miércoles, 13 de agosto de 2025

SAN JUAN BERCHMANS, confesor. (+ 1621) — 13 de agosto.

 




   El purísimo y angelical mancebo san Juan Berchmans, vivo retrato de las Reglas de la Compañía de Jesús, fué natural de Diest, en el ducado de Brabante, y nació en el día de sábado, consagrado a la Virgen santísima, con quien tuvo toda su vida muy tierna y regalada devoción. 

   Madrugaba ya desde niño para oír muy de mañana dos o tres misas antes de ir a la escuela; y se acostaba a veces muy tarde para meditar en el silencio de la noche la sagrada pasión de Jesucristo.

   Cuando se confesó para comulgar la vez primera, halló el confesor tan limpia su conciencia, que apenas supo de qué poderle absolver.

   En su vida y costumbre parecía un ángel, y por tal era tenido; y con este nombre le llamaban.


   Rogó a sus padres que, a pesar de su pobreza, no le estorbasen el seguir la carrera de la Iglesia, a la que Dios le llamaba: y así se concertaron con un canónigo de Malinas, que le serviría en su casa, y aprendería al mismo tiempo las letras humanas en el colegio de la Compañía.

   Ponía gran cuidado en imitar las acciones y ejemplos de san Luis Gonzaga; hizo, como él, voto de perpetua virginidad a gloria de la sacratísima Virgen; y con su compostura refrenaba a sus compañeros, de manera, que ninguno osaba a su vista desmandarse. 

   Más ¿quién podrá decir la suavísima fragancia y hermosura de sus virtudes, cuando se trasplantaron, como flores del cielo, de los eriales del siglo al paraíso de la religión? 

   Entró Juan en la Compañía a la edad de diez y siete años, y así en el noviciado, como después en los colegios, vivió con tan grande ejemplo y opinión de santidad, que a los que habían conocido a san Luis Gonzaga, les parecía haberlo recobrado en la persona de nuestro santo mancebo. 

  No puso con todo la perfección de su santidad en asombrosas penitencias: su grande penitencia, decía que había de ser la fiel observancia de las reglas de la Compañía, sin apartarse de la vida común; y esto cumplió tan perfectamente, que jamás pudieron sus superiores y compañeros notar cosa de que poderle avisar: y él, mismo tenía escrito entre sus propósitos que antes quisiera morir que quebrantar deliberadamente cualquier regla de la Compañía por mínima que fuese. 

   Se había obligado con voto a defender la inmaculada Concepción de María, y como hijo de tal Madre, guardaba tan rara modestia, que por sólo ver su semblante hermosísimo y modestísimo acudían muchos a la iglesia del Colegio Romano. 



   Nunca quiso levantar los ojos para mirar muchas cosas dignas de ser vistas que  hay en Roma, y algunos que habían procurado saber de qué color los tenía, nunca lo pudieron saber. 

   Enseñaba con gracia sin igual la doctrina a los pobres., y rogaba a los superiores que le mandasen a la misión de la China, para alumbrar a aquellos infieles y derramar si pudiese la sangre por Cristo. 

   Mas no era la patria de este ángel la tierra, sino el cielo; y así a la edad de solos veintidós años, abrazado con el santo crucifijo, el rosario y el librito de las reglas de la Compañía, entregó su alma purísima al Creador.


   Reflexión: Hallamos también escrito en el libro de los propósitos de este santo mancebo: «Aborreceré cualesquiera imperfecciones, que puedan menoscabar la castidad.»

   Tomen, pues, los jóvenes por ejemplar de este santísimo mancebo, el cual es especialísimo abogado contra las tentaciones sensuales.




   Oración: Te rogamos, Señor, que concedas a tus siervos la gracia de saber imitar los ejemplos de aquella, inocencia y fidelidad en tu divino servicio, con los cuales el angélico joven Juan Berchmans, te consagró la flor de su edad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.


FLOS SANCTORVM
DE LA FAMILIA CRISTIANA.


martes, 12 de agosto de 2025

SANTA CLARA DE ASÍS, fundadora. (+ 1253). — 12 de agosto.

 


   La seráfica virgen santa Clara, fundadora de las religiosas del seráfico padre san Francisco, fué, como este santo, natural de Asís, y de claro y nobilísimo linaje.

   Siendo aún muy niña y no teniendo aún rosario para llevar la cuenta de sus oraciones, las iba contando con piedrecillas, y aunque por voluntad de sus padres vestía ropas preciosas, más interiormente usaba de un áspero cilicio, y ofrecía a Dios su virginidad con gran resistencia de sus padres, que deseaban casarla.




   Había Dios enviado en este tiempo al mundo para renovarlo, al seráfico padre san Francisco, el cual estaba en la misma ciudad de Asís; y por su consejo dejó la santa doncella la casa de sus padres y renunciando a todas las grandezas del mundo, se entró en la iglesia de santa María de la Porciúncula que está a una milla de Asís.




   Allí la aguardaban san Francisco y todos sus santos religiosos con velas en las manos y entonando el Veni Creator Spiritus; y ella, al pie del altar, se desnudó de todas sus galas y preciosas vestiduras, se cortó las trenzas de su rubia cabellera, y recibió de manos del seráfico patriarca el hábito penitencial.



   Pretendieron sus deudos y parientes llevársela por fuerza, más la santa se asió tan fuertemente al altar, que, al quererla sacar por fuerza, dejó en sus manos la mitad de sus vestiduras, y aun se quitó la toca, para que viesen que había también sacrificado a Cristo la hermosura de sus cabellos.



   Premió el Señor tan ilustre victoria que su sierva alcanzó de la carne y de la sangre, con dar la misma vocación a su hermana Inés y a otras nobilísimas doncellas, parientas suyas, hasta el número de diez y seis; las cuales formaron la primera comunidad de religiosas de santa Clara.

   No solamente en aquella ciudad, sino en la Umbría y por todo el mundo se extendió el resplandor de las virtudes de santa Clara.



   Ayunaba a pan y agua todas las vigilias de la Iglesia y toda la cuaresma, llevaba por vestidura interior una asperísima piel de jabalí, y dormía sobre la tierra teniendo un haz de sarmientos por almohada; pero el amor de Cristo le hacía tan suaves éstas, y otras espantosas penitencias, que no había rostro más alegre y apacible que el de la santa.

   Y ¿qué lengua podrá decir las inefables dulzuras, éxtasis seráficos y dones de milagros y de profecía con que Jesucristo la regalaba y correspondía a su amor?




  Cuando los bandidos y sarracenos con que el malvado Federico II talaba el valle de Espoleto, cercaron la ciudad de Asís y escalaban ya los muros del monasterio de santa Clara, ella, aunque enferma, se hizo llevar a las puertas, y sacando del seno una custodia del santísimo Sacramento, oyó la voz de Jesús, que le decía: «Sí, Clara, yo te protegeré»: y huyeron al punto aquellos bárbaros, dejando muchos cadáveres, heridos como si hubiesen peleado contra los rayos del cielo.




   Finalmente, toda la vida de la santa fué como la de un serafín sacrificado por amor de Jesucristo, y a la edad de sesenta años, visitada por un coro celestial e santas vírgenes, entregó su alma purísima al divino esposo.




ReflexiónLos monasterios de santa Clara han llegado a la crecida suma de cuatro mil; y en ellos se han santificado mucha nobilísimas doncellas, condesas, duquesas y princesas, y sobre todo un gran número de almas heroicas que, practicando la regla más austera de todas, han sido en la tierra las delicias de Dios, el ornamento de la Iglesia católica, y el más elocuente ejemplo del mundo.




Oración: Óyenos, Señor y Salvador nuestro, y haz que la alegría que sentimos en la fiesta de tu bienaventurada virgen santa Clara, sea acompañada de los afectos de una verdadera devoción. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.



FLOS SANCTORVM
DE LA FAMILIA CRISTIANA.

jueves, 7 de agosto de 2025

SAN CAYETANO, fundador. — 7 de agosto (+ 1547).

 


   El seráfico y apostólico sacerdote san Cayetano, fundador de la orden de los Clérigos regulares, llamados Teatinos, nació en la ciudad de Vicencia, del señorío de Venecia, de padres no menos ilustres por su piedad que por su nobleza.




   Resplandeció en él, desde su temprana edad, un señalado amor a la pureza, a la caridad, y a la piedad con Dios y su Madre santísima; e hizo tales progresos en las ciencias y virtudes, que se ganó mucha estimación con los príncipes y prelados y con el papa Julio II, el cual le honró con la dignidad de protonotario apostólico.

   Pero mayor fue la honra que recibió de la soberana Reina de los cielos, la cual, en recompensa de la devoción que el santo le tenía, se le apareció llena de claridad y hermosura, y le regaló poniéndole su divino hijo en los brazos.



