—En Tiro en Fenicia, la memoria de muchos santos
mártires, cuyo número solo Dios lo sabe, a los cuales hizo morir con
diversos géneros de suplicios Veturio, maestro de la milicia, en tiempo del
emperador Diocleciano. Primeramente, se les despedazó las carnes con crueles
azotes; después se Ies expuso a bestias de diferentes especies, de las cuales
los libertó Dios milagrosamente; en fin, habiendo añadido el tirano a todos
estos tormentos los del fuego y del hierro, acabaron su martirio con este postrer
suplicio. Los obispos Tiranión, Silvano, Peleo,
Nilo, con el santo presbítero Zenobