—La vigilia de san Pedro
y san Pablo, apóstoles.
—San Leon II, papa, en
Roma.
—San Irineo, obispo y
mártir, en Lyon de Francia; el cual, como escribe san Jerónimo, fue
discípulo de san Policarpo, obispo de Esmirna, y casi contemporáneo de los
Apóstoles: combatió enérgicamente a los herejes de su tiempo con su palabra y
sus escritos; y en la persecución de Severo recibió la corona de un glorioso
martirio, juntamente con casi todo el pueblo de su ciudad.
—Los santos mártires Plutarco, Sereno, Heraclidas, catecúmeno, Eron, neófito, otro Sereno, Raída, catecúmena, Potamiena, y Marcela, su madre, en Alejandría, en la misma persecución de Severo; entre los cuales se señaló la virgen Potamiena, padeciendo indecibles e innumerables tormentos en defensa de su virginidad, y después otros no menos crueles e inauditos por defender la fe, hasta que la quemaron junto con su madre.
(Santa
Potamiena era esclava de condición, y debió su instrucción á Orígenes. Su
propio dueño fue el que, concibiendo violentos deseos de abusar de su pureza, y
no pudiendo conseguirlo a pesar de sus artificios, amenazas y promesas, la
entregó él mismo al prefecto, que la condenó al martirio).
—San Papio, mártir, en
el mismo día; el cual en la persecución de Diocleciano fue azotado y echado en
una caldera de aceite y grasa hirviendo, y después de haber sufrido otros
horribles tormentos, consiguió la corona del martirio muriendo degollado.
—San Benigno, obispo y
mártir, en Utrecht.
—San Paulo I, papa y
confesor, en Roma. (Era natural de Roma, y habiendo
abrazado el estado eclesiástico, por sus virtudes mereció ser elevado a la silla
de san Pedro: fue sucesor del papa Esteban II en el año 757. El rey Pipino le dio
auxilios para rechazar las vejaciones de Didíer, rey de los lombardos, y de
otros enemigos no menos formidables. Paulo I murió santamente en el año 767 después
de haber gobernado con admirable santidad la Iglesia universal, e inmortalizado
su memoria con las fundaciones de varios establecimientos de beneficencia,
algunas iglesias y otros monumentos de piedad).
—Y en otras partes se
hace la fiesta y la conmemoración de otros muchos santos Mártires, Confesores y
santas Vírgenes.
Alabado y glorificado sea
Dios eternamente.
AÑO CRISTIANO
POR EL P. J. CROISSET, de la Compañía
de Jesús. (1864).
Traducido del francés. Por el P. J. F.
de ISLA, de la misma Compañía.
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