¡Oh, Patriarca San José!, digno entre todos los Santos y
ángeles de ser venerado, amado e invocado, tanto a causa de vuestros
merecimientos como por el poder de vuestra intercesión cerca de Dios.
En presencia de Jesús, que os ha obedecido
como a padre; de María, que os ha servido como a esposo, yo os elijo por mi
abogado cerca del uno y de la otra, por mi protector y mi padre. Me obligo a no
olvidaros nunca, a honraros y a extender vuestro culto todos los días de mi
vida. Os suplico, ¡oh, mi amadísimo Padre!, que me recibáis en el número de vuestros hijos.
Asistidme en todas mis acciones y no me abandonéis en la hora decisiva de mi muerte.
Amén.
APOSTOLADO DE LA PRENSA —1926.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario