viernes, 21 de mayo de 2021

NOVENA EN HONOR A SANTA RITA DE CASIA. DÍA 9.


 

COMENZAMOS: 13 de mayo.

 

FINALIZAMOS: 21 de mayo-

 

FESTIVIDAD: 22 de mayo.

 

 

Por la señal de la santa Cruz; de nuestros enemigos líbranos, Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

 

   

ACTO DE CONTRICIÓN

 

 

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Criador y Redentor mío, por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido: propongo firmemente de nunca más pecar, y de apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, y de confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta, y de restituir y satisfacer si algo debiere: Ofrézcoos mi vida, obras y trabajos en satisfacción de todos mis pecados; y así como os lo suplico, así confío en vuestra bondad y misericordia infinita me los perdonaréis, por los merecimientos de vuestra preciosísima Sangre, Pasión y Muerte, y me daréis gracia para enmendarme y para perseverar en vuestro santo servicio hasta la muerte. Amén.

 

 

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

 

 

   ¡Devotísima Santa Rita, modelo de hijas, dechado de esposas y madres, ejemplar de viudas y espejo de religiosas!

 

   ¡Dios te salve, Abogada de imposibles, consuelo de las almas atribuladas, intercesora valiosísima en la presencia divina!

 

   ¡Sé mil veces bendita por haber sido especialmente amada de Jesucristo y haber merecido el señalado favor de recibir en tu frente una espina de su corona sacratísima!

 

   A ti acudimos en esta novena los desterrados hijos de este valle de lágrimas para darte las más rendidas gracias por los favores que nos has dispensado y pedirte otros nuevos, que no dudamos alcanzar de tu poderoso patrocinio, si ha de ser para mayor gloria de Dios y bien de nuestras almas. 

 




  DÍA NOVENO - 21 de mayo.

 

CONSIDERACIÓN: MUERTE DE SANTA RITA.

 

 

   Todo tiene su término; y debían tenerlo también los sufrimientos y trabajos de Santa Rita. La víctima estaba preparada. Ella podía decir con San Pablo: “He corrido mi carrera, he sido fiel hasta el último momento de mi vida; ahora sólo espero la posesión de mi Dios, que es mi única recompensa”. Y con Jesucristo en la Cruz: “Todo está acabado”. Efectivamente, había cumplido a maravilla la misión que el cielo le concediera de santificar todos los estados de la mujer, enseñándolas a todas, los medios de alcanzar la perfección cristiana, siguiendo sus luminosos ejemplos. La visitó, pues, repetidas veces en su última enfermedad su celestial Esposo, acompañado de su Santísima Madre; y en medio de consuelos y dulzuras inefables, entregó su espíritu a Dios el 22 de mayo de 1457. Su preciosa muerte fue seguida de señalados prodigios, que aún hoy se manifiestan al contacto de su sagrado cuerpo y reliquias, veneradas en todo el mundo. ¿Quién podrá reducir a catálogo las innumerables gracias y milagros, realizados por la intercesión poderosísima de la que con razón es aclamada por el orbe católico con el glorioso título de Abogada de los imposibles?

 

   ¡Sigue dispensando, bendita Santa, tu protección sobre la Iglesia, sobre su Jerarca Supremo, sobre tu Orden Agustiniana, y sobre todos tus devotos, para que algún día podamos gozar contigo en el cielo! Amén.

 

 

 

—Medítese y pídase la gracia particular que se desee conseguir.

 

—Rezar Cuatro Padrenuestros y Avemaría con Gloria Patri en honor de los cuatro estados de Santa Rita de Casia.

  

 

 

GOZOS EN HONOR A SANTA RITA DE CASIA.

 

 

 

Pues de Dios sois estimada,

De imposibles protectora:

Sednos nuestra intercesora,

Rita bienaventurada.

    

Vuestro nacimiento y nombre

Por un Ángel fue advertido,

Porque antes de haber nacido

Ya vuestra grandeza asombre.

Y pues tanto a Dios agrada

Vuestro nombre y le enamora,

Sednos nuestra intercesora,

Rita bienaventurada.

   

El día que os bautizaron,

De vuestra boca advirtieron

Que abejas blancas salieron,

Donde un enjambre formaron:

En su fe miro cifrada

La dulzura que atesora.

Sednos nuestra intercesora,

Rita bienaventurada.

   

Por más que lo resististe,

Por vuestros padres casaste,

Y en el marido encontraste

Martirio en que padeciste:

Fuiste, de paciencia armada,

De sus furias triunfadora,

Sednos nuestra intercesora,

Rita bienaventurada.

 

Cuando faltó vuestro esposo,

Y dos hijos se os murieron,

Las ansias os renacieron

Del estado religioso:

De Agustín enamorada

Queréis ser habitadora,

Sednos nuestra intercesora,

Rita bienaventurada.

 

Aunque por viuda os negaron

Aquel hábito divino,

Juan, Nicolás y Agustino

En el convento os entraron:

Era imposible la entrada,

Y por vos Dios la mejora,

Sednos nuestra intercesora,

Rita bienaventurada.

 

En una visión del Cielo

Una escalera os mostró,

Como la que Jacob vio

Que bajó del Cielo al suelo:

Dios en su cumbre elevada

Os regala y os decora,

Sednos nuestra intercesora,

Rita bienaventurada.

 

Cristo en la frente una espina

De su Corona os fijó,

Y con ella os coronó

Reina y Esposa divina:

Y pues vais tan señalada,

De este Esposo imitadora,

Sednos nuestra intercesora,

Rita bienaventurada.

 

Cuatro años os dio sustento

Solo el de la Eucaristía,

Que a quien divina vivía,

Sirvió divino Alimento:

Así de Dios regalada

Fuiste al Cielo moradora,

Sednos nuestra intercesora,

Rita bienaventurada.

   

Sobre el sepulcro salís

El día de vuestra fiesta,

Y en gloria tan manifiesta

Tal vez los ojos abrís:

Y si del ruego obligada

Subís a ser defensora,

Sednos nuestra intercesora,

Rita bienaventurada.

   

Consuelo en vuestras piedades

Encuentran los corazones,

En tristezas y aflicciones,

En partos y enfermedades:

Su intención mira lograda

Quien os invoca y venera,

Sednos nuestra intercesora,

Rita bienaventurada.

   

Pues de Dios sois estimada,

De imposibles protectora:

Sednos nuestra intercesora,

Rita bienaventurada.

  

. Ruega por nosotros, Santa Rita.

. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

 

 

 

ORACIÓN

 

 

   ¡Oh Dios! que quisiste dar a la bienaventurada Santa Rita tanta gracia, que te imitara en el amor a sus enemigos y fuera digna de llevar en su corazón y su frente las señales de tu caridad y tu Pasión; te rogamos nos concedas por su intercesión y méritos amar a nuestros enemigos; y con la espina de la compunción y del dolor contemplar los sufrimientos de vuestra Santísima Pasión: que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

 

 

En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

  


 P. Fray Teófilo Garnica del Carmen (1948).



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