A principios del segundo siglo vivía en Heliópolis una famosa
cortesana, llamada Eudoxia, natural de Samaría, de donde se había alejado para
entregarse con más libertad a su vida licenciosa. Era tenida por la mayor hermosura de
su tiempo, y además juntaba a sus bellas prendas corporales un entendimiento
vivo y brillante, y un genio alegre y festivo, cualidades que cautivaban los
corazones y los detenían en sus redes. Ninguna dama metió jamás tanto ruido, y
acaso ninguna hizo nunca tanto daño. Vivía Eudoxia entregada a los más
escandalosos desórdenes, cuando el Señor vino a buscar a esta oveja perdida, y
quiso descubrir a aquella segunda samaritana las saludables aguas de la gracia.
Por medio de un santo monje que estaba hospedado al
lado de su casa, conoció Eudoxia las eternas verdades, y tocada de la virtud de
Dios, renunció a sus disoluciones, recibió el bautismo, distribuyó sus riquezas
a los pobres y emprendió una nueva vida, en la cual fué modelo insigne de las
más heroicas virtudes.
Se retiró al desierto a
hacer penitencia de sus pasados extravíos, y desde entonces ya no fue más que
una prolongada serie de oración y de rigores la vida de esta heroína. Pero el infierno, que se avergonzaba
de la derrota sufrida, emprendió todo género de ataques contra la santa, y la
combatió con toda especie de halagos. Sin embargo, la Providencia prevenía
aquellas virtudes con abundancia de preservativos, y de todos los combates
salió victoriosa la fe de Eudoxia. Su permanencia en el desierto fué además
señalada con una porción de milagros, obrados en favor de los que se acercaban a
ella y se encomendaban a sus oraciones. En tiempo del emperador Trajano,
habiéndose levantado una general persecución contra los cristianos, fué en ella
Eudoxia víctima sacrificada a la gloria de Jesucristo. Temiendo
el prefecto que si perseguí a la santa abiertamente tal vez concitaría contra
sí mismo la ira popular, la mandó degollar en secreto el día 1. ° de marzo del
año 114.
LA LEYENDA DE ORO. (1896).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario