La más débil criatura es
invencible, armada con la fortaleza del Señor, para la que nada valen los
ejércitos y las armadas.
Fué
natural de la ciudad de Asís, en Italia, de padres ricos y cristianos. Desde
niña fue muy amiga de la oración, y caritativa con los pobres. Deseando servir a
Dios con perfección, se apartó del mundo, tomando el hábito de San Francisco,
en cuyas manos profesó su regla en la iglesia de Santa María de la Porciúncula.
Ayunaba casi todo el año a pan y agua, y traía ásperos cilicios. Habiendo los
moros escalado su convento, salió a la puerta y los ahuyentó con el Santísimo
Sacramento. Fué Santa Clara verdadera luz y madre de pobres religiosas y muy
querida esposa del Señor, cuya Madre Santísima la visitó a la hora de la
muerte, y, regalada con este favor, dio su bendita alma a su celestial Esposo
el día 11 de Agosto, año de 1253, a los sesenta años de su edad. Alejandro IV
la canonizó dos años después de su muerte.
LOS HÉROES
DEL
CRISTIANISMO (1901)
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