domingo, 16 de agosto de 2020

LA ASUNCIÓN DE NUESTRA SEÑORA. —15 de agosto.





La gloria del triunfo es siempre proporcionada a la importancia del combate: por eso la gloria de María no tiene semejante.


   La gloria que goza en el Cielo la Reina de los Ángeles, celebra hoy la santa Madre Iglesia, bajo el título de la Asunción, que sucedió al tercero día de su tránsito, al que asistieron los apóstoles y discípulos de Cristo, Señor nuestro. Llegó después el apóstol Santo Tomás, y sintiendo en extremo no haberse hallado en la muerte de su querida Señora y Maestra, deshaciéndose en lágrimas, pidió para su consuelo le dejasen ver y venerar el preciosísimo cuerpo. Condescendiendo los demás apóstoles con su devota petición, abrieron el sepulcro, del cual salió un olor celestial, y no hallaron sino las sábanas y lienzos en que había sido envuelto. La Virgen había resucitado, siendo llevada al Cielo en cuerpo y alma. Su triunfo fué el más festivo que miraron los cielos, pues al de Jesucristo asistieron los ángeles, y al de María asistió el mismo Cristo y los ángeles todos, asombrados de ver la majestad y grandeza de la Virgen Madre, y Cristo la entró en su celestial reino, y la presentó a su Eterno Padre. Fué el tránsito de la Virgen siendo de edad de setenta y dos años.




LOS HÉROES
DEL

CRISTIANISMO (1901)


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