lunes, 17 de mayo de 2021

NOVENA EN HONOR A SANTA RITA DE CASIA. DÍA 5.


 


COMENZAMOS: 13 de mayo.

 

FINALIZAMOS: 21 de mayo-

 

FESTIVIDAD: 22 de mayo.

 

 

Por la señal de la santa Cruz; de nuestros enemigos líbranos, Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

 

   

ACTO DE CONTRICIÓN

 

 

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Criador y Redentor mío, por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido: propongo firmemente de nunca más pecar, y de apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, y de confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta, y de restituir y satisfacer si algo debiere: Ofrézcoos mi vida, obras y trabajos en satisfacción de todos mis pecados; y así como os lo suplico, así confío en vuestra bondad y misericordia infinita me los perdonaréis, por los merecimientos de vuestra preciosísima Sangre, Pasión y Muerte, y me daréis gracia para enmendarme y para perseverar en vuestro santo servicio hasta la muerte. Amén.

 

 

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

 

 

   ¡Devotísima Santa Rita, modelo de hijas, dechado de esposas y madres, ejemplar de viudas y espejo de religiosas!

 

   ¡Dios te salve, Abogada de imposibles, consuelo de las almas atribuladas, intercesora valiosísima en la presencia divina!

 

   ¡Sé mil veces bendita por haber sido especialmente amada de Jesucristo y haber merecido el señalado favor de recibir en tu frente una espina de su corona sacratísima!

 

   A ti acudimos en esta novena los desterrados hijos de este valle de lágrimas para darte las más rendidas gracias por los favores que nos has dispensado y pedirte otros nuevos, que no dudamos alcanzar de tu poderoso patrocinio, si ha de ser para mayor gloria de Dios y bien de nuestras almas. 

 

  




DÍA QUINTO - 17 de mayo. 


  

CONSIDERACIÓN: SANTA RITA, MADRE.

 

 

   Cuando León XIII decía en la Bula de la Canonización de Santa Rita, que Rita era la Santa Providencial de los tiempos modernos, sin duda alguna tenía ante su mente la influencia que puede ejercer hoy entre las madres cristianas el ejemplo de nuestra gran Santa. Siempre, y hoy más que nunca, las principales batallas y las más brillantes victorias están reservadas a las madres. La impiedad y la corrupción intentan apoderarse a todo trance de los jóvenes, y solamente las que les dieron el ser, a costa de tantos dolores y trabajos, pueden frustrar sus maquiavélicos planes. Rita de Casia se consagró con alma, vida y corazón a educar a sus dos hijos, a formarlos según el divino ejemplar del Niño de Nazaret, a cimentarlos en la disciplina y en la corrección del Señor, a infundir en sus almas un gran horror al pecado y una aspiración noble y constante hacia la virtud, prefiriendo verlos muertos antes que germinara en sus corazones la sed de venganza por la muerte de su padre. Oyó el Señor la oración de esta madre incomparable, que quedó reducida a la más triste soledad, aunque consolada con la seguridad de saber que sus hijos estaban gozando de Dios en el cielo. Este es el hecho más importante y el sacrificio más grande de la vida de Santa Rita. Después de María Santísima, dudo que haya otro caso semejante en la vida de los santos.

 

   ¡Cuánta falta hacen en estos tiempos madres cristianas del temple espiritual de Santa Rita y Santa Mónica! ¡Sea hoy nuestra oración especial por esta gran necesidad! ¡Santa Rita, madre, ten muchas madres imitadoras!

  


 

—Medítese y pídase la gracia particular que se desee conseguir.

 


—Rezar Cuatro Padrenuestros y Avemaría con Gloria Patri en honor de los cuatro estados de Santa Rita de Casia.

  

 

 

GOZOS EN HONOR A SANTA RITA DE CASIA.

 

 

 

Pues de Dios sois estimada,

De imposibles protectora:

Sednos nuestra intercesora,

Rita bienaventurada.

    

Vuestro nacimiento y nombre

Por un Ángel fue advertido,

Porque antes de haber nacido

Ya vuestra grandeza asombre.

Y pues tanto a Dios agrada

Vuestro nombre y le enamora,

Sednos nuestra intercesora,

Rita bienaventurada.

   

El día que os bautizaron,

De vuestra boca advirtieron

Que abejas blancas salieron,

Donde un enjambre formaron:

En su fe miro cifrada

La dulzura que atesora.

Sednos nuestra intercesora,

Rita bienaventurada.

   

Por más que lo resististe,

Por vuestros padres casaste,

Y en el marido encontraste

Martirio en que padeciste:

Fuiste, de paciencia armada,

De sus furias triunfadora,

Sednos nuestra intercesora,

Rita bienaventurada.

 

Cuando faltó vuestro esposo,

Y dos hijos se os murieron,

Las ansias os renacieron

Del estado religioso:

De Agustín enamorada

Queréis ser habitadora,

Sednos nuestra intercesora,

Rita bienaventurada.

 

Aunque por viuda os negaron

Aquel hábito divino,

Juan, Nicolás y Agustino

En el convento os entraron:

Era imposible la entrada,

Y por vos Dios la mejora,

Sednos nuestra intercesora,

Rita bienaventurada.

 

En una visión del Cielo

Una escalera os mostró,

Como la que Jacob vio

Que bajó del Cielo al suelo:

Dios en su cumbre elevada

Os regala y os decora,

Sednos nuestra intercesora,

Rita bienaventurada.

 

Cristo en la frente una espina

De su Corona os fijó,

Y con ella os coronó

Reina y Esposa divina:

Y pues vais tan señalada,

De este Esposo imitadora,

Sednos nuestra intercesora,

Rita bienaventurada.

 

Cuatro años os dio sustento

Solo el de la Eucaristía,

Que a quien divina vivía,

Sirvió divino Alimento:

Así de Dios regalada

Fuiste al Cielo moradora,

Sednos nuestra intercesora,

Rita bienaventurada.

   

Sobre el sepulcro salís

El día de vuestra fiesta,

Y en gloria tan manifiesta

Tal vez los ojos abrís:

Y si del ruego obligada

Subís a ser defensora,

Sednos nuestra intercesora,

Rita bienaventurada.

   

Consuelo en vuestras piedades

Encuentran los corazones,

En tristezas y aflicciones,

En partos y enfermedades:

Su intención mira lograda

Quien os invoca y venera,

Sednos nuestra intercesora,

Rita bienaventurada.

   

Pues de Dios sois estimada,

De imposibles protectora:

Sednos nuestra intercesora,

Rita bienaventurada.

  

. Ruega por nosotros, Santa Rita.

. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

 

 

 

ORACIÓN

 

 

   ¡Oh Dios! que quisiste dar a la bienaventurada Santa Rita tanta gracia, que te imitara en el amor a sus enemigos y fuera digna de llevar en su corazón y su frente las señales de tu caridad y tu Pasión; te rogamos nos concedas por su intercesión y méritos amar a nuestros enemigos; y con la espina de la compunción y del dolor contemplar los sufrimientos de vuestra Santísima Pasión: que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

 

 

En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

  

 

P. Fray Teófilo Garnica del Carmen (1948).


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