   Había entrado el santo en la Cofradía del Divino Amor que estaba instituida en Roma, y pasando a Vicencia la estableció en aquella ciudad, y prendió después el fuego de su amor divino en Venecia, Verona y otras ciudades, en las cuales le llamaban con razón serafín en el altar, y apóstol en el pulpito.

  Volviendo a Roma determinó fundar una religión de clérigos regulares, que, con sus letras, y su modestia y santa vida, honrasen mucho a la Iglesia de Dios y la proveyesen de santos prelados, y confundiesen a los herejes.

  Favorecieron los intentos del santo varias personas muy distinguidas, que andaban en los mismos deseos, especialmente Pedro Carafa, y el papa Clemente VII, el cual aprobó la nueva religión, que se llamó de los Teatinos por haber sido su primer superior don Juan Pedro Carafa, que a la sazón era obispo de Teati, y después fue sumo pontífice con nombre de Paulo IV. 



  Se vio el santo muy maltratado y preso con sus religiosos en un saqueo de Roma; mas nunca fueron tantas las penas que le hicieron sufrir los soldados herejes, como las que deseaba padecer por amor de Jesucristo; el cual una vez se le apareció y le convidó a poner sus labios en la llaga del costado para que gustase la inefable suavidad de su amor divino.

   Dice la Sagrada Rota que los resplandores de las virtudes con que fue adornado san Cayetano, como de una preciosa vestidura, le acompañaron desde la cuna hasta el sepulcro.

   Le ocasionaron su última enfermedad los alborotos suscitados en Nápoles (en 1547) por las resistencias que hicieron los enemigos de Dios y de la Iglesia para estorbar que se estableciese allí el santo tribunal de la Inquisición: y como el médico le ordenase que moderando sus penitencias; se acostase en cama blanda y regalada, dijo el santo: Si mi Jesús murió en el duro leño de la cruz, dejadme morir siquiera en un lecho de paja.



   Finalmente, recibidos los santos sacramentos, tuvo un éxtasis maravilloso en que se le apareció la serenísima Virgen acompañada de ángeles que llevaron aquella alma santísima a la patria celestial.





ReflexiónVean otra vez aquí los sectarios del liberalismo quiénes han sido los amigos y quiénes los enemigos del santo Tribunal de la Inquisición: porque han estado muy bien con él y lo han alabado mucho todos los santos que desde que se fundó, han florecido en la Iglesia; y lo han aborrecido, calumniado y procurado derrocar, todos los impíos, herejes y libertinos.



   Te ruego, amado lector, que repares en esto para abrir los ojos y ver claramente esta verdad, ya que los malos porfían aún en desfigurarla o encubrirla.



OraciónOh Dios, que diste al bienaventurado Cayetano tu confesor la gracia de imitar la vida de los apóstoles; concédenos, por su intercesión y ejemplo, la gracia de poner en Ti toda nuestra confianza, y desear solamente las cosas celestiales. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.




FLOS SANCTORVM


DE LA FAMILIA CRISTIANA

miércoles, 6 de agosto de 2025

LA GLORIOSA TRANSFIGURACIÓN DEL SEÑOR. — 6 de agosto

 



   En este día celebra la santa Iglesia el misterio altísimo y regaladísimo de la Transfiguración de nuestro Señor Jesucristo.

   Había avisado el Salvador a sus discípulos que padecería mucho en Jerusalén de los escribas y príncipes de los sacerdotes, y que moriría en sus manos y que después de muerto había de resucitar.

   Y para que cuando le viesen morir no se escandalizasen y entendiesen que era Señor de la vida y de la muerte, quiso el divino Redentor transfigurarse y darles un breve gusto de su gloria y una como muestra de la bienaventuranza que habían de alcanzar.

   Para esto tomó consigo a Pedro, Santiago y Juan su hermano, los cuales habían de presenciar más de cerca los dolores de su pasión, y los llevó al monte Tabor.



   Habiéndose puesto allí en oración, se transfiguró delante de aquellos discípulos, y vieron su rostro resplandeciente y glorioso, y todo el cuerpo más claro que el mismo sol, y sus vestiduras más blancas que la nieve.

   Vieron juntamente a Moisés y a Elías que estaban a sus lados y le tenían en medio, hablando con Él de la pasión y muerte que para cumplir las profecías había de padecer en Jerusalén.


