Dispuesto por el Padre Félix Sardá y
Salvany y publicado en Barcelona
por la Tipografía Católica en 1879,
con aprobación eclesiástica.
TODOS LOS DÍAS
Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos,
líbranos Señor
✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre,
y del Hijo ✠, y del Espíritu
Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
¡Dulcísimo
Corazón de Jesús, que en este Divino Sacramento estáis vivo e inflamado de amor
por nosotros! Aquí
nos tenéis en vuestra presencia, pidiéndoos perdón de nuestras culpas e
implorando vuestra misericordia. Nos pesa ¡oh buen Jesús! de haberos ofendido, por ser Vos tan
bueno que no merecéis tal ingratitud. Concedednos luz y gracia para meditar
vuestras virtudes y formar según ellas nuestro pobre corazón. Amén.
MEDITACIÓN DÍA 19
PIDAMOS AL SAGRADO
CORAZÓN,
POR NUESTRO SANTÍSIMO
PADRE EL PAPA
I
Hemos llegado ya, ¡oh devotos del Sagrado
Corazón! a
la última novena de este su piadoso Mes. Hora es ya que pensemos en dirigirnos
a Él con nuestro fervor, para rogarle en estos últimos días por las necesidades
más urgentes de la sociedad humana. Por las nuestras particulares hemos rogado,
cada día y podemos seguir haciéndolo en el fondo de nuestro corazón. Por estas
otras, debe ser pública y común, nuestra oración, como son ellas públicas y
comunes. Dediquemos, pues, el día de hoy a rogar al
Sagrado Corazón por nuestro Santísimo Padre el Romano Pontífice. Y ¿por cuál
podríamos ofrecer con preferencia nuestra más eficaz oración? Es el Papa el centro
de toda la vida católica sobre la faz de la tierra base de su edificio, cabeza
visible del cuerpo espiritual de que es Cristo cabeza invisible.
Es, por lo mismo, el objetivo privilegiado de las más rabiosas iras del
infierno. Alrededor de su trono rugen con sin
igual furor todas las tempestades de la impiedad. Ora fieros y desembozados, le
dirigen brutales amenazas sus enemigos; ora pérfidos y capciosos, le tienden
astutas amenazas.
¿Y habrá quien se tenga por hijo fiel de la
Iglesia y deje solo a su Padre y Pastor en esos tremendos combates? y ¿Habrá quien no acuda al Sagrado Corazón por esta primera
y más urgente necesidad de nuestros días?
¡Oh Sagrado Corazón de Jesús!
Cubrid con vuestro escudo de
protección a este Vicario vuestro, el primero de vuestros hijos, a quien habéis
constituido en la tierra como Padre y Pastor de nuestras almas en lugar de Vos.
Asistidle, defendedle, sacadlo vencedor de sus constantes enemigos. Lo son
vuestros, los suyos, y cuando contra él Ir: se pelea, se pelea contra Vos.
¡Oh Sagrado Corazón de Jesús! Por
nuestro venerable Pontífice, sed siempre, y en especial durante este mes,
abogado y medianero nuestro ante el Padre Celestial.
Medítese unos minutos.
II
De todos los deberes del
buen católico, el deber de rogar por el Papa es, sin duda, el primero y
principal. ¿Qué familia hay en la cual los hijos no se crean obligados a
prestar toda clase de auxilios al padre de ella? Aquí la gran familia es el Catolicismo,
y el gran padre de ella es el Romano Pontífice; nosotros somos sus individuos,
y los auxilios principales que necesita son los de nuestra fervorosa y
constante adhesión.
Es cierto que quizá nos hemos portado
como extraños o indiferentes. ¿Estamos seguros de haber cumplido siempre la obligación
de buenos hijos? ¡Ah! tal vez habrá motivo para que se nos acuse sobre esto en el
tribunal de Dios. No queramos, pues, permanecer ya en nuestra frialdad y
olvido.
¡Oh Sagrado Corazón de
Jesús! Este será mi grito constante en vuestra presencia: ¡Salvad al Papa! ¡Conceded el triunfo al
Papa! Dad autoridad
y fuerza a sus palabras; hacédselas respetar a ese mundo indócil a su voz;
hacednos sobre todo a nosotros obedientes y sumisos a sus enseñanzas. Sean
confundidos y disipados los que le quieren mal: vuelvan en sí los que han extraviado
la evolución con sus doctrinas; tornen solícitas al amoroso Pastor las ovejas
que se han apartado de su rebaño.
¡Oh Sagrado Corazón de Jesús! Por
los méritos de vuestra cruz, por el valor infinito de esta sangre, por los
azotes y espinas de vuestra cruelísima Pasión, dadle a vuestro Vicario sobre la
tierra lo que por él os pedimos en el día de hoy.
