domingo, 12 de mayo de 2019

NOVENA COMPLETA A NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO DE FÁTIMA.






—Comenzamos nuestra novena: día 4 de mayo.
—Terminamos el 12 de mayo.

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS.

“No se aparte María de tu boca,
No se aparte de tu corazón; y para
Conseguir la ayuda de su intercesión,
No te desvíes de los ejemplos de su
Virtud. Si la sigues, no te extravías;
Si la ruegas, no desesperas; si en
Ella piensas, no te pierdas. Si Ella
Te tiene de su mano, no caes; Si Ella
Te protege, nada temas; si Ella te
Guía, no te fatigas; si Ella te
Ampara, llegas al puerto…”

(San Bernardo).



Por la señal…+
Acto de contrición…


ORACIÓN PREPARATORIA
(Para todos los días)


     Santa maría, Reina de los cielos, Madre de Nuestro Señor Jesucristo y de la Iglesia, mírame a tus pies humildemente postrado, contemplándote como arco iris de paz, de bondad y de misericordia. Acudo a suplicarte protección, porque sé que nadie se libra de males, ni consigue salvación, ni logra gracia alguna, a no ser por tu poderosa intercesión.

     Concédeme, oh Madre de piedad, aquellas interiores disposiciones que inculcaste a los tres niños pastorcitos por medio del Ángel de la Paz. Unido a ellos, quiero hacerte esta novena para obtener la solución favorable en los conflictos que me afligen (o para darte las más rendidas gracias por los beneficios alcanzados).

     Por eso quiero también con ellos y con el Ángel repetir fervorosamente:

     “Oh Dios mío, creo, adoro, espero y os amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman”.

     “Santísima Trinidad, Padre e Hijo y Espíritu Santo, yo os ofrezco, con adoración profunda, el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los sagrarios de la tierra, en reparación de los ultrajes que se os infieren”.

     “Por los méritos infinitos de tu Sagrado Corazón y por la intercesión del Corazón Inmaculado de María, os pido la conversión de los pecadores”, y las gracias que solicito en esta novena. Así sea.





DÍA PRIMERO


LA SANTÍSIMA VIRGEN PIDE VIDA DE FE


CONSIDERACIÓN. —Las palabras de la presente Oración preparatoria incluyen las que el Ángel de Fátima enseño a los tres pastorcitos por orden de la Santísima Virgen, con el fin de disponerlos para la gran misión que les iba a confiar.

     Esas palabras piden y exigen la adhesión íntima a las verdades fundamentales de nuestra fe católica, como Jesús, durante su vida mortal, condicionaba las curaciones de las almas y de los cuerpos a la fe y confianza que depositaban en Él los pacientes, los enfermos y los desorientados en sus ideas y costumbres.

     El varón santo y justo vive de la fe, afirma el sagrado texto. Obra, se nutre interiormente de los motivos sobrenaturales. Así afronta cuantos obstáculos se le presentan en la vida.

     Resulta evidente que, abandonada la santa fe, rechazada la voluntad de Dios, que determina el bien y el mal, ya casi nada valen las leyes, nada vale la autoridad pública; además suprimidas por estas falaces doctrinas la esperanza y anhelo de los bienes inmortales, es natural que los hombres espontáneamente apetezcan de modo inmoderado y con avidez las cosas terrenas, deseen con ansia vehemente las cosas ajenas. Así nacen entre los ciudadanos los odios, las envidias, las discordias y las rivalidades; así se originan los desórdenes de la vida privada y pública; así, finalmente, se deforman las costumbres con los malos espectáculos, con los libros, con los diarios y hasta con los crímenes.

     Ese don sobrenatural de la fe lo recibimos los cristianos en el santo Bautismo. La fe debe ser viva, esto es, acompañadas de buenas obras, y firme, excluyendo el error, la duda, las supercherías, los fraudes espiritistas, etc.

     La fe se convierte en la virtud de la esperanza, cuando creemos firmemente en los soberanos bienes que Dios tiene preparados en la gloria para aquellos que perseveran luchando hasta el fin.

   La fe verdadera nos conduce al amor de Dios, y nos da aquella disposición decidida de querer antes perder todas las cosas terrenales que ofenderle; nos impele a la caridad con el prójimo haciéndonos realizar sacrificios heroicos; nos hace ver con ellos auténticos hermanos.

     ¿Crees firmemente los artículos de la fe tal cual se contienen en el Credo? Sólo así agradarás a Dios y a la Santísima Virgen, y te dispondrás para recibir las gracias y milagros que anhelan alcanzar en esta novena.

     ¿Das culto público a Dios, por ejemplo, oyendo Misa todos los domingos y fiestas de guardar, participando en ella comulgando?

     Ofrécete a menudo a Dios diciéndole: “Toma, Señor, y recibe toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad; cuanto tengo y poseo. Todo me lo diste, Señor, y a Ti te lo devuelvo todo; dispón como te plazca. A mí dame tu amor y gracia que eso me basta.”


MEDITA. —La Santísima Virgen nos exhorta a creer en el poder de intercesión de su Inmaculado Corazón; pídele fervorosamente el don de la fe.


EJEMPLOS

LAS PALOMAS. —La paloma, ave que se distingue por su apacibilidad y blancura, es símbolo del Espíritu Santo. Al alma pura se la compara con la paloma. La Santísima Virgen es el alma más inmaculada. La paloma llevó al arca de Noé una ramita de olivo, símbolo de la paz, reconciliación y alegría. La paloma es muy fiel mensajera.

     La paloma se relaciona con las apariciones de la Virgen en Cova de Iría. Ella aparece en esta época de odios, guerras y goces desenfrenados para brindarnos la paz.

     Nuestra Madre Celestial, en su triunfal paseo desde Cova de Iría a Lisboa, allá en Portugal, recorre 180 km. Pasa por Bombarral, pueblo que es foco de perversas ideas. La hija de un médico suelta allí cinco palomas blancas. Tres van a posarse en las plantas de la Virgen a la vista de 10.000 personas. Acompañan quietecitas la imagen de la Virgen, sin comer, ni beber, durante tres días y tres noches. Al llegar a Lisboa no se dejan aturdir ni espantar por los fulgores de las velas, por los ruidos de la multitud, ni por los cantos sagrados y bandas de música. Se suceden torrenciales lluvias y las palomitas permanecen empapadas, pegadas a la imagen milagrosa. Las tapan con ramos de flores y salen airosas ante el público. Al hablar su Eminencia el Cardenal Patriarca de Lisboa se vuelven hacia él hasta tanto que terminó su discurso.

   Una vez en el templo, una palomita se posa sobre el trono del Patriarca, otra sobre el comulgatorio, y la tercera sobre la imagen de Nuestra Señora de Fátima. Hechos semejantes se fueron repitiendo en otros templos, pueblos y ciudades.
     En el año 1948 fue llevada esta milagrosa imagen a España e idénticos episodios realizan las palomitas. España tributó a Nuestra Señora de Fátima el más espléndido homenaje que se puede imaginar.

     Estas palomitas nos dan a todos delicados ejemplos de perseverancia al lado de la Reina de cielos y tierra. Nos hablan de penitencia, de paciencia, mansedumbre y paz, que tanto precisan individuos, sociedades y naciones. Aprendamos estas lecciones.

     “…La imagen de Nuestra Señora de Fátima estuvo en Nazaret, y aquí se repitió el prodigio de las palomas”.

     Hubo varias conversiones; citaré tan solo un caso:

     Erase un profesor de escuela del Gobierno, que hablaba frecuentemente contra Dios y Nuestra Señora a sus alumnos. Al día siguiente de la llegada de la estatua a Nazaret, confesó públicamente, delante de todos los alumnos, “que creía en Dios y en su Madre Santísima.”




—REZAR EL MISTERIO QUE CORRESPONDA A ESTE DÍA.


ORACIÓN FINAL
(Para todos los días)


     Oh dulcísima Reina del mundo, Madre de Dios y nuestra, que, al aparecerte con rostro dolorido a los tres niños pastorcitos, nos has pedido la fiel observancia de los mandamientos divinos, el rezo cotidiano del Rosario, la reparación y la consagración a tu Inmaculado Corazón, a fin de conseguir la ansiada paz mundial; impulsado por el filial anhelo de complacerte, acudo a prometerte la real correspondencia a tus deseos y a implorar que protejas al Papa, a los obispos, a los sacerdotes, a los religiosos y demás fieles cristianos. Orienta, bondadosa Reina de la paz, a los gobernantes; convierte a los pecadores y paganos; consuela a los afligidos y perseguidos. Cura, oh Virgen de las fuentes milagrosas, a los enfermos; asiste a los agonizantes y alivia a las almas del Purgatorio. Te ruego, en fin, oh Blanca y Peregrina Señora del Rosario, por todas mis necesidades… (Pida cada uno la gracia que desea alcanzar).

     Yo, confiado en tu omnipotencia suplicante, me abandono en tus amorosos brazos. Recíbeme, como hijo, en tu maternal regazo. Y no me desampares en la vida ni en la muerte.
     Así sea.

       —NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA, REINA DE LA PAZ,
         RUEGA POR NOSOTROS.

     —NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA, REINA DEL ROSARIO,
        RUEGA POR NOSOTROS.

  —NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA, SALUD DE LOS ENFERMOS,
     RUEGA POR NOSOTROS.

—NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA, CONSUELO DE LOS DESAMPARADOS, RUEGA POR NOSOTROS.


¡OH DULCE CORAZÓN DE MARÍA, SED LA SALVACIÓN DEL ALMA MÍA!






DÍA SEGUNDO


LA SANTÍSIMA VIRGEN PIDE VIDA EUCARÍSTICA 

CONSIDERACIÓN. — Después de recordar a  los pastorcillos el dogma fundamental de nuestra fe: el de la Santísima Trinidad, que la Santa Madre Iglesia, como divina maestra, quiere que se tenga presente al hacer la señal de la cruz al levantarse, al acostarse y siempre que se haga una buena obra, Nuestra Señora de Fátima graba en la mente y en el corazón de los niños la realidad de la presencia de Jesucristo  en los sagrarios de los templos católicos, donde está intercediendo ante el Eterno Padre y donde ansiosamente espera le visitemos muy a menudo… de continuo.

     ¿Vives esa doctrina de la Iglesia Católica? ¿Te aprovechas de cuantas oportunidades se te presentan para visitar, consultar, acompañar y pedir a Jesús, que te llama y aguarda con los brazos abiertos, para solventar cuantos conflictos te ocurran? ¿Comulgas con frecuencia? ¿Menudeas tus comuniones espirituales?

     Las almas fervorosas suspiran de continuo por esa unión de deseo, diciéndole así: “CREO JESÚS MÍO QUE ESTÁS REAL Y VERDADERAMENTE EN EL CIELO Y EN EL SANTÍSIMO SACRAMENTO DEL ALTAR. TE AMO SOBRE TODAS LAS COSAS, Y DESEO VIVAMENTE RECIBIRTE DENTRO DE MI ALMA; PERO NO PUDIENDO HACERLO AHORA SACRAMENTALMENTE, VEN A LO MENOS ESPIRITUALMENTE A MI CORAZÓN; Y, COMO SI YA HUBIESE VENIDO, TE ABRAZO Y ME UNO TODO A TI. NO PERMITAS, SEÑOR MÍO, QUE JAMÁS ME APARTE DE TI.”

     El amor divino nos ha sacado de la nada; nos conserva con un milagro continuado; nos ha librado de la esclavitud de Satanás; se ha inmolado por nosotros en el calvario, y sigue inmolándose todos los días en nuestros altares. Ese amor ha lavado las llagas de nuestra alma, nos ha alimentado con la Sagrada Eucaristía, y nos tiene preparado un premio de gloria inmortal en el cielo.

     Recuerda cómo el Ángel de Fátima enseña a los tres niños a postrarse delante del cuerpo y la Sangre de Jesucristo, horriblemente ultrajado por los hombres ingratos. Consolad a vuestro Dios. El niño pastorcito, el vidente Francisco tenía extraordinaria devoción a Jesús en la Eucaristía y le llamaba su JESÚS ESCONDIDO. Le visitaba con frecuencia.


     ¿Has recibido los sacramentos con las debidas disposiciones: bautismo, confirmación, Eucaristía…Matrimonio?


MEDITA. —  Y pide fervorosamente a la Virgen esa vida eucarística.



EJEMPLO

     Tengamos presente que no todos los enfermos que acuden a Fátima recuperan la salud. Pero todos regresan a su hogar espiritualmente regenerados. La estadística muestra que en 20 años sanaron milagrosamente en Cova de Iría, 800 enfermos. Los había tuberculosos, ciegos, sordos, paralíticos, cancerosos, con meningitis aguda y úlceras horripilantes, etc. Estos milagros se obtienen por la poderosa intercesión de la Santísima Virgen de Fátima, no solo en el lugar de las apariciones, sino en cualquier lugar que se le invoque con fe y perseverancia.
Alejandrina Martins, natural de Buvina, padecía dislocación del riñón izquierdo que la imposibilitaba para todo trabajo pesado. Los médicos exigían la operación como remedio. Ella se resistió. Hace la novena a Nuestra Señora de Fátima prometiendo publicar la gracia conseguida. El último día de la novena se siente radicalmente curada. La examinó el doctor Raúl Monteiro, quien declaró se halla perfectamente curada. Había sido un auténtico milagro reconocido por todos.

—REZAR EL MISTERIO QUE CORRESPONDA A ESTE DÍA Y HACER LA ORACIÓN FINAL.




DÍA TERCERO.


LA SANTÍSIMA VIRGEN PIDE LA DEVOCIÓN
AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
Y AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA


CONSIDERACIÓN. —El Ángel había dicho a los pastorcitos que “los Corazones de Jesús y María tenían sobre ellos designios de misericordia… que estaban atentos a la voz de sus suplica”.

     Del texto que sirve de Oración preparatoria se desprende que, mediante la práctica de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María, logramos obtener la conversión de los pecadores, puesto que es a los méritos infinitos del primero y a la poderosa intercesión del segundo que se atribuye la conquista espiritual. Luego, cuanto la Iglesia Católica aprobó referente a esas devociones, es verdad, es cierto. La enseñanza del Ángel de Fátima a los niños, lo confirma.

     ¿Conoces y vives la devoción al Sagrado Corazón copiando el sentido de vida de amor, de adoración y de reparación que de ella se desprende? Dile sinceramente: “¡Oh Corazón sacratísimo!, te entrego y consagro todo mi ser, mi corazón, mi memoria, mi entendimiento y mi voluntad, para que todo lo que yo haga y sufra sea por tu amor y redunde en honra tuya; para que te amé sobre todo lo que vea y oiga; para que todas mis palabras sean otros tantos actos de adoración, de amor y alabanza hacia tu divina Majestad, todos los movimientos de mis labios otros tantos actos de arrepentimiento por los pecados que he cometido y el bien que he omitido. ¡Oh amado Corazón!, pueda yo atraerte a mí en todas mis respiraciones y ofrecerte al Eterno Padre cada vez que vuelva a exhalarlas, en reconocimiento por todos sus beneficios.”

