COMENZAMOS:
22 de agosto.
FINALIZAMOS: 30
de agosto
FESTIVIDAD: 31 de agosto.
Nacionalidad: española.
Fecha de Canonización: 1657
por Alejandro VII.
Patrón: recién
nacidos, niños, mujeres embarazadas, personas acusadas con falsedad, contra la
fiebre, comadronas, ginecólogos.
—Arrodillado el que hiciere la novena
delante del altar o imagen del Santo, hará sobre sí la señal de la Santa Cruz,
y empezará así:
Por la señal ✠
de la Santa Cruz, de nuestros ✠
enemigos, líbranos Señor ✠
Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
Dulcísimo
Jesús, por ser tan bueno y amable como sois, me pesa en el alma de haberos
ofendido, y propongo con vuestra divina gracia antes morir que pecar. Amén.
DÍA NOVENO (30 de agosto).
MEDITACIÓN: MILAGROS
PÓSTUMOS DE SAN RAMÓN NONATO.
Medita, alma, en este último día los raros
portentos con que ilustró el Señor a su siervo San Ramón después de muerto;
pues para resolver a quién tocaba la joya de su precioso cadáver, lo colocaron
sobre una mula ciega, dejando su dirección, como otra Arca del Testamento, a
los ojos de la divina Providencia. Raras maravillas ilustraron esta jornada, ya
permaneciendo constantes las luces del féretro contra el ímpetu de las lluvias
y recios vientos; ya clamoreando por sí mismas las campanas; ya también cobrando
a cada paso repentina salud los enfermos; pero fue el mayor prodigio caminar
con acierto la ciega mula mucha leguas, llegando desde Cardona, donde murió el
Santo, hasta la ermita de San Nicolás, en la cual siendo pastorcillo oraba: y
dando tres vueltas ¡caso raro! por la circunferencia, dejó con el
sagrado cuerpo la vida; que no era razón viviese para otra carga. De aquí el
Santo, como otro sol en su ocaso, despide por todo el orbe más brillantes los
rayos de sus maravillas, con que favorece benigno a los que devotos piden con
viva fe su amparo. Así premia el misericordioso Dios después de la muerte a los
que con fino amor le sirven en esta vida.
—En
reverencia dirás tres veces el Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri.
ORACIÓN
Gózame en el alma, glorioso
Santo, y
doy inmensas gracias al misericordioso Señor por todas las mercedes con que os
favoreció en esta vida, e ilustró también en vuestra muerte, haciéndoos
maravillosamente servir en un ciego bruto, para que, a vista de tal portento,
desde entonces os reverenciasen los hombres por santo. Grandes fueron vuestras
virtudes, y grande es también el poder que por ellas Dios os ha dado, sujetando
a vuestro imperio los cielos, la tierra y los elementos, la salud y la
enfermedad, la muerte y la vida; constituyéndoos, como otro José, señor de todo
el universo para el socorro de vuestros devotos en sus necesidades. ¿Quién
atribulado os invoca que no halle en vuestra piedad el consuelo, mostrándoos
tan compasivo, que han llegado a sudar vuestras imágenes santas, estando
vuestros devotos afligidos? ¡Oh singular
piedad! Por vos alcanza la
preñada feliz parto; fecundidad la estéril, segura cosecha el labrador; el
naufragante feliz puerto; el cautivo redención; los ciegos vista; miembros los
tullidos, y todos los males fin; pero sobre todo el obstinado pecador
misericordia, alcanzándole de Dios auxilios eficaces para su salvación, y
manifestándole a veces sus más ocultos pecados, que tenía en largo olvido. ¡Oh celo de las
almas! ¡Oh caridad insigne! Ea, Santo mío, no sea yo únicamente el
que me vaya de vuestra presencia desconsolado.
Alcanzadme lo que os suplico humilde en esta santa
novena, con tal que sea para mayor gloria de Jesús y bien de mi alma; y en caso
que no me convenga, alcanzadme piadoso una perfecta resignación a la voluntad
de mi Dios; para que unida mi pobre alma con mi Señor Jesucristo con el vínculo
del divino amor, merezca, en compañía vuestra, verle y gozarle para siempre en
la celestial patria. Amén.
—Aquí se detendrá en oración un breve
rato, suplicando al Señor por los méritos del Santo, la gracia que deseare.
ORACIÓN FINAL.
Alcanzad también, glorioso Santo, paz y unión
para toda la santa Iglesia Católica; concordia
entre los príncipes cristianos; exaltación de nuestra santa Fe; opresión de las
herejías, para los pobres cautivos paciencia y libertad; para los afligidos
consuelos, y a todos finalmente amparad en el funesto trance de la muerte, para
que, acabando esta mortal vida con la divina gracia, merezcamos gozar en
vuestra santa compañía las delicias de la eterna gloria. Amén.
GOZOS DEL GLORIOSO SAN RAMÓN
NONATO.
Sol
de Cataluña hermoso,
Fino
amante de María:
Sednos protector y guía,
San Ramón Nonato glorioso.
Vuestra
madre ya preñada,
Al
octavo mes murió,
Y
al tercer dia la abrió
Un
lado punta acerada;
Por
la herida ensangrentada
Os
sacaron prodigioso:
Sednos protector y guía,
San Ramón Nonato glorioso.
Su
dulce nombre grabó
En
vuestras manos un día
Jesús,
y también María,
Y
a su tierno Niño os dio,
Y
que fuerais os mandó
De
la Merced religioso:
Sednos protector y guía,
San Ramón Nonato glorioso.
Los
cristianos redimisteis
Y
vos cautivo quedasteis,
La
Fe de Dios predicasteis,
Y
martirio padecisteis;
A
millares convertisteis
Los
infieles fervorosos:
Sednos protector y guía,
San Ramón Nonato glorioso.
Vuestros
labios con candado
Cerró
la malicia loca;
Pero
con él en la boca
Predicáis
más alentado;
Sufrís
rigor tan pesado
Ocho
meses valerosos:
Sednos protector y guía,
San Ramón Nonato glorioso.
Disteis
a un pobre el capelo,
Y
en premio Cristo y María
Os
bajan como a porfía
Dos
coronas desde el Cielo;
La
de espinas vuestro celo
Eligió
por lo penoso:
Sednos protector y guía,
San Ramón Nonato glorioso.
Jesucristo
os visitó
Al
tiempo de vuestra muerte,
Y
entonces, ¡oh
feliz suerte!,
Por
su mano os comulgó;
Este
favor mereció
Vuestro
corazón piadoso:
Sednos protector y guía,
San Ramón Nonato glorioso.
Al
mar y viento mandáis,
Curáis
ciegos y apestados,
Tullidos,
cojos, quebrados,
Y
a estériles hijos dais,
Los
muertos resucitáis,
Y
en partos sois milagroso:
Sednos protector y guía,
San Ramón Nonato glorioso.
Consoláis
los labradores
Con
lluvias, cosechas, frutos;
Dais
vida a los muertos brutos,
Sanáis
fiebres y dolores,
Heridas,
llagas, tumores,
Y
al baldado y al leproso:
Sednos protector y guía,
San Ramón Nonato glorioso.
Remediáis
todos los daños,
Los
afligidos alientan;
Veinte
y cuatro mil os cuentan
Milagros,
solo en dos años;
España
y reinos extraños
Os
publican portentoso:
Sednos protector y guía,
San Ramón Nonato glorioso.
Antífona: Oh bienaventurado Ramón, que amó a Cristo con todas sus
entrañas, y a ejemplo de su caridad no dudó en entregarse a sí mismo por los
cautivos. Oh bendita alma, que, aunque no fue separada por la espada del
perseguidor, no perdió el mérito del martirio.
℣. Mi corazón y mi carne.
℟. Se exultaron en Dios vivo.
ORACIÓN.
¡Oh
Dios!,
que hiciste admirable a tu bienaventurado confesor San Ramón Nonato para
liberar a tus fieles de la cautividad de los impíos: concédenos por su
intercesión, libres de las cadenas de nuestros pecados, cumplamos con perfecta
libertad de espíritu todo lo que te sea más agradable. Por
Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
En el nombre del Padre, y
del Hijo ✠, y del
Espíritu Santo. Amén.
Publicada en Barcelona en el año 1767
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