sábado, 12 de noviembre de 2022

MARTIROLOGIO ROMANO: DÍA 12 DE NOVIEMBRE.


 

—El martirio de san Martin, papa y mártir; el cual habiendo celebrado un concilio en Roma, y condenado en él a los herejes Sergio, Paulo y Pirro, por orden del emperador Constante, hereje, lo prendieron con engaño, y llevado a Constantinopla, fue desterrado al Quersoneso, en donde consumado con muchos trabajos y miserias, por defender la fe católica acabó su vida esclarecido con muchos milagros. Su cuerpo lo trasladaron después a Roma, dándole sepultura en la iglesia de los Santos Silvestre y Martino.

 




—El martirio de los santos Aurelio y Publio, obispos, en Asia. Refiere Galesinio que estos dos Santos fueron consagrados obispos por los discípulos de los Apóstoles, y enviados al Asia, en cuya región no solo convirtieron a muchos infieles, sino que con sus escritos combatieron los errores de ciertos herejes llamados Catafrigas, los cuales aparecieron en el segundo siglo de la Iglesia. Se ignoran los nombres de las ciudades de que fueron obispos, y solo se sabe que derramaron su sangre en testimonio de Jesucristo en el año de 173.

 —San Paterno, mártir, en el Senonois en Francia.

—Los santos mártires Benedicto, Juan, Mateo, Isaac y Cristino, ermitaños, en Polonia. Murieron a manos de los herejes por los años de 1003.






—San Livino, obispo y mártir, en Gante. Fue un sabio y piadoso obispo irlandés que pasó a Flandes para predicar la fe a los idólatras. Comenzó esta misión después de prepararse con fervorosos actos de piedad, y por medio de la predicación y del ejemplo convirtió a muchísimos infieles en los territorios de Alost y de Hautem. Habiendo cultivado la poesía en su juventud, compuso himnos y otras composiciones sagradas. Después de un glorioso apostolado, fue asesinado por los paganos en Esche el ario 633, según Caigan, quien dice que fue obispo de Dublín. Fue enterrado en Hautem, a tres millas de Gante, y sus reliquias trasladadas al gran monasterio de esta ciudad el año 1006. En una urna junto a la de san Livino se guardan las reliquias de santa Crafaildes, dama en cuya casa fue martirizado el Santo, y muerta por los mismos bárbaros solo porque lloraba la muerte del glorioso Mártir, y la de su hijo Baictio, a quien acababa de bautizar san Livino.

 




—El martirio de san Josafato, del Orden de san Basilio, arzobispo de Polozk, en Witensk en Polonia; al cual dieron cruel muerte los cismáticos en odio de la verdad y unidad de la Iglesia católica. Habiendo trabajado extraordinariamente este Santo para reunir los cismáticos de su diócesis a la Iglesia católica, sus esfuerzos le costaron el sacrificio de su vida, siendo asesinado por los herejes el año de 1623. La Congregación de Ritos declaró algunos años después que el martirio de este Santo se hallaba evidentemente probado, y su santidad atestiguada por muchos milagros.

 




—San Rufo, en Aviñón, primer obispo de esta ciudad. Fue discípulo del célebre procónsul Sergio Paulo, íntimo amigo del Apóstol de las gentes, y habiendo sido consagrado en Roma, los Apóstoles le enviaron a Aviñón, cuya iglesia fundó. Murió por los años de 65.

 




—La dichosa muerte de san Cuniberto, obispo, en Colonia. Era el padre de los huérfanos y el consuelo de los afligidos, y en recompensa de sus virtudes el Señor le concedió el don de milagros.

 




—San Emiliano (o san Millán), presbítero, en Tarazona en la España Tarraconense; esclarecido por sus innumerables milagros: san Braulio, obispo de Zaragoza, escribió su admirable vida.

 




—San Nilo, abad, en Constantinopla; el cual de prefecto que era de la ciudad, se hizo monje, y floreció en santidad y doctrina en tiempo de Teodosio el Menor.

 



—San Teodoro Studita, también en Constantinopla; el cual, combatiendo valerosamente por la fe católica contra los Iconoclastas o destruidores de las sagradas imágenes, se hizo muy célebre en toda la Iglesia católica. Le dieron el nombre de Studita porque fue abad del monasterio de Studio, fundado por Studius, cónsul romano, en uno de los arrabales de Constantinopla. Su decisión en defender el culto de las santas imágenes le ocasionó violentas persecuciones; y en los innumerables escritos que publicó contra las herejías de su tiempo reúne a una vastísima erudición y solides inexpugnable una piedad sólida y un estilo claro, conciso y elegante. Feller dice que los que deseen conocer la disciplina y costumbres de la Iglesia griega en los siglos VIII y IX, deben leer las obras de este Santo.

 



—San Diego, confesor, del Orden de los Menores, en Alcalá de Henares en España, esclarecido por su grande humildad: fue canonizado por el papa Sixto V; su fiesta se celebra el día siguiente.

 

 

—Y en otras partes se hace la fiesta y la conmemoración de otros muchos santos Mártires, Confesores y santas Vírgenes.

 

 

Alabado y glorificado sea Dios eternamente.

 

 

AÑO CRISTIANO

POR EL P. J. CROISSET, de la Compañía de Jesús. (1864).

Traducido del francés. Por el P. J. F. de ISLA, de la misma Compañía.

 


No hay comentarios.:

Publicar un comentario