   Y al haber el Salvador mostrándose glorioso con aquella nueva claridad en el monte, llaman los evangelistas transfigurarse, porque, aunque no tomó otra forma ni figura, pero alteró la que antes tenía, dándole aquel nuevo resplandor y maravillosa claridad.

   Al tiempo que Moisés y Elías se partían y despedían de Cristo, dice el evangelista san Lucas que san Pedro, como más fervoroso y que con más disgusto oía hablar de la pasión y muerte de su maestro, le dijo: Señor, bien estamos aquí; hagamos en este monte tres moradas: una para vos, otra para Moisés y otra para Elías.



   No sabía lo que decía; porque se contentaba con sola aquella vista de la gloria del cuerpo del Señor, y tenía la por suma bienaventuranza, no siendo más que una gota de aquel río que alegra la ciudad de Dios y un pequeño reflejo de aquella gloria que hace bienaventurados a los moradores del cielo.

   Mientras estaba hablando san Pedro, súbitamente vino una nube del cielo clara y resplandeciente, que hizo sombra al Señor, y sonó en ella una voz que dijo: “Este es mi Hijo muy amado, en el cual siempre me he agradado; oídle a Él”.

   Y al sonar esta voz magnífica y testimonio divino del Padre Eterno, los apóstoles, despavoridos y llenos de temor y estupor, cayeron sobre sus rostros en tierra quedando fuera de sí y como muertos; mas entonces el Salvador se llegó a ellos y los tocó con la mano y les dijo que se levantasen y no temiesen; y bajando después del monte les mandó que no descubriesen ni dijesen a nadie lo que habían visto hasta que Él hubiese resucitado; y así lo callaron los apóstoles, como dice San Lucas, “hasta que el Señor hubo resucitado de entre los muertos”.






ReflexiónSiendo la gloria de Cristo el galardón de nuestras buenas obras y padecimientos, vivamos en este valle de lágrimas de tal suerte que merezcamos verle en el monte alto del cielo, no transfigurado, como le vieron los tres apóstoles en el monte Tabor, sino como Él es, y como es glorificador y remunerador de todos sus escogidos, donde como se dice en la Escritura, no hay llantos ni gemidos ni dolores, ni trabajo alguno, sino que todo es júbilo y gloria y felicidad cumplida y eterna.



Oración: Oh Dios que en la gloriosa Transfiguración de tu unigénito Hijo con la autoridad de los profetas confirmaste los ocultos misterios de la fe, y con la voz salida de una resplandeciente nube, admirablemente nos diste a conocer la perfecta adopción de hijos; concédenos la gracia de ser coherederos del Rey de la gloria y la participación de su misma bienaventuranza. Por Jesucristo, tú mismo Hijo y nuestro Señor. Amén.





FLOS SANCTORVM

DE LA FAMILIA CRISTIANA.

martes, 5 de agosto de 2025

DIVINO SALVADOR DEL MUNDO. —6 de agosto.

 



Fiestas patronales de San Salvador

 

Las fiestas patronales de San Salvador o Fiestas Agostinas se celebran en honor al Divino Salvador del Mundo en la ciudad capital de El Salvador. Los eventos principales se realizan el día 5 de agosto, cuando se organiza una procesión con la imagen de Jesucristo que parte de la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús y termina frente a Catedral Metropolitana de San salvador. En este sitio se realiza año con año una representación de la Transfiguración. Asimismo, el día 6 de agosto se celebra una misa solemne en el atrio de Catedral Metropolitana para cerrar oficialmente las fiestas patronales.

 

Historia

 

De acuerdo a una crónica del siglo XVII, en 1526 ya existía la celebración del Divino Salvador del Mundo en San Salvador. De igual manera, el Doctor Alberto Luna la establece desde el mismo año de fundación de la ciudad, es decir, en 1525. En ese tiempo la fiesta era de un carácter cívico y tenía lugar el seis de agosto, probablemente en memoria de la victoria definitiva de los españoles sobre los indígenas de la región. El festejo consistía sacar el “real pendón la víspera y día de dicha fiesta, por las calles principales, con lúcido acompañamiento de caballeros”.

 


Sin embargo, el historiador Pedro Escalante Arce afirma que antes de 1777 predominó la devoción a la Santísima Trinidad, y no al Divino Salvador del Mundo, ya que la villa de San Salvador se estableció en 1528 en el lugar conocido como La Bermuda, siendo puesta bajo aquella advocación. Dicha celebración consistía en desfilar con el pendón real alrededor de la Plaza de Armas.

