martes, 11 de agosto de 2020

NOVENA A SANTA FILOMENA. VIRGEN Y MÁRTIR. DÍA NOVENO.

 


—COMENZAMOS: 3 de agosto.


 

—FINALIZAMOS: 11 de agosto. (festividad de la Santa).

 

 




Oración para todos los días.

 

 

—Por la señal de la Santa Cruz…

 

 

 

   Dios y Señor mío, a quien los Ángeles y Santos alaban y bendicen en el cielo, y los justos sirven y veneran en la tierra, Vedme aquí postrado a vuestros pies lleno de confusión y con un gran dolor de todas mis culpas; pésame Señor de haberos ofendido por ser vos quien sois y porque mis pecados me han alejado de vos, que sois mi único bien, y mi única esperanza. No más pecar, mi Dios; primero morir que ofenderos; antes bien quiero consagrarme a vuestro servicio, y resarcir en cuanto pueda todo lo mal hecho hasta ahora. Muchas veces resolví buscaros y me extravié; deseé amaros, y troqué el afecto; andaba tras de un placer infinito, y el mas liviano me entretenía y disipaba; dadme fuerzas, Señor, en esta hora para empezar de veras a ser todo vuestro. Hacedme sordo si el mundo me llama; fuerte, si la carne me incita, precavido, si el enemigo común acecha mi pobre alma. Vos me habéis dicho que pida y recibiré, que llame y se me abrirá la puerta; por eso pido como menesteroso, y vengo a buscaros a vuestra Santa Casa; y aunque estoy seguro de esta promesa divina, me valgo al mismo tiempo del valimiento que goza en el cielo la castísima Virgen y esforzada Mártir Santa Filomena; con la confianza de que además de agradaros, serán así mejor despachadas todas mis Súplicas.

 

 

   ¡Oh Santa mía!, que ignorada por tantos siglos has sido hallada en el nuestro para avivar la fe, alentar la esperanza y encender la caridad, siendo tu devoción un especial auxilio que el Señor ha concedido a los fieles en estos tristes tiempos, no deseches la oración de este tu pobre siervo. Sobre todas las cosas, lo que más deseo, y lo que más me importa, es la salvación de mi alma, como hijo de la Iglesia me afligen también las persecuciones que sufre de sus enemigos esta Sta. Madre. Tal vez para ello y para estos tiempos de tribulación ha sido elevada a tan alta dignidad en el cielo. Habla, pues, al Rey de la Majestad, y hablándole salvarás al pueblo que á tí se acoge y librarás la Iglesia de tantos enemigos que la hacen cruda guerra: bien sabes, Santa mía, que tu Esposo Jesús es rico en misericordia, y que como tal, quiere repartir sus riquezas particularmente con el pobre y desvalido; ninguno lo es más que yo, pues falto de todo tengo que pedir no solo por mis necesidades particulares, que son muchas, sino también por otras generales que la caridad hace mías; si consigo del Señor el remedio de ellas, como lo espero, en esta Santa Novena, yo prometo serle muy agradecido y muy devoto tuyo, hasta que libre de tan penosa vida pueda en tu compañía alabarle y bendecirle en el cielo. Amén.

 

 

 

—Se rezará tres veces el Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri.

 

 

 

—Cada uno pedirá en particular lo que intente conseguir de la Santa en esta Novena. Después se dirá la oración especial de cada día.

 



DÍA NOVENO.

 

 

 

