO
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Dios Padre Celestial, ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, que eres un solo Dios, ten piedad de nosotros.
Jesús, que has instituido el santísimo Sacramento del altar en memoria de tu pasión, ten piedad de nosotros.
Jesús, que saliste del cenáculo para morir, ten piedad de nosotros.
Jesús, orando en el Olívete, ten piedad de nosotros.
Jesús, consolado por un ángel, ten piedad de nosotros.
Jesús, sudando sangre y agua, ten piedad de nosotros.
Jesús, vendido y traicionado por Judas, ten piedad de nosotros.
Jesús, apresado y atado por los soldados, ten piedad de nosotros.
Jesús, abandonado por tus discípulos, ten piedad de nosotros.
Jesús, presentado a Anás y Caifás, ten piedad de nosotros.
Jesús, golpeado por un criado, ten piedad de nosotros.
Jesús, acusado por falsos testigos, ten piedad de nosotros.
Jesús, juzgado digno de muerte, ten piedad de nosotros.
Jesús, ultrajado, golpeado durante la noche, ten piedad de nosotros.
Jesús, negado tres veces por San Pedro, ten piedad de nosotros.
Jesús, despreciado por Herodes, ten piedad de nosotros.
Jesús, vestido con una túnica blanca, ten piedad de nosotros.
Jesús, a quien Barrabás fue preferido, ten piedad de nosotros.
Jesús, azotado, ten piedad de nosotros.
Jesús, magullado por nuestros crímenes, ten piedad de nosotros.
Jesús, vestido con púrpura, ten piedad de nosotros.
Jesús, coronado de espinas, ten piedad de nosotros.
Jesús, golpeado con una caña, ten piedad de nosotros.
Jesús, presentado al pueblo, ten piedad de nosotros.
Jesús, condenado a muerte por Pilato, ten piedad de nosotros.
Jesús, entregado a la voluntad de los judíos, ten piedad de nosotros.
Jesús, cargado con la Cruz, ten piedad de nosotros.
Jesús, conducido al Calvario, ten piedad de nosotros.
Jesús, despojado de tus ropas, ten piedad de nosotros.
Jesús, atado a la Cruz, ten piedad de nosotros.
Jesús, levantado en la Cruz, ten piedad de nosotros.
Jesús, que oraste por tus enemigos, ten piedad de nosotros.
Jesús, puesto en el rango de malhechores, ten piedad de nosotros.
Jesús, blasfemado en la Cruz, ten piedad de nosotros.
Jesús, que prometiste paraíso al buen ladrón, ten piedad de nosotros.
Jesús, que recomendaste a tu Madre a San Juan, ten piedad de nosotros.
Jesús, abandonado por tu Padre, ten piedad de nosotros.
Jesús, ebrio de vinagre en tu sed, ten piedad de nosotros.
Jesús, que dijiste: Todo está consumado, ten piedad de nosotros.
Jesús, que has encomendado tu alma a tu Padre, ten piedad de nosotros.
Jesús, obediente hasta la muerte en la Cruz, ten piedad de nosotros.
Jesús, muerto en la Cruz, ten piedad de nosotros.
Jesús, traspasado con una lanza, ten piedad de nosotros.
Jesús, que manifestaste tu poder después de tu muerte, ten piedad de nosotros.
Jesús, descendido de la Cruz, ten piedad de nosotros.
Jesús, sepultado, ten piedad de nosotros.
Sednos propicio, perdónanos Señor.
Sednos propicio, escúchanos Señor.
De todo mal, líbranos, Señor.
De todo pecado, líbranos, Señor.
De la pestilencia, del hambre y de la guerra, líbranos, Señor.
De todo peligro del alma y del cuerpo, líbranos, Señor.
De la muerte eterna, líbranos, Señor.
Por tus trabajos y tus vigilias, líbranos, Señor.
Por tus dolorosos azotes, líbranos, Señor.
Por tu coronación de espinas, líbranos, Señor.
Por tu sed, tus lágrimas y tu desnudez, líbranos, Señor.
Por tu preciosa muerte y tu Cruz, líbranos, Señor.
Por tu Preciosísima Sangre, líbranos, Señor.
Por tus santísimas llagas, líbranos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros, Señor.
℣. Adorémoste, oh Cristo, y bendecímoste.
℟. Porque redimiste al mundo por tu Cruz.
ORACIÓN
Adorable Jesús, sufriendo y muriendo por Amor por nosotros, concédenos la gracia de sufrir contigo y por Ti; para que, viviendo, sufriendo y muriendo en Tu Amor, seamos eternamente felices Contigo y en Ti. Amén.
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