 

Sea como fuere, la festividad del seis de agosto fue trasladada, en más de alguna ocasión, a la fecha de Navidad; incluso en el siglo XIX, el presidente Gerardo Barrios lo estipuló así por decreto del 25 de octubre de 1861, debido a que el mes de agosto era la época “más rigurosa en la estación de lluvias”.

 

Por otra parte, en los primeros años de existencia de San Salvador, también había devoción por la Virgen de la Presentación, llamada también “La Conquistadora”, aunque se estima que su veneración cedió a la Virgen del Rosario.

 


La imagen del Divino Salvador del Mundo, coloquialmente llamada “El Colocho” (En El Salvador, Colocho se refiere a una persona de pelo rizado), fue esculpida por el terciario de la orden de San Francisco, el maestro Silvestre García el año 1777; a quien además se adjudica el inicio del carácter cívico y religioso de la celebración, pues él mismo se ocupó de organizar una fiesta anual al santo patrón con novenario y jubileo. En ese mismo siglo XVIII se habían instalado las “ferias” en las provincias centroamericanas durante las fiestas patronales, por lo que San Salvador, por ser capital de la provincia salvadoreña, se convirtió en una plaza atractiva. Otra versión asevera que el rey español ya había obsequiado a finales del siglo XVI una imagen del Salvador del Mundo para el recorrido de la procesión.

 

Tras el fallecimiento de García en 1807, dos años después era nombrada la primera capitana: Doña Dominga Mayorga, quien organizó una “pequeña entrada”. Ya para 1810, era fabricada en el atrio de la Iglesia Parroquial (actualmente la Iglesia El Rosario) un “gran volcán”, en cuya cima se colocó la imagen. En 1811, se construyó un “modesto carro de madera y papel de colores, sobre el que colocaron al santo patrón para llevarlo en procesión por las principales calles, hasta la Plaza de Armas, en donde tuvo lugar por primera vez el tradicional descubrimiento”.

 


Desde 1777 el recorrido tradicional de la procesión era desde la iglesia El Calvario hasta la Plaza de Armas, a donde se realizaba la transfiguración. Con la construcción de la nueva catedral, en el costado norte de la plaza Barrios, la imagen era llevada posteriormente allí para introducirla. Para 1963, Monseñor Luis Chávez y González decidió, “para darle mayor recorrido a la procesión”, que la salida fuese desde la basílica del Sagrado Corazón, ubicada en la calle Arce, hasta la catedral metropolitana. Sin embargo, de acuerdo a un testimonio:

 

Los «calvareños», al ver trasformada su tradición, no dudaron en hacer el reclamo al señor arzobispo, quien, como en un gesto de desagravio, promete solemnemente que todos los 5 de agosto, por la mañana, el Divino Salvador del Mundo visitará la iglesia de El Calvario, promesa que todavía se cumple....La imagen es llevada a las ocho de la mañana a la iglesia El Calvario, donde es esperada y recibida solemnemente para después ser llevada en procesión hacia la basílica del Sagrado Corazón, donde, en la tarde, a las 4:00 p. m. en punto empezará su triunfal regreso a la catedral metropolitana y a su llegada hará su transfiguración.

En cuanto al apelativo La Bajada, que recibe la procesión, existen varias explicaciones. Una de ellas es religiosa, la cual conllevaría:

 

...la idea del momento en que los discípulos de Jesús bajaron el cuerpo de Jesús de la cruz que estaba en el Gólgota o calvario, el mismo que, colocado en el sepulcro, resucitó al tercer día. Y como en la explicación del evangelio de la Transfiguración se nos dice que este misterio es anticipo de la resurrección de Jesús, tenemos entonces claro el pensamiento religioso de los que tuvieron idearon esta procesión, es decir, representar el descenso de Jesús en el sepulcro y su resurrección al tercer día...

También hay una razón topográfica, ya que según el antropólogo Ramón Rivas: “la iglesia El Calvario” en la topografía antigua quedaba más arriba de lo que hoy es la plaza Libertad... de ahí le viene el sobrenombre de La bajada.

 

Desde año 1787 se tiene noticia de la existencia de la cofradía llamada “la Transfiguración” en la parroquia de San Salvador, que cambió el nombre a Cofradía de San Salvador para 1791. En la actualidad, la procesión la organiza la Asociación Cofradía del Divino Salvador del Mundo.