   ¡Oh gloriosa Virgen y Mártir Santa Filomena!, que, consagrada desde los primeros años al verdadero Esposo de las Almas, fuiste desde entonces toda para él, sin querer admitir otro alguno, aun a costa de olvidar para ello a tu pueblo, y a la casa de tu padre, y de sufrir prisiones, tormentos, dolores y una muerte prolongada con los azotes, saetas, el agua y la espada dando de este modo la mayor prueba de amor, que es morir por sus amigos; permíteme Santa mía, que lleno de admiración me postre a tus pies, y te salude como a un Serafín encendido en amor divino. Mi corazón disipado con mil amores de carne y sangre, no ha experimentado la dulzura de aquel otro celestial en que estuviste siempre, y estás ahora mucho más abrasada; pero desengañado bien a costa mía, conozco que más vale un día en compañía de Dios que mil en la compañía de los pecadores; que viviendo a la manera de estos se trae una vida trabajosa y llena de amargura; y que para los que aman a Dios, como tú le amaste todo hasta la muerte es holgura y bienandanza. ¡O si alcanzare yo a lo menos en esta Novena sentir dentro de mi aquel amor que obliga a otro pecador arrepentido a quejarse de sí y decir de todas veras! ¿Qué amaba yo Señor cuándo a vos no amaba? ¡Me mandas, Señor, que te amé y me amenazas con castigo si no lo hago, como si el no amarte no fuera ya la mayor pena! Quiero por lo mismo desde ahora amar a mi Dios, como desea ser amado, y hasta poder desafiar a todas las criaturas, como incapaces para separarme de su amor. Esta es oh patrona mía, la disposición de mi alma, y así espero con tu intercesión, que aquel Señor que me dio esta buena voluntad, me dará también fuerzas para cumplirla. No olvides tampoco Santa mía, todas las demás necesidades que le he hecho presentes en esta Santa Novena; tu caridad es grande y tus palabras muy poderosas en el cielo.

 

   ¡Oh Dios y Señor mío!, haced que esta oración que por vos empezó por vos acabe y que la devoción que propongo profesar toda mi vida a vuestra Esposa y mi protectora Santa Filomena, va a enderezada a vuestra mayor honra y gloria. Esta solo a vos se os debe, que sois el Rey de la gloria y admirable en vuestros actos. Por esto yo os la tributo desde este momento con la esperanza de que ha de llegar algún día, en que uniendo mi voz a la de los coros de Ángeles, Arcángeles, Virtudes, Potestades, Principados, Dominaciones, Tronos, Querubines y Serafines, he de repetir sin cesar aquel cantar siempre nuevo, que forma las delicias del cielo, y el consuelo de la tierra, Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los Ejércitos, llenos están los cielos y la tierra de vuestra gloria; gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.

 

 

 

ADVERTENCIA: Para este día y demás de la Novena.

 

 

—Consistiendo la verdadera Religión, según decía Tertuliano, en imitar lo que veneramos, convendría en cada un día de la Novena ejercitar alguna virtud particular o hacer alguna obra buena; por eso al final de cada oración se indicará algo de esto y puede variarse según la necesidad de cada uno, o según el consejo del confesor: y con el parecer del mismo se deberá confesar y comulgar en uno de los días, y podría ser conveniente el séptimo.

 

 



—En este día se harán actos frecuentes de amor de Dios y sería muy conveniente acostumbrarse desde él a usar interiormente algunas jaculatorias que sirvan como de despertador de la devoción y que nos recuerden la presencia de Dios que siempre nos está mirando y no lejos de nosotros, añadiendo a ellas tres veces el Gloria Patri en honor de SANTA FILOMENA.

 

 

GOZOS A SANTA FILOMENA.

 

 

FILOMENA a ti clamamos,

Como esperanza y consuelo;

Míranos, pues, desde el Cielo

Que tu virtud celebramos.

 

 

Desde tus primeros años,

Te consagraste al Esposo;

Del mundo vil y enojoso,

Despreciaste los engaños.

FILOMENA a ti clamamos,

Como esperanza y consuelo;

Míranos, pues, desde el Cielo

Que tu virtud celebramos.

 

Absorta el alma en amor,

En amor puro y divino,

De su cueva el rico vino,

Le pediste con candor.

FILOMENA a ti clamamos,

Como esperanza y consuelo;

Míranos, pues, desde el Cielo

Que tu virtud celebramos.

 

Como no sabe negarse,

Ni regatear sus caricias,

Con el vino de delicias

Pudo tu alma allí saciarse

FILOMENA a ti clamamos,

Como esperanza y consuelo;

Míranos, pues, desde el Cielo

Que tu virtud celebramos.

 

¡Oh qué vino! ¡qué dulzura!

¡Qué regalo tan sabroso!

¡Oh que Dios tan amoroso

Con la pobre criatura!

FILOMENA a ti clamamos,

Como esperanza y consuelo;

Míranos, pues, desde el Cielo

Que tu virtud celebramos.

 

Desde aquel feliz momento,

A esta Esposa agradecida

Le era tediosa la vida,

Y muy gustoso el tormento.

FILOMENA a ti clamamos,

Como esperanza y consuelo;

Míranos, pues, desde el Cielo

Que tu virtud celebramos.

 

Mil vidas por ti daría

¡Oh Jesús, Esposo amado!

Pídemelas de contado:

Así la Virgen decía.

FILOMENA a ti clamamos,

Como esperanza y consuelo;

Míranos, pues, desde el Cielo

Que tu virtud celebramos.

 

Un tirano muy brutal,

Que a la sazón gobernaba.

A FILOMENA acechaba

Con amor sucio y carnal.

FILOMENA a ti clamamos,

Como esperanza y consuelo;

Míranos, pues, desde el Cielo

Que tu virtud celebramos.

 

Llena de horror FILOMENA

Renueva su votó santo,

De emperatriz el encanto

Pospone a cualquiera pena.

FILOMENA a ti clamamos,

Como esperanza y consuelo;

Míranos, pues, desde el Cielo

Que tu virtud celebramos.

 

A las caricias rigores

Se suceden de consuno;

Mas su Esposo es solo uno,

Y por él busca dolores.

FILOMENA a ti clamamos,

Como esperanza y consuelo;

Míranos, pues, desde el Cielo

Que tu virtud celebramos.

 

Azotes de mano fiera,

La prisión, denuestos ciento,

Todo se emplea al intento,

Y la Virgen, Virgen era.

FILOMENA a ti clamamos,

Como esperanza y consuelo;

Míranos, pues, desde el Cielo

Que tu virtud celebramos.

 

De saetas traspasada

Fué con rabia y con furor;

Ni el agua entibió su amor,

Por eso fué degollada.

FILOMENA a ti clamamos,

Como esperanza y consuelo;

Míranos, pues, desde el Cielo

Que tu virtud celebramos.

 

Aquella sangre preciosa,

Mientras su alma voló al Cielo,

Con su cuerpo acá en el suelo

Estuvo bajo una losa.

FILOMENA a ti clamamos,

Como esperanza y consuelo;

Míranos, pues, desde el Cielo

Que tu virtud celebramos.

 

Mugnano del Cardinale

Hoy conserva este tesoro;

La sangre cual perlas y oro,

Aparece en un cristal.

FILOMENA a ti clamamos,

Como esperanza y consuelo;

Míranos, pues, desde el Cielo

Que tu virtud celebramos.

 

El de la humilde cabaña,

El del palacio suntuoso,

El sabio y el no estudioso

Si aquesto ve no se engaña.

FILOMENA a ti clamamos,

Como esperanza y consuelo;

Míranos, pues, desde el Cielo

Que tu virtud celebramos.

 

Postrados de admiración

Ante el altar de la Santa

La pena no les espanta,

Y aguardan la curación.

FILOMENA a ti clamamos,

Como esperanza y consuelo;

Míranos, pues, desde el Cielo

Que tu virtud celebramos.

 

En países aún lejanos,

Y en trabajos diferentes,

A la santa los pacientes

Levantan sus ambas manos.

FILOMENA a ti clamamos,

Como esperanza y consuelo;

Míranos, pues, desde el Cielo

Que tu virtud celebramos.

 

El que admirable en la altura

Se muestra acá prodigioso,

Oyendo al menesteroso.

Por FILOMENA lo cura.

FILOMENA a ti clamamos,

Como esperanza y consuelo;

Míranos, pues, desde el Cielo

Que tu virtud celebramos.

 

 

Mil himnos de bendición,

Mil cantares de alegría

Resuenen en este dia

No perdamos la ocasión.

 

 

Filomena, a ti clamamos

Como esperanza y consuelo:

Míranos, pues, desde el Cielo

Que tu virtud celebramos.

 



—Ora pro nobis Sancta Philomena.



—Ut digni efficiamur promissionibus Christi.

 

 

NOVENARIO AÑO 1848.

 


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