miércoles, 29 de julio de 2020

SAN GALINICO, MÁRTIR. —29 de julio.




   Natural de Grecia, fué educado desde la infancia en la religión cristiana, cuyas virtudes hizo resplandecer en todas las acciones de su vida. Condujo a muchos a los caminos de la religión, ya con sus exhortaciones, ya con sus ejemplos, por cuyo motivo fué preso y llevado al tribunal de los paganos, en el que confesó libre y generosamente a Jesucristo. Airado el juez con las palabras del esforzado atleta, lo condenó a ser azotado con varillas de hierro, después a ser descarnado por medio de peines de acero, y en seguida le calzaron unos zapatos llenos de agudísimas puntas, obligándole a correr mucho rato con ellos. Fortificado el santo en medio de tantos suplicios por la virtud del cielo, sufría con resignación aquellos dolores y cantaba las divinas alabanzas, hasta que fué metido en un horno encendido, y entregó allí su alma al Creador. Su martirio sucedió en Gangra de Paflagonia a mediados del siglo II.




LA LEYENDA DE ORO (1839).

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