Dispuesto por el Padre Félix Sardá y
Salvany y publicado en Barcelona
por la Tipografía Católica en 1879,
con aprobación eclesiástica.
TODOS LOS DÍAS
Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos,
líbranos Señor
✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre,
y del Hijo ✠, y del Espíritu
Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
¡Dulcísimo
Corazón de Jesús, que en este Divino Sacramento estáis vivo e inflamado de amor
por nosotros! Aquí
nos tenéis en vuestra presencia, pidiéndoos perdón de nuestras culpas e
implorando vuestra misericordia. Nos pesa ¡oh buen Jesús! de haberos ofendido, por ser Vos tan
bueno que no merecéis tal ingratitud. Concedednos luz y gracia para meditar
vuestras virtudes y formar según ellas nuestro pobre corazón. Amén.
MEDITACIÓN DÍA 22
PIDAMOS AL SAGRADO CORAZÓN
POR LA CRISTIANA EDUCACIÓN DE
LOS NIÑOS Y NIÑAS
I
Son los niños y niñas las flores tempranas
del jardín de Cristo y la porción predilecta de su amantísimo Corazón. Jesucristo
en su vida mortal manifestó por la niñez singular preferencia. Un pasaje del
Santo Evangelio nos pinta al Salvador llamando en torno de sí esas tiernas
primicias de su rebaño, y prodigándoles dulces agasajos y recomendándolas a los
cuidados y solicitud de los Apóstoles. La Iglesia, heredera del Divino Maestro,
no se muestra menos celosa en esta maternal predilección.
Pero ¡ay! Satanás muestra también decidido empeño en apoderarse de esos tiernos corazones, y el mundo le secunda, y muchos padres le favorecen de un modo espantoso en esta obra infernal de robárselos a Dios. ¡El síntoma más horrible de nuestros desventurados tiempos es la corrupción de la niñez! Roguemos, pues, hoy, por los niños al
Sagrado Corazón.
Salvad, ¡oh Jesús mío!, de
la peste del siglo a esas pobrecitas almas, apenas salidas de las aguas de
vuestro Bautismo y ya enlodadas quizás por la cenagosa corriente de la
corrupción. Conservad en sus corazones la posesión completa que os tomasteis de
ellos cuando por aquel Sacramento los redimisteis de las garras de satanás. ¡Mirad, Divino Jesús, cómo están hoy ajadas y
tronchadas las más bellas flores de vuestro vergel!
¡Oh
dulce Jesús, bondadoso amigo de los niños y niñas!, Os
pedimos hoy con lágrimas en los ojos por esas prendas que el demonio procura
robar a vuestro Corazón.
Medítese unos minutos.
II
¡A
quién no entristece ver en poder del infierno a tantas almas tiernas, que
debieran ser el bello adorno y la más preciada esperanza del Catolicismo! Unas sumidas en las tinieblas de la
infidelidad en países no cristianos, otras entregadas a la educación perversa
en escuelas impías, otras presenciando cada día ejemplos corruptores en
aquellos mismos, que, por el bien, debieran ser su espejo y su luz. ¡Cuántos de esos
niños y niñas llevan a la primera Comunión el alma ya embrutecida por el vicio!
¡Cuántos después de esta toma de posesión que verifica en ellos el Hijo de
Dios, lo lanzan inmediatamente de su corazón para alzar en él el trono de su enemigo!
¡Y cuántos quedarán en poder de este enemigo la mayor parte de la vida y
cuántos eternamente!
¡Oh
dulce Corazón de Jesús! Bien merecen estas víctimas de la astucia
infernal, las súplicas más fervientes de vuestros devotos. Os rogamos, pues,
por este plantel predilecto que ha de ser mañana vuestra cosecha. ¡No lo sea del infierno,
piadosísimo Jesús! Hacedla vuestra, libradla de
los lazos que se le tienden, de los falsos maestros, de los malos padres, de
las lecturas perversas, de los amigos de la perdición. Sed Vos guarda de su
candor, guía de sus pasos, dulce objeto de sus primeras aficiones; atraedlos y
enamoradlos, rendidlos con el suavísimo hechizo de vuestro amor, clavad en
ellos el sello de vuestro perpetuo dominio, y sea este completo en ellos toda
la vida, traspase la muerte y dure por toda la eternidad.
Medítese, y pídase la
gracia particular.
ORACIÓN Y ACTO DE
CONSAGRACIÓN
Rendido a vuestros
pies, ¡oh Jesús mío!, considerando las inefables muestras de amor que me habéis
dado y las sublimes lecciones que me enseña de continuo vuestro adorabilísimo
Corazón, os pido humildemente la gracia de conoceros, amaros y serviros como
fiel discípulo vuestro, para hacerme digno de las mercedes y bendiciones que
generoso concedéis a los que de veras os conocen, aman y sirven.
¡Mirad que soy muy pobre,
dulcísimo Jesús, y necesito de Vos, como el mendigo de la limosna que el rico
le ha de dar! Mirad que soy muy rudo, ¡oh soberano Maestro!, y necesito de vuestras divinas
enseñanzas, para luz y guía de mi ignorancia.
¡Mirad que
soy muy débil, oh poderosísimo amparo de los flacos y caigo a cada paso, y
necesito apoyarme en Vos para no desfallecer! Sedlo todo para mí, Sagrado Corazón: socorro de mi miseria, lumbre de
mis ojos, báculo de mis pasos, remedio de mis males, auxilio en toda necesidad.
De Vos lo espera todo mi pobre corazón. Vos lo alentasteis y convidasteis
cuando con tan tiernos acentos, dijisteis repetidas veces en vuestro Evangelio:
“Venid a Mí, … Aprended
de Mí ... Pedid, llamad ...” A
las puertas de vuestro Corazón vengo pues hoy, y llamo, y pido, y espero. Del
mío os hago, oh Señor, firme, formal y decidida entrega. Tomadlo Vos, y dadme
en cambio lo que sabéis me ha de hacer bueno en la tierra y dichoso en la
eternidad. Amén.
—Aquí se rezará tres veces el Padre Nuestro,
Ave María y Gloria, en recuerdo de las tres insignias, cruz, corona y herida de
la lanza, con que se apareció el Sagrado Corazón a Santa Margarita María Alacoque.
LETANÍA AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS.
Señor, ten
piedad de nosotros.
Cristo, ten
piedad de nosotros.
Señor, ten
piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Dios Padre celestial,
ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del
mundo, ten piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten
piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, que
eres un solo Dios, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, Hijo
del Padre Eterno, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús,
formado por el Espíritu Santo en el seno de la
Virgen Madre, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, unido
substancialmente al Verbo Divino, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, de
majestad infinita, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, templo
santo de Dios, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús,
tabernáculo del Altísimo, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, casa de
Dios y puerta del Cielo, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, horno
ardiente de caridad, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús,
Santuario de justicia y de amor, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, lleno
de amor y bondad, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, abismo
de todas las virtudes, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús,
dignísimo de toda alabanza, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, rey y
centro de todos los corazones, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús,
en quien están encerrados todos los tesoros de la
sabiduría y de la ciencia, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, en
quien habita toda la plenitud de la divinidad, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, en
quien el Padre tiene todas sus complacencias, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, de cuya
plenitud hemos participado todos nosotros, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, deseado
de los collados eternos, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús,
paciente y de gran misericordia, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, rico
para con todos aquellos que te invocan, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, fuente
de vida y santidad, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús,
propiciación por nuestros pecados, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, saciado
de oprobios, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús,
despedazado por nuestras maldades, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, hecho
obediente hasta la muerte, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús,
traspasado con la lanza, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, fuente
de todo consuelo, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, nuestra
vida y resurrección, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, nuestra
paz y reconciliación, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, víctima
de los pecadores, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, salud
de los que en ti esperan, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús,
esperanza de los que en ti mueren, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, delicia
de todos los Santos, ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que
quitas el pecado del mundo, perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que
quitas el pecado del mundo, escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros,
Señor.
℣.
Jesús, manso
y humilde de Corazón.
℟. Haz nuestro corazón semejante al tuyo.
ORACIÓN
¡Oh
Jesús, Señor nuestro, que por un nuevo beneficio de tu gracia te has dignado
manifestar a tu Iglesia las riquezas de tu Corazón! haz
que podamos pagar a este divino Corazón amor con amor, y reparar con dignos
desagravios los ultrajes que te ha hecho la ingratitud de los hombres.
Omnipotente y sempiterno Dios, pon los ojos en el Corazón de tu muy
amado Hijo, y en las alabanzas y satisfacciones que te ha ofrecido a nombre de
los pecadores, y aplacado con ellas, perdona a los que imploran tu misericordia
en nombre del mismo Jesucristo, que contigo vive y reina por los siglos de los
siglos. Amén.
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
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