Medítese, y pídase la
gracia particular
ORACIÓN Y ACTO DE
CONSAGRACIÓN
Rendido a vuestros
pies, ¡oh Jesús mío!, considerando las inefables muestras de amor que me habéis
dado y las sublimes lecciones que me enseña de continuo vuestro adorabilísimo
Corazón, os pido humildemente la gracia de conoceros, amaros y serviros como
fiel discípulo vuestro, para hacerme digno de las mercedes y bendiciones que
generoso concedéis a los que de veras os conocen, aman y sirven.
¡Mirad que soy muy pobre,
dulcísimo Jesús, y necesito de Vos, como el mendigo de la limosna que el rico
le ha de dar! Mirad que soy muy rudo, ¡oh soberano Maestro!, y necesito de vuestras divinas
enseñanzas, para luz y guía de mi ignorancia.
¡Mirad que
soy muy débil, oh poderosísimo amparo de los flacos y caigo a cada paso, y
necesito apoyarme en Vos para no desfallecer! Sedlo todo para mí, Sagrado Corazón: socorro de mi miseria, lumbre de
mis ojos, báculo de mis pasos, remedio de mis males, auxilio en toda necesidad.
De Vos lo espera todo mi pobre corazón. Vos lo alentasteis y convidasteis
cuando con tan tiernos acentos, dijisteis repetidas veces en vuestro Evangelio:
“Venid a Mí, … Aprended
de Mí ... Pedid, llamad ...” A
las puertas de vuestro Corazón vengo pues hoy, y llamo, y pido, y espero. Del
mío os hago, oh Señor, firme, formal y decidida entrega. Tomadlo Vos, y dadme
en cambio lo que sabéis me ha de hacer bueno en la tierra y dichoso en la
eternidad. Amén.
—Aquí se rezará tres veces el Padre Nuestro,
Ave María y Gloria, en recuerdo de las tres insignias, cruz, corona y herida de
la lanza, con que se apareció el Sagrado Corazón a Santa Margarita María Alacoque.
LETANÍA AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS.
Señor, ten
piedad de nosotros.
Cristo, ten
piedad de nosotros.
Señor, ten
piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Dios Padre celestial,
ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del
mundo, ten piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten
piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, que
eres un solo Dios, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, Hijo
del Padre Eterno, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús,
formado por el Espíritu Santo en el seno de la
Virgen Madre, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, unido
substancialmente al Verbo Divino, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, de
majestad infinita, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, templo
santo de Dios, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús,
tabernáculo del Altísimo, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, casa de
Dios y puerta del Cielo, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, horno
ardiente de caridad, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús,
Santuario de justicia y de amor, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, lleno
de amor y bondad, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, abismo
de todas las virtudes, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús,
dignísimo de toda alabanza, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, rey y
centro de todos los corazones, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús,
en quien están encerrados todos los tesoros de la
sabiduría y de la ciencia, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, en
quien habita toda la plenitud de la divinidad, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, en
quien el Padre tiene todas sus complacencias, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, de cuya
plenitud hemos participado todos nosotros, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, deseado
de los collados eternos, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús,
paciente y de gran misericordia, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, rico
para con todos aquellos que te invocan, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, fuente
de vida y santidad, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús,
propiciación por nuestros pecados, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, saciado
de oprobios, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús,
despedazado por nuestras maldades, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, hecho
obediente hasta la muerte, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús,
traspasado con la lanza, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, fuente
de todo consuelo, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, nuestra
vida y resurrección, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, nuestra
paz y reconciliación, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, víctima
de los pecadores, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, salud
de los que en ti esperan, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús,
esperanza de los que en ti mueren, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, delicia
de todos los Santos, ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que
quitas el pecado del mundo, perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que
quitas el pecado del mundo, escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros,
Señor.
℣.
Jesús, manso
y humilde de Corazón.
℟. Haz nuestro corazón semejante al tuyo.
ORACIÓN
¡Oh
Jesús, Señor nuestro, que por un nuevo beneficio de tu gracia te has dignado
manifestar a tu Iglesia las riquezas de tu Corazón! haz
que podamos pagar a este divino Corazón amor con amor, y reparar con dignos
desagravios los ultrajes que te ha hecho la ingratitud de los hombres.
Omnipotente y sempiterno Dios, pon los ojos en el Corazón de tu muy
amado Hijo, y en las alabanzas y satisfacciones que te ha ofrecido a nombre de
los pecadores, y aplacado con ellas, perdona a los que imploran tu misericordia
en nombre del mismo Jesucristo, que contigo vive y reina por los siglos de los
siglos. Amén.
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
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