lunes, 14 de noviembre de 2022

MARTIROLOGIO ROMANO: DÍA 14 DE NOVIEMBRE.



 


—San Serapion, en Argel en África, el primero de los del Orden de Nuestra Señora de la Merced, que por la redención de los fieles cautivos y predicación de la fe cristiana, siendo crucificado y despedazado miembro a miembro, mereció obtener la palma del martirio.

 





—San Serapion, mártir, en Alejandría; a quien en tiempo del emperador Decio atormentaron cruelmente los perseguidores, descoyuntándole primero todos sus miembros, y de esta suerte lo precipitaron desde lo alto de su misma casa, con lo cual mereció ser mártir de Jesucristo el año 252.

 





—El triunfo de los santos mártires Clementino, Teodoto, y Filomeno, en Heraclea en Tracia, durante la persecución de Aureliano.

 

—San Venerando, mártir, en Troyes de Francia, en tiempo del emperador Aureliano. Después de un glorioso martirio, acabó su vida degollado en la misma ciudad, el año 272.

 




Santa Veneranda, virgen, también en Francia; la cual en tiempo del emperador Antonino, siendo Asclepiades presidente, alcanzó la corona de mártir.

 




San Hipacio, obispo, en Gangres en Paflagonia; el cual cuando volvía del concilio Niceno, le apedrearon en el camino los herejes novacianos, y murió mártir, por los años 326 ó 327.

 




—El martirio de muchísimas santas Mujeres, en Emesa, que por la fe de Cristo padecieron muy atroces tormentos por el muy cruel Mady, caudillo de los árabes y fueron al fin degolladas el año 773 de Jesucristo. Los fieles recogieron sus reliquias y les dieron sepultura, y con su contacto se obraron muchos prodigios.






—San Jocundo, obispo y confesor, en Bolonia. Dice Ferrario que fue el décimo obispo de Bolonia, cuya iglesia hizo florecer en pureza de disciplina y santidad de costumbres. Murió el año 485.

 





—San Lorenzo (o Lorcan en irlandés), obispo de Dublín, en Irlanda. Fue hijo menor de un príncipe de Irlanda. Contaba doce años cuando abrazó el estado eclesiástico, y a los veinte y cinco le nombraron abad del monasterio de Glendaloch. Gobernó su numerosa comunidad con prudencia y virtud, y en una grande hambre que afligió aquella tierra, como otro José fue el salvador de su patria con su caridad ilimitada. No por esto faltaron tribulaciones a su paciencia para ejercitar su virtud; porque algunos malos religiosos que no podían sufrir el celo con que condenaba la irregularidad de su conducta, asaltaron su reputación con la calumnia, más el Santo triunfó con su bondad y silencio. Á la edad de treinta años fue unánimemente elegido arzobispo de Dublín: en su largo pontificado tuvo lugar para desplegar su celo por la reforma de la disciplina eclesiástica y las costumbres públicas. Los pobres le buscaban como a su padre; y en la horrorosa hambre de tres años que asoló la Irlanda, mostró el venerable Pastor que su caridad no tenía límites. Los pontífices, los reyes y príncipes procuraban sus consejos, y hasta los Padres del onceno concilio general celebrado en Letrán el año 1179, al cual asistió san Lorenzo, le tributaron los mayores elogios por su sabiduría y su celo. El Señor le concedió el don de milagros, de modo que en la bula de su canonización se refieren siete muertos resucitados. Su vida fue siempre acompañada de bendiciones, y su muerte, acaecida el año 1181, fue también gloriosa en el Señor. Butler.

 


 

—Y en otras partes se hace la fiesta y la conmemoración de otros muchos santos Mártires, Confesores y santas Vírgenes.

 

 

Alabado y glorificado sea Dios eternamente.

 

 

AÑO CRISTIANO

POR EL P. J. CROISSET, de la Compañía de Jesús. (1864).

Traducido del francés. Por el P. J. F. de ISLA, de la misma Compañía.

 




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