martes, 13 de febrero de 2024

MES DE FEBRERO EN HONOR DE LA SAGRADA FAMILIA - DÍA DECIMOTERCERO.

 


Meditaciones tomadas del Año feliz o santificado por la meditación de sentencias y ejemplos de Santos, para todos los días del año, por el padre Juan Bautista Lasausse, traducido al español por el P. Pedro Orcajo OP en Valladolid por la imprenta de don Juan de la Cuesta en 1858.


ORACIÓN EN HONOR A LA SAGRADA FAMILIA


   Concedednos, oh Señor Jesús, imitar los ejemplos de vuestra Sagrada Familia, para que, en la hora de nuestra muerte, en compañía de vuestra gloriosa Virgen Madre y San José, merezcamos ser recibidos por Vos en los eternos tabernáculos (200 días de Indulgencia, una vez al día — León XIII, 6 de Febrero de 1893).


CONSIDERACIÓNLA HUMILDAD


   El que se humilla será ensalzado. Qui se humíliat exaltábitur. (Luc. 14, 11).





DÍA DECIMOTERCERO


   Ser grande delante de Dios por la práctica de las virtudes, y sin embargo ser pequeño y vil a sus propios ojos, ésta es la humildad que es tan agradable a Dios, y tan poco frecuente entre los hombres, dice San Bernardo.

 

   Santa Teresa, pensando en los favores particulares que recibía de Dios, toma de ellos ocasión para humillarse profundamente. Estos son como estribos de un edificio, decía, que manifiestan mi debilidad; una casa es menos sólida a proporción que tiene más necesidad de estar apuntalada.

 

   No había virtud que no se admirase en San Vicente de Paúl, aunque trataba de ocultarlas todas; sin embargo, según él, estaba tan pobre de bienes espirituales, que no merecía sino el nombre de Miserable; este es el título que él tomó. ¡Oh humildad!

 

  

ORACIÓN

 

   Dios mío, yo no merezco sino el nombre de miserable y pecador, pues que no hay en mí más que miseria y pecado. ¡Ay! ¿En cuál de mis obras no descubriréis defectos? Estoy persuadido que, en la mayor parte de ellas, si Vos no usáis conmigo de vuestra gran misericordia.


ORACIONES A LA SAGRADA FAMILIA (300 días de Indulgencia, una vez al día — León XIII, 17 de Mayo de 1890).


   Jesús, María y José, bendecidnos y concedednos la gracia de amar a la Iglesia como debemos, sobre toda otra cosa terrena, y siempre mostrar nuestro amor por las obras. Padre nuestro, Ave María y Gloria.


   Jesús, María y José, bendecidnos y concedednos la gracia de profesar abiertamente como debemos, sin temor o respeto humano, la fe que nos ha sido dada en el Bautismo. Padre nuestro, Ave María y Gloria.


   Jesús, María y José, bendecidnos y concedednos la gracia de unirnos, como debemos, en la defensa y la propagación de la Fe, cuando el deber llame, sea por la palabra o por el sacrificio de nuestras fortunas y nuestras vidas. Padre nuestro, Ave María y Gloria.


   Jesús, María y José, bendecidnos y concedednos la gracia de amarnos mutuamente, como debemos, y vivir siempre en perfecta armonía de pensamiento, voluntad y acción, bajo el gobierno y guía de nuestros pastores. Padre nuestro, Ave María y Gloria.


Jesús, María y José, bendecidnos y concedednos la gracia de conformar nuestras vidas, como debemos, a los preceptos de Dios y de la Iglesia, para vivir siempre en esa caridad que ellos exponen. Padre nuestro, Ave María y Gloria.



ORACIÓN POR LA FAMILIA CRISTIANA (200 días de Indulgencia, una vez al día — León XIII, 19 de Enero de 1889).


   Dios de bondad y de misericordia, a vuestra omnipotente protección encomendamos nuestro hogar, nuestra familia y todo lo que poseemos. Bendecidnos a todos, como bendijisteis a la Sagrada Familia en Nazaret.


   Oh Jesús, nuestro benditísimo Salvador, por el amor con el cual Os hicisteis hombre por nuestra salvación, por vuestra misericordia al morir por nosotros en la Cruz, bendecid, os suplicamos, nuestro hogar, nuestra familia y nuestra casa; preservadnos de todo mal y de las insidias de los hombres; protegednos del rayo y del granizo, del fuego, inundación y tempestad; preservadnos de la ira, del odio y los malos designios de nuestros enemigos, de la peste, el hambre y la guerra. Que ninguno de nosotros muera sin los santos Sacramentos; concedednos vuestra bendición, para que podamos confesar valientemente la fe por la cual somos santificados, que podamos preservar nuestra esperanza en el dolor y en la aflicción, y que podamos redoblar nuestro amor a Vos y nuestra caridad hacia nuestro prójimo.


   Oh Jesús, bendecidnos y protegednos.


   Oh María, Madre de gracia y de misericordia, bendecidnos, defendednos contra los espíritus malignos, conducidnos por la mano a través de este valle de lágrimas, reconciliadnos con vuestro Hijo, y encomendadnos a Él para que seamos dignos de sus promesas.


   Oh santísimo José, Padre reconocido de nuestro Salvador, guardián de Su santísima Madre y jefe de la Sagrada Familia, interceded por nosotros, y bendecid y proteged nuestra habitación en todo momento.



    San Miguel Arcángel, defendednos contra toda perversidad del infierno.


  San Gabriel Arcángel, hacednos buscar siempre la santa voluntad de Dios.


   San Rafael Arcángel, preservadnos de enfermedades y de todo peligro de muerte.


  Oh Santos Ángeles, guardianes nuestros, guardadnos día y noche en el camino de salvación.


  Oh Santos bienaventurados, patronos nuestros, rogad por nosotros ante el trono de Dios.



   Bendecid nuestra casa, oh Dios Padre, que nos habéis creado; oh Dios Hijo, que habéis sufrido por nosotros en la Cruz; oh Dios Espíritu Santo, que nos habéis santificado en el bautismo. Que Dios en sus tres divinas personas preserve nuestros cuerpos, purifique nuestras almas, guíe nuestros corazones y nos conduzca a la vida eterna.


   Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Amén.



JACULATORIA A JESÚS, MARÍA Y JOSÉ


   Jesús, María, y José, os doy mi corazón y mi alma;


   Jesús, María, y José, asistidme en mi última agonía;


   Jesús, María, y José, que pueda exhalar mi alma en paz con vosotros. (Indulgencia de 300 días cada vez — Pío VII, 26 de Agosto de 1814).


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