El buen ejemplo es una
semilla fecunda: siempre da copiosos frutos.
Fue San Hipólito romano y caballero ilustre.
Siendo idólatra tuvo en guarda al glorioso San Lorenzo con otros muchos presos.
Al ver los milagros que el Santo obraba, se convirtió Hipólito, con toda su
familia, a la fe de Jesucristo, y, viendo padecer a San Lorenzo, se arraigó más
en sus nuevas creencias. Sabedor el emperador Valeriano de que Hipólito había
enterrado el cuerpo del glorioso Santo, le mandó prender. Le llevaron al
martirio, atándole a la cola de cuatro caballos, que despedazaron su cuerpo;
subiendo su alma al Cielo. Fueron también degollados en su presencia diecinueve
de su familia, en compañía de Concordia, que habla sido ama de leche de San Hipólito.
El cuerpo de éste fue de noche sepultado por Justino, presbítero, no lejos del
de San Lorenzo. Fué su triunfo el día 13 de Agosto, año de 258. Este Santo
mártir es patrono de Cocentaina, villa notable de la provincia de Alicante,
donde se le celebra anualmente con extraordinaria solemnidad.
LOS HÉROES
DEL
CRISTIANISMO (1901)
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