     Su Corazón es todo ternura y caridad y diríase que no hallase placer más grande que perdonar a los pobres pecadores y reconciliarlos con su Eterno Padre. Perdona a Zaqueo, a quien brinda el honor de visitarlo en su propia casa; perdona a Magdalena, pública pecadora, que durante un banquete, va a echársele a los pies, regándolos con un torrente de lágrimas; perdona a la Samaritana, descubriéndole sus faltas; perdona a Pedro, que cobardemente le ha negado dirigiéndole una mirada de compasión; perdona desde lo alto de la cruz a sus propios verdugos, disculpándolos delante de su Eterno Padre como irresponsables del crimen que estaban perpetuando; perdona al buen ladrón y le hace aquella consoladora promesa: “Hoy mismo estarás conmigo en el paraíso”.

     La Santísima Virgen se presentó en Fátima con su Corazón rodeado de espinas. ¿Procuras desagraviarle por las injurias que se le infieren? Tienes que vivir la consagración al Inmaculado Corazón de María para llegar a vivir la del Sagrado Corazón de Jesús. Expresa así tus sentimientos de reparación:

   “Oh Inmaculado Corazón de María, traspasado de dolor por las injurias conque los pecadores te ultrajan, postrado en tu presencia, arrepentido y lloroso, deseo y quiero reparar cuantos agravios te infieren los hombres. Prometo serte fiel, propagar tu culto y tus glorias. Haz que crezca más y más en tu santo amor, hasta contemplarte radiante de gloria en el cielo”.

     De la Virgen de Fátima son estas palabras: “Para salvar a los pecadores, quiere el Señor establecer en el mundo la devoción a mi Corazón Inmaculado, y la Comunión reparadora de los primeros sábados de mes.” Su Inmaculado Corazón será el refugio y el camino seguro que conducirá a Dios.

     ¿Tratas de complacer los anhelos de la Madre de Dios? No te desanimes. No te abandonará nunca.


MEDITA. — Pide la gracia de comprender y practicar esas devociones.



EJEMPLO

        En Itagi, Estado de Bahía (Brasil). — Cuando Nuestra Señora Peregrina llegó allá, después de una tarde de lluvia torrencial, encontramos a todo el pueblo arrodillado sobre el lodo, con los brazos en cruz y cantando la Salve.

     Después de la procesión hacia la iglesia, se siguió una Hora Santa, Misa a medianoche y una vigilia antes de la partida de Nuestra Señora, por la mañana. A la salida el Vicario preguntó si alguien deseaba ofrecer alguna cosa a su Madre del cielo. Y entonces un grupo de 25 casados avanzó en fila hacia el altar de la Imagen Peregrina y, entre lágrimas, todos depositaron a sus pies las alianzas que traían en los dedos.

     ¡Cuán consolador es ver a estos pobrecitos dar a la Madre de Dios todo cuanto tienen!

—REZAR EL MISTERIO QUE CORRESPONDA A ESTE DÍA Y HACER LA ORACIÓN FINAL.





DÍA CUARTO.

LA SANTÍSIMA VIRGEN PIDE VIDA DE ORACIÓN

CONSIDERACIÓN. — Los hombres se imaginan obtenerlo todo del progreso de las ciencias; de los adelantos, de las habilidades humanas; desprecian los recursos sobrenaturales, aun cuando se agotan las luces de la razón. La Santísima Virgen pide en Fátima vida de oración, enseñanza que resulta ser un eco del santo Evangelio, donde Jesús repite: “Velad y orad; llamad y se os abrirá; orad sin cesar; pedid y recibiréis; cualquier cosa que pidáis en mi nombre a mi Padre, se os concederá”.

     Ya les había encargado por mediación del Ángel: “Rogad, rogad mucho”. En la quinta aparición insiste la Santísima Virgen en idéntica recomendación: “Orad, orad mucho. Mirad que son muchas, muchas las almas que se pierden porque no hay… quien ruegue por ellas”.

     Conocido es el dicho de un gran teólogo: “Quien ora, se salva; quien no ora, se condena”. Los santos así lo entendieron.

     La oración salva las almas; les abre los manantiales de la divina misericordia, y les proporciona los méritos de la Sangre del Redentor. El que ora coopera en la gran obra de la salvación de las almas. La oración hecha en nombre de Jesús, es todopoderosa. Y más, si se la presentamos por medio de Nuestra Madre Celestial. No dejemos de rezar por todos los pecadores; en particular, por los que están relacionados con nosotros por los vinculados de la familia, de la amistad y de la fe. La oración transforma al hombre, infunde bríos al corazón, ilumina la inteligencia, sujeta las pasiones y desvanece las ilusiones. Hay que perseverar en ella.

   En Fátima, no sólo se nos recomienda la oración vocal, sino que también se pide la meditación de los misterios de la vida, pasión y muerte de Jesús, y de los dolores y gozos de la Virgen, durante un cuarto de hora.

     Los tres pastorcitos corrigieron su natural ligereza infantil entregándose seriamente a la oración vocal y mental.

     Repetían con frecuencia el ofrecimiento que en las revelaciones se les señaló:

     “¡Oh Jesús!... (Obro, sufro, callo) por vuestro amor, por la conversión de los pecadores y en reparación de las injurias hechas al Inmaculado Corazón de María.”

     “¡Oh Jesús… Por vuestro amor, por la conversión de los pecadores, por el Padre Santo y en reparación de los pecados cometidos contra el Inmaculado Corazón de María”.

     ¿Sabes tú las principales oraciones de la Iglesia Católica?... Toma un Catecismo, y apréndelas con cariño.

