Diariamente se investigan
con el mayor esmero las catacumbas, para ver de descubrir los cuerpos de los
santos mártires depositados en ellas durante las crueles persecuciones de los
primeros siglos de la Iglesia. El señor Poncetti, habiendo recibido para ello encargo
especial del sumo pontífice Pio VII, estaba practicando en 1802 grandes
excavaciones en las catacumbas llamadas de Priscila, cuando el dia 22 de mayo
se descubrió en el corredor llamado la via Salaria un nicho, donde en lápiz
rojo había escritas estas palabras: Lumena pax tecum Fi…, es
decir, el nombre de Fi... .
Lumena dividido en dos partes, y en medio el de Pax tecum. Además, a la izquierda había pintada una
áncora, signo de inmersión; en el centro unos azotes que remataban bolas de plomo,
otro signo de tormento; a entrambos lados del azote tres flechas y una vara con
puntas de hierro, signo de otro tormento, y a la derecha la palma, signo del
martirio.
Se removió la piedra tumularia, y aparecieron los restos preciosos de
la mártir, y junto a su cabeza medio vaso, quebrado, de un vidrio delgadísimo,
lleno de sangre cuajada. Mientras se separaban con cuidado las partecillas de
sangre, despedía centellas el cristal, y cada una de aquellas partecillas formó
como un cuerpo luminoso, con brillo vivísimo. Desde entonces aquellas santas
reliquias han sido objeto de la veneración más ardiente, y no ha pasado año sin
haberse referido nuevos milagros alcanzados por su santa virtud o mediación. La
fe ha ido creciendo, y en el día puede decirse que se ha extendido por toda la
cristiandad.
Mugnano del Cardinale: Santuario de Santa Filomena, donde se guardan las sagradas reliquias del cuerpo de la Mártir. Es meta de peregrinajes provenientes de todo el mundo.
Las santas reliquias fueron trasladadas a
Nápoles, y de allí á Mugnano, donde se veneran en una magnífica capilla. Entre
las piadosas creencias que circulan acerca de la vida de la santa, es la una,
que nació de elevada cuna en la Grecia, en tiempo de Diocleciano; pasó a Roma
con sus padres; el emperador la vió, se prendó de ella, y la pidió por esposa;
mas ella se negó con entereza, no queriendo dar su mano al enemigo de su ley.
Entonces apeló el tirano a los suplicios. Primero
a los azotes, que la dejaron moribunda, pero
los ángeles la curaron en el calabozo.
Segundo, a la inmersión; atada la santa a una áncora, quiso Dios que se
rompiese la cuerda, y que ella sobrenadase.
Tercero, la condenó a ser asaeteada, más los dardos no podían salir del
arco.
Cuarto, a la degollación, y la
santa subió al cielo con la palma de los mártires. Así le fue revelado a un modesto
religioso.
La capilla en la iglesia de Santa Maria de las Gracias en Mugnano del Cardinale, donde se guardan las sagradas reliquias del cuerpo de Santa Filomena. |
No hay comentarios.:
Publicar un comentario