Dispuesto por el Padre Félix Sardá y
Salvany y publicado en Barcelona
por la Tipografía Católica en 1879,
con aprobación eclesiástica.
TODOS LOS DÍAS
Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos,
líbranos Señor
✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre,
y del Hijo ✠, y del Espíritu
Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
¡Dulcísimo
Corazón de Jesús, que en este Divino Sacramento estáis vivo e inflamado de amor
por nosotros! Aquí
nos tenéis en vuestra presencia, pidiéndoos perdón de nuestras culpas e
implorando vuestra misericordia. Nos pesa ¡oh buen Jesús! de haberos ofendido, por ser Vos tan
bueno que no merecéis tal ingratitud. Concedednos luz y gracia para meditar
vuestras virtudes y formar según ellas nuestro pobre corazón. Amén.
MEDITACIÓN DÍA 27
PIDAMOS AL SAGRADO
CORAZÓN POR EL AUMENTO DE ESTA DEVOCIÓN EN NOSOTROS Y EN TODO EL MUNDO
I
¿Podríamos
dejar olvidada esta súplica entre las muchas que acabamos de dirigir estos días
al Sacratísimo Corazón de nuestro muy amado Jesús? ¿Podríamos dejar de
interesarnos vivamente en su presencia, para que cada día sea más y más
ardiente en nosotros y en todo el mundo está devoción? Haciéndolo secundaremos las miradas
amorosas del Salvador al manifestarse en esta forma a los hombres; con esto
ejerceremos en favor de ellos y por su eterna salvación el más fecundo
apostolado. Ved
cómo se afanan los mundanos por propagar sus ideas; ved cómo sufren por esa persecución
y se exponen a crueles contratiempos. ¿Qué no podríamos hacer nosotros para extender
algo más el amor a nuestro buen Jesús? ¿Qué hemos hecho hasta hoy? ¿Qué nos
proponemos hacer en adelante? ¿Qué trabajos pensamos emprender en nuestra
población, entre nuestros amigos o familias, o por lo menos en nosotros mismos?
¿No nos espanta considerar el reproche que puede dirigirnos un día el Salvador,
cuando nos muestre la cruz, espinas y heridas de su amoroso Corazón, y nos
diga: «Mira lo que hice Yo por ti. ¿Qué has hecho tú por Mí?».
¡Oh bondadosísimo Jesús! Bien quisiera yo extender por todo
el mundo, y hacer conocer a todos los hombres las riquezas de vuestro Corazón;
pero ya que mis fuerzas son pocas para tan vasto apostolado, os suplico, Jesús
mío, seáis Vos quien a todos se dé a conocer para que crezca cada día el número
de los que os aman y sirven. Sea yo uno de ellos, soberano Rey de las almas;
hacedme discípulo fiel, amigo fervoroso de vuestro Sagrado Corazón.
Medítese unos minutos.
II
Grande merced puede prometerse del Sagrado
Corazón el que de veras se dedique a propagar entre sus hermanos y a aumentar
en sí mismo esta su devoción. Oigamos las palabras del Salvador a
Santa Margarita en sus revelaciones: «A los que trabajaren, dice, en extender el culto de mi Sagrado Corazón,
les daré abundantemente las gracias necesarias a su estado, pondré paz en sus
familias, les consolaré en sus penas, seré su amparo en vida y en muerte,
bendeciré sus empresas cristianas. A los Religiosos que trabajen en la
conversión de los pecadores, les daré fuerzas con que ablandar y mover los
corazones más endurecidos. Las casas en que se halle expuesta mi imagen, serán
llenas de mis bendiciones. Los que se dediquen a dar a conocer mi culto,
tendrán su nombre escrito en mi Corazón, y jamás se borrará de él».
¡Oh
Sagrado Corazón! ¡Oh Corazón Divino, a
quien solícitos hemos acudido a festejar cada día de este devoto mes! ¡Cúmplanse
en nosotros, amigos vuestros, estas tan consoladoras promesas! Aquí nos tenéis para renovaros el
propósito de eterna fidelidad y constancia en vuestro servicio, y en el
apostolado de vuestro Corazón. Reinad
en nosotros y en nuestras casas y poblaciones; presidid todos nuestros
proyectos, animad todos nuestros pensamientos, que se dirijan todos a uno solo:
el de promover sin descanso vuestra gloria.
¡Oh
dulce Jesús! ¡Dichoso quien así viva en Vos, y en Vos
muera! Sea
este vuestro Corazón nuestro tesoro en vida para que lo sea asimismo en toda la
eternidad, donde juntos os alabemos, gocemos y poseamos para siempre. Amén.
Medítese, y pídase la
gracia particular.
ORACIÓN Y ACTO DE CONSAGRACIÓN
Rendido a vuestros
pies, ¡oh Jesús mío!, considerando las inefables muestras de amor que me habéis
dado y las sublimes lecciones que me enseña de continuo vuestro adorabilísimo
Corazón, os pido humildemente la gracia de conoceros, amaros y serviros como
fiel discípulo vuestro, para hacerme digno de las mercedes y bendiciones que
generoso concedéis a los que de veras os conocen, aman y sirven.
¡Mirad que soy muy pobre,
dulcísimo Jesús, y necesito de Vos, como el mendigo de la limosna que el rico
le ha de dar! Mirad que soy muy rudo, ¡oh soberano Maestro!, y necesito de vuestras divinas
enseñanzas, para luz y guía de mi ignorancia.
¡Mirad que
soy muy débil, oh poderosísimo amparo de los flacos y caigo a cada paso, y
necesito apoyarme en Vos para no desfallecer! Sedlo todo para mí, Sagrado Corazón: socorro de mi miseria, lumbre de
mis ojos, báculo de mis pasos, remedio de mis males, auxilio en toda necesidad.
De Vos lo espera todo mi pobre corazón. Vos lo alentasteis y convidasteis
cuando con tan tiernos acentos, dijisteis repetidas veces en vuestro Evangelio:
“Venid a Mí, … Aprended
de Mí ... Pedid, llamad ...” A
las puertas de vuestro Corazón vengo pues hoy, y llamo, y pido, y espero. Del
mío os hago, oh Señor, firme, formal y decidida entrega. Tomadlo Vos, y dadme
en cambio lo que sabéis me ha de hacer bueno en la tierra y dichoso en la
eternidad. Amén.
—Aquí se rezará tres veces el Padre Nuestro,
Ave María y Gloria, en recuerdo de las tres insignias, cruz, corona y herida de
la lanza, con que se apareció el Sagrado Corazón a Santa Margarita María Alacoque.
LETANÍA AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS.
Señor, ten
piedad de nosotros.
Cristo, ten
piedad de nosotros.
Señor, ten
piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Dios Padre celestial,
ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del
mundo, ten piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten
piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, que
eres un solo Dios, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, Hijo
del Padre Eterno, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús,
formado por el Espíritu Santo en el seno de la
Virgen Madre, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, unido
substancialmente al Verbo Divino, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, de
majestad infinita, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, templo
santo de Dios, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús,
tabernáculo del Altísimo, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, casa de
Dios y puerta del Cielo, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, horno
ardiente de caridad, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús,
Santuario de justicia y de amor, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, lleno
de amor y bondad, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, abismo
de todas las virtudes, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús,
dignísimo de toda alabanza, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, rey y
centro de todos los corazones, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús,
en quien están encerrados todos los tesoros de la
sabiduría y de la ciencia, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, en
quien habita toda la plenitud de la divinidad, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, en
quien el Padre tiene todas sus complacencias, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, de cuya
plenitud hemos participado todos nosotros, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, deseado
de los collados eternos, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús,
paciente y de gran misericordia, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, rico
para con todos aquellos que te invocan, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, fuente
de vida y santidad, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús,
propiciación por nuestros pecados, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, saciado
de oprobios, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús,
despedazado por nuestras maldades, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, hecho
obediente hasta la muerte, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús,
traspasado con la lanza, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, fuente
de todo consuelo, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, nuestra
vida y resurrección, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, nuestra
paz y reconciliación, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, víctima
de los pecadores, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, salud
de los que en ti esperan, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús,
esperanza de los que en ti mueren, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, delicia
de todos los Santos, ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que
quitas el pecado del mundo, perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que
quitas el pecado del mundo, escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros,
Señor.
℣.
Jesús, manso
y humilde de Corazón.
℟. Haz nuestro corazón semejante al tuyo.
ORACIÓN
¡Oh
Jesús, Señor nuestro, que por un nuevo beneficio de tu gracia te has dignado
manifestar a tu Iglesia las riquezas de tu Corazón! haz
que podamos pagar a este divino Corazón amor con amor, y reparar con dignos
desagravios los ultrajes que te ha hecho la ingratitud de los hombres.
Omnipotente y sempiterno Dios, pon los ojos en el Corazón de tu muy
amado Hijo, y en las alabanzas y satisfacciones que te ha ofrecido a nombre de
los pecadores, y aplacado con ellas, perdona a los que imploran tu misericordia
en nombre del mismo Jesucristo, que contigo vive y reina por los siglos de los
siglos. Amén.
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
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