     En tu vida cotidiana, ¿qué importancia das a la meditación y oración? ¿Tienes manual de meditaciones?

MEDITA. — Pídele a la Virgen esa vida de oración y meditación.



EJEMPLO

        La esposa de un minero de la Hullera Vasco-Leonesa, Santa Lucía (León, España), fue curada de un cáncer de intestino por Nuestra Señora de Fátima. Llevaba tres años y medio en la cama, había recibido ya los últimos sacramentos y era un puro esqueleto. No tomaba más que agua de Mondariz los últimos días.
Cuando llegó la imagen de Nuestra Señora de Fátima al pueblo, hizo que la llevarán a la Iglesia contra el parecer del médico y de su marido, que temían se les muriese en el camino. Comulgó quedó curada inmediatamente. Llegó a casa y comió un plato de papas. Al día siguiente lavó la ropa de su marido e hijos, mineros. A los siete días estaba como una mujer completamente sana. 

—REZAR EL MISTERIO QUE CORRESPONDA A ESTE DÍA Y HACER LA ORACIÓN FINAL. 



DÍA QUINTO

LA VIRGEN MARÍA PIDE VIDA DE PENITENCIA

CONSIDERACIÓN. —En consecuencia, con el Antiguo y Nuevo Testamento, así como con la hagiografía cristiana, la Santísima Virgen pide en Fátima penitencia para estos tiempos de placeres y de libertades excesivas. La vida de Jesús fue cruz y martirio, y tema de su predilección aquella advertencia: “Si no haces penitencia, todos por igual pereceréis”. La vida de la Virgen está entreverada de gozos y dolores, de aquella misteriosa espada que atravesara su Corazón. De ahí que aparezca en la Salette lamentando la violación de las leyes del ayuno y abstinencia, y en Lourdes, haciendo comer yerbín amargo a Bernardita y reclamando la necesidad de la penitencia.

     Los tres niños videntes de Fátima comprendieron enseguida la necesidad de la vida mortificada, al contemplar el rostro dolorido de la Señora que se les aparecía.

     Cumplirán ante todo sus obligaciones, con su deber. Guardarán el secreto que la Virgen les confiara. Dirán siempre la verdad. Se resignarán en las persecuciones y enfermedades. Darán sus meriendas a los pobres, hasta a las ovejas. Comerán bellotas amargas. Sujetarán su cuerpo con una soga como cilicio. Todo para reparar propios y ajenos pecados.

     Dos puertas tienen el paraíso: la inocencia y la penitencia. Habiendo perdido la mayoría de los hombres la primera, no le queda otra solución que emprender la senda de la expiación y de la mortificación, considerada por los santos como termómetro de la perfección.

     El jardín debe estar amurallado; el campo, encerrado por alambres de púas; el lirio, circundado de espinas; el cofre, asegurado con doble llave; y el redil, vigilado por fieles pastores.

     ¡Cuánto más precisan ser custodiados los imponderables tesoros de la gracia, de que son portadoras nuestras almas, y que llevamos en los frágiles y quebradizos vasos de barro, que son nuestros cuerpos, siempre expuestos a los peligros, a las debilidades, a las miserias y a las cobardías!

     Nuestras fatigas, mortificaciones y trabajos, por pequeños que sean, si los soportamos bien, se convertirán en flores y piedras preciosas, que adornarán nuestras cabezas en la vida eterna.

     ¿Has comenzado tú por cumplir con todos los mandamientos de la Ley de Dios, con los preceptos de la Iglesia Católica? ¿Haces las obras de misericordia, espirituales y corporales? ¿Añades algo más de supererogación?...

MEDITA. — Pide esa vida penitente.





EJEMPLO


        Rufina Manzanares Zarco, niña de 12 años, natural de Madrid, calle Sagasta n° 22, hacía dos años sufría ataques epilépticos que duraban hasta cinco horas. Padecía además enfermedades desconocidas. Tenía días con 14 ataques. Se le retorcían brazos y piernas. Entre varios hombres no la podían sujetar. El 30 de mayo de 1949, en la plaza de la Armería de Madrid, se honraba a Nuestra Señora de Fátima. Allí piden madre e hija la curación. La Virgen Blanca y Peregrina les hizo la gracia. Nunca más fue atormentada Rufina por las frenéticas convulsiones, que le hacían perder el conocimiento. La fe ardiente en el poder de la oración, hecha con alma limpia y arrepentida, llega al trono de Dios, y más, cuando se pone por intercesora a Nuestra Señora de Fátima.

—REZAR EL MISTERIO QUE CORRESPONDA A ESTE DÍA Y HACER LA ORACIÓN FINAL. 



DÍA SEXTO.

LA SANTÍSIMA VIRGEN PIDE EL REZO
DEL SANTO ROSARIO


CONSIDERACIÓN. —Esta devoción fue introducida en las prácticas cristianas por la Santísima Virgen, comunicándosela a Santo Domingo de Guzmán como arma para desbaratar y vencer a los herejes.

     La Iglesia se propone, con la difusión del rezo del Santo Rosario, restaurar el espíritu de oración.

     El hombre moderno no ora, porque ignora la importancia de la plegaria, verdadera respiración del alma. Piensa que el mundo logrará sus mejoras con discursos, diarios y revistas. Abundan los suicidios, los desesperados, los tristes y encadenados por los vicios, porque no se levanta el corazón a Dios, el único que puede curar todas las calamidades.

     Con el rezo del Rosario adquirimos el hábito de la oración. Y como debemos orar en Cristo y por Cristo, en el Rosario se entreveran la Encarnación, Vida, Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo, a fin de atraer las miradas misericordiosas del Padre Eterno, y nos envíe su Espíritu para sanar la sociedad y enfervorizar la vida cristiana.

     La práctica del Rosario aúna los corazones, los hogares y los pueblos.

     Los Sumos Pontífices la aconsejaron y encomiaron (alabaron) repetidas veces. De San Pío X son estas palabras: “La oración del Rosario es la más bella de todas, la más rica en gracias y aquella que toca más el Corazón de la Madre de Dios. Si queréis que reine la paz en vuestros hogares, rezad el Rosario en común.”

     En Lourdes se había aparecido a Bernardita repasando entre sus dedos las cuentas del Rosario.

     A San Antonio María Claret, llamado el segundo Santo Domingo, le dijo: “Predica mi Rosario, porque en él está la salvación de las naciones.”

     La Santísima Virgen prometió que: “Todo el que recitase devotamente el santo Rosario con la consideración de los sagrados misterios no será oprimido por la desgracia, no será castigado por la justicia de Dios, no morirá de muerte imprevista, sino que se convertirá si es pecador, se conservará en gracia y se hará digno de la vida eterna.”

     Pero nunca como en Fátima recomendó la Virgen Santísima el santo Rosario tantas veces y con santa insistencia. Lo hace en las seis apariciones.

     Quiere que todos recen el Rosario diariamente. Del vidente Francisco dice que antes de ir al cielo tendrá que rezar muchos Rosarios. Encareció a los tres pastorcitos que rezaran el Rosario, para lograr el fin de la guerra de 1914. Se proclama la VIRGEN DEL ROSARIO.

     Al recorrer su imagen el orbe, enciende en las almas esta devoción como cruzada de salvación. Un misionero había comprobado que, rezando el Rosario, jóvenes en peligro de muerte, a causa de grandes accidentes, se habían salvado milagrosamente. Una madre, en gravísimo estado durante un parto, se salvó con su niño; hombres alcoholizados habían vencido el vicio; vidas disolutas habían encontrado el camino del Espíritu; almas alejadas habían vuelto al regazo de la fe; familias sin hijos habían alcanzado la bendición de la fecundidad; muchos soldados se habían salvado en el fragor de la batalla. Muchas angustias espirituales habían sido vencidas, y muchos paganos habían alcanzado el puerto de la conversión.

     Y tú, ¿ya te has comprometido a rezarlo todos los días? ¿Sabes rezarlo? ¿Has introducido la costumbre en tu casa?...


MEDITA. — Pide a la Virgen comprender y practicar la devoción del Rosario.




EJEMPLOS

        Don Cándido Bacelar, médico de Cervaes, Villa Verde, después de una intervención quirúrgica, quedó casi totalmente paralítico de los miembros inferiores. El 13 de octubre último, empeoró notablemente. “Ese mismo día — escribe — gran parte de mi familia pedía en el Santuario de Fátima mi curación. Allí se encontraba mi nietecita, que recientemente se había curado por intercesión de la Virgen, de una enfermedad pulmonar. Beso ese día a la Virgen, pidiendo la curación de su abuelito médico. Lo cierto que del día 13 al 14 comencé a andar y desde entonces mejoro incesantemente, por lo que hago público mi agradecimiento.”

     —“Un padre de familia numerosa, hacía más de cuarenta años que no ponía los pies en la Iglesia. Cuando pasó Nuestra Señora de Fátima, hallábase enfermo y renegaba de Dios por su enfermedad. Manifestó el deseo de ver la imagen. Allá se la llevamos a su casa. El beso conmovido, y al día siguiente se confesó y recibió la Sagrada Comunión, que en todo aquel tiempo nunca había recibido. Continúa enfermo, es cierto, y los médicos ya le desengañaron, pero se muestra resignado y acepta los sufrimientos con mucha paciencia.” No recibió este hombre la cura del cuerpo, pero si la del alma.


—REZAR EL MISTERIO QUE CORRESPONDA A ESTE DÍA Y HACER LA ORACIÓN FINAL.



DÍA SÉPTIMO.

LA VIRGEN MARÍA PIDE VIDA DE APOSTOLADO


CONSIDERACIÓN. — La práctica del apostolado pertenece a la esencia del cristianismo. Jesús, por salvar a los hombres, baja del cielo a la tierra, nace en destartalado portal, vive en pobre taller y recorre humildemente aldeas, villas y ciudades, predicando el Reino de Dios. Consuela a las almas, cura a los enfermos y resucita a los muertos. Por la humanidad entera sufre toda clase de ignominias, y muere en la cruz perdonando a todos sus enemigos…

     A los Apóstoles les encarga que vayan por todas las naciones y que hagan otro tanto.

     La Madre de Jesús y nuestra, participó de ese mismo espíritu evangélico. Las distintas apariciones a través de veinte siglos, lo confirman.

     Pero en Fátima aparece como la MISIONERA por excelencia, que insiste y habla con más claridad, al pedir sacrificios para reparar tantos pecados con que se ofenden a su Divina Majestad, y para conseguir la conversión de los pecadores. Y así suplica que “que se ore por los que no oran”, que “se hagan penitencia por aquellos que no lo hacen”. Ruega que se ore por el Papa, los sacerdotes, los religiosos y los gobiernos.

     Pide la delicadeza en el trato con el prójimo, disculpar defectos, olvidar agravios, saludar a todos con la sonrisa y ejercer la servicialidad.

     Ello exige sacrificios de dinero, tiempo y salud. Hay que hacerlos.

     No te olvides en tus plegarias de rogar por las misiones. Piensa con frecuencia en los abnegados misioneros, que, abandonando su patria y sus seres queridos, únicamente por amor a Jesús y a las almas, se han lanzado a la conquista de los infieles, para conducirlos al redil de Cristo.

     La Virgen también quiere que la Confesión y la Comunión reparadora de los primeros sábados de mes tengan ese sentido de conquista espiritual:

     “Vendré a pedir la consagración de Rusia a mi Corazón Inmaculado y la Comunión reparadora de los primeros sábados. Si mis peticiones son atendidas, Rusia se convertirá y habrá paz; de lo contrario, ésta propagará sus errores por todo el mundo, promoviendo guerras y persecuciones contra la Iglesia; muchas personas buenas serán martirizadas, el Padre Santo sufrirá mucho, y muchas naciones serán aniquiladas. Por fin, mi Inmaculado Corazón triunfará. El Padre Santo consagrará Rusia a mi Inmaculado Corazón; Rusia se convertirá y habrá en el mundo un período de paz.”

MEDITA. — Pide el llevar vida de celo, de servicialidad y de apostolado.





EJEMPLO


        Sor Mercedes, religiosa escolapia de Carabanchel Alto. Era el 30 de mayo de 1949. En la plaza de la Armería de Madrid se realizaban los homenajes a la Virgen Blanca y Peregrina de Fátima. La mencionada religiosa hacia 10 años que estaba paralítica. Ruega que la lleven ante la Virgen de Fátima. Se sintió allí tan mal que suplica le administren la Santa Unción. Minutos después comienza derramar sangre. Inconscientemente empieza a moverse. Se incorpora. Se acerca al altar para dar gracias. Acaricia y besa las palomas. Todo lo hizo descalza y envuelta en una manta. Pesaba 30 kilos. En el curso de la enfermedad por tres veces había recibido la Santa Unción. Los males y achaques no volvieron a producírseles. La fe y confianza de la buena religiosa obtuvieron del poder de la Virgen el milagro.

—REZAR EL MISTERIO QUE CORRESPONDA A ESTE DÍA Y HACER LA ORACIÓN FINAL.




DÍA OCTAVO.

LA SANTÍSIMA VIRGEN PIDE QUE SE VIVAN Y CUMPLAN LAS PROMESAS DEL BAUTISMO


CONSIDERACIÓN. — El demonio es el enemigo de Dios. Como nada puede contra El, trata de atacar continuamente al hombre, que es imagen de Dios, impulsándolo a toda clase de pecados. El pecado es el mayor mal del mundo. La Virgen afirmó en la última aparición de Fátima que había venido para exhortar a los fieles a cambiar de vida, a no afligir con el pecado a Nuestro Señor, que está tan ofendido. Por eso, nada aborrecían tanto los tres niños pastorcitos como al demonio y al pecado. Temblaban cuando oían decir a su cura párroco que “todo podía ser un engaño del demonio”.

     Tenían horror a cuanta oliera a pecado. Se deduce de las palabras de la vidente Jacinta a su madrina:

     “Ser pura de cuerpo es guardar castidad; ser pura de alma es no cometer ningún pecado.”

     “La Virgen me enseño todo esto”.

     Y continúa: “Los pecados de impureza son los que más almas precipitan al infierno. Habrá modas que ofenderán mucho a Nuestro Señor. La Iglesia no tiene modas. Jesús es siempre el mismo. Las guerras y discordias son castigos por los pecados del mundo. Si no se cambia de vida vendrá el castigo”.

     Estas exhortaciones nos explican cómo la vida de los tres pastorcitos fue una perseverante renuncia al mundo, demonio y carne.

     La santidad no se compone tan sólo de obras grandes, asombrosas, deslumbrantes, de sufrimientos de primer orden, de generosidades heroicas, sino particularmente de una cantidad de pequeños actos de amor, de pequeñas virtudes, de pequeñeces, que casi siempre pasan inadvertidas a los ojos de los hombres; pero no a los ojos de Dios, que todo lo ve, pesa y valora.

     Recuerda que en fecha memorable dijiste: “En este día solemne de mi primera Comunión renuevo la promesa del santo Bautismo. Renuncio para siempre, al mundo, al demonio y a sus engaños, y prometo servir a Jesucristo por siempre jamás. Amén”.

     ¿Se parece tu vida a las consignas dadas por la Virgen a los tres videntes? ¿Has comenzado a cumplir el Mensaje de tu Madre Celestial?...


MEDITA este pensamiento de San Alfonso María de Ligorio: “Se puede rezar y pecar; se puede comulgar y pecar; pero no se puede meditar y pecar”. Pide cumplir con las promesas del Bautismo.





EJEMPLO

        Doña Dulce Magalhaes Moreira de Sa, natural de Porto y casada con un comandante de Estado Mayor, fue atacada en 1935 por horribles dolores que la impedían levantarse de la cama. Ni sentarse podía en el lecho. Los médicos unánimemente reconocían que no había remedio humano para curarla. Sin resultado acuden a los mejores especialistas portugueses. Se sugirió llevarla a Lourdes; ella prefirió ir a Fátima. Se le opone el esposo. Al fin, cede. Cuando llegó a Cova de Iría parecía un cadáver. La examinan en la Oficina de Verificación de enfermos y afirman que no existe remedio humano. Asiste con otros enfermos a la Misa del 13 de mayo de 1939 y al recibir la bendición con el Santísimo prorrumpe a gritos: “Nuestra Señora de Fátima, Madre de Dios, me ha curado” y se levantó sana en presencia de una multitud entusiasmada.

—REZAR EL MISTERIO QUE CORRESPONDA A ESTE DÍA Y HACER LA ORACIÓN FINAL.



DÍA NOVENO

LA SANTÍSIMA VIRGEN PIDE QUE VIVAMOS DE ACUERDO CON LAS VERDADES ETERNAS


CONSIDERACIÓN. — La recomendación de la Sagrada Escritura: “Acuérdate de tus postrimerías y no pecarás”, se aviene perfectamente con las palabras de la Virgen a la vidente Jacinta: “Si los hombres supieran lo que es eternidad, harían todo lo posible para cambiar de vida”.

     La Virgen hace referencia a la muerte.

     Así dice Jacinta: “La Santísima Virgen ha venido a vernos y nos dijo que vendría pronto a buscar a Francisco para ir al cielo. A mí me preguntó si quería convertir a más pecadores. Le contesté que sí, y me anunció los sufrimientos que tendría que pasar”.

     “Vendrá pronto a buscar a Francisco. Lucía permanecerá más tiempo aquí abajo. Jesús quiere servirse de ella para hacerle conocer y amar. El Inmaculado Corazón será su refugio y el camino que la conducirá a Dios.”

     La Virgen les habla del cielo, asegurándoles que viene del cielo, que es su país, y les promete llevarlos al cielo.

     También les mostró un océano de fuego, y en él, demonios y almas en forma humana, semejantes a brasas, y rugiendo con aullidos, desesperantes.

     Jesús, durante su vida mortal, predicó muchísimas veces sobre la verdad del infierno. La Virgen de Fátima viene a confirmarlo: “Habéis visto el infierno donde van a parar las almas de los pobres pecadores.” Rogad por ellos así: “¡Oh Jesús mío, presérvanos del fuego del infierno!”

     Según Lucía, el infierno es “una fosa llena de bestias con un fuego muy grande, donde son echados aquellos que hacen pecados y que no se confiesan antes, y donde arderán siempre”.

     La vista del infierno había aterrorizado de tal manera a Jacinta, que todas las penitencias y mortificaciones eran para ella una nonada, con tal de preservar del infierno a una sola alma. Quería que la Virgen mostrase el infierno a todos los hombres, para que huyeran del pecado.

     El cielo consiste en ver a Dios y gozar de Él. El infierno consiste en la privación de la vista de Dios y en el fuego eterno.

     La muerte, el juicio, el infierno y la gloria, deben ser el objeto de nuestras continuas meditaciones. Sólo ahondando en esas verdades comprenderemos la gravedad del pecado.

     Reflexiona en estos pensamientos del poeta cristiano: 

“Yo, ¿para qué nací? Para salvarme;
Que tengo que morir es infalible;
Dejar de ver a Dios y condenarme,
Triste cosa será, pero posible.
Posible; ¿y río?, ¿y duermo?,
¿y quiero holgarme?
Posible: ¿y tengo amor a lo visible?
¿Qué hago? ¿En qué me ocupo?
¿En qué me encanto?
Loco debo ser, pues no soy santo.”

“¡Pecador, alerta!,
Que la muerte se acerca.
No te acuestes en pecado,
¡no amanezcas condenado!”


MEDITA. — Pide tener un recuerdo continuo de las postrimerías (muerte, juicio, infierno o gloria).



EJEMPLO


        La doctora Juana Rendl, de Viena (Austria), nos escribe la siguiente carta fechada en 16 de julio:

“El 13 de junio del corriente año estuve en Fátima con la peregrinación de Linz, a pesar de tener mi consultorio en Viena. Por haberme presentado al dirigente de nuestro viaje, hice algunos certificados en el hospital a nuestros enfermos. Yo misma sufría, hacía 9 años, de eczema seco en las dos manos, sin conseguir curarme.
     El 13 de junio me lavé con agua de Fátima, sin gran devoción y con poca esperanza, pues no se trataba de un caso grave. Más experimenté y observé. Después de 14 días estaba curada. Esto pudo comprobar mi marido, que también es médico, pero no cree en milagros.

     Yo tenía el eczema desde hacía 9 años, estaba desanimada, pues me estorbaba mucho en mi profesión. Tenía fases de estar irritado, que las células subcutáneas quedaban al descubierto, abriendo llagas y surcos profundos y dolorosos, hasta el punto de pasar noches sin dormir, sin hallar medicamentos que lo suavizasen. Mucho, pues tengo que agradecer a la Madre de Dios.”

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