lunes, 14 de octubre de 2019

PEQUEÑA NOVENA. En honor de la Santa Virgen: MARGARITA MARÍA de ALACOQUE. DÍA SEXTO.




—COMENZAMOS: 9 de octubre.

—FINALIZAMOS: 17 de octubre. (festividad de su muerte).



ACTO DE CONTRICIÓN. (Este acto de contrición está compuesto con frases armadas de los escritos de Santa Margarita María de Alacoque.


¡Dios mío! al considerarme tan pecador, Tan mezquino y despreciable, me admiro con frecuencia de que la tierra no se abra bajo de mis pies para tragarme a causa de mis grandes pecados, que no me dejarían esperar más que castigos, si Vos no fueseis tan misericordioso. ¡Tened piedad, tened piedad de mí, Señor! ¿No sois omnipotente para curarme?, ¿Vos, que sois el remedio soberano de todos mis males? Yo espero que nuestro divino Corazón sea para mí una fuente inagotable de misericordia.

Yo os amo, y quiero amaros sobre todas las cosas, y con todas mis fuerzas y potencias; detestando todo pecado, y esperando que, puesto que soy todo vuestro, por haberle dado la vida en la cruz, a costa de tantos dolores, tendréis piedad de mi flaqueza y miseria, y no permitiréis que me pierda.

Bien veis, Señor, que yo no tengo con que pagaros; consiento en que me arrojéis a una prisión, con tal que ella se vea en vuestro Sagrado Corazón; y cuando yo esté allí, tenedme bien cautivo, ligado con las cadenas de vuestro amor, hasta que os haya pagado todo lo que os debo; y como esto no lo podré hacer jamás, así también, deseo no salir nunca de esa prisión. Amén.




DIA SEXTO (14 de octubre).




ORACIÓN.



¡Salve, gloriosa Margarita María! Nosotros t e reverenciamos en aquellos instantes solemnes, en que por primera vez el Señor se te aparece mostrándote su divino corazón todo radiante y brillando más que el sol, visible allí la llaga del costado, rodeado de una corona de espinas y ostentando sobre él una cruz, y diciéndote lo apasionado de amor que esta por los hombres y el deseo que lo consume de difundir en el mundo, por tu medio las ardientes llamas de su caridad. Dígnate, como te lo suplicamos, obtenernos una verdadera devoción hacia el Corazón divino, para alcanzar aquellas gracias que te prometió dar en esta vida a sus devotos a los pecadores el dolor y el perdón, a las almas tibias el fervor, y a las almas fervorosas grandes adelantos en la perfección. Amén.



(LA PETICIÓN.)



—Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri.



MÁXIMA DE LA SANTA.


Amad, y haced cuanto queráis; porque el que tiene amor lo tiene todo.






ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS.



OREMOS.

Señor mío Jesucristo, que revelaste maravillosamente las investigables riquezas de tu Corazón, a la Bienaventurada Virgen Margarita; concédenos por sus méritos e imitación, que, amándote en todo, y sobre todo, merezcamos habitar perpetuamente en ese tu divino Corazón. Que vives y reinas con Dios Padre, en la Unidad del Espíritu Santo Dios, por todos los siglos de los siglos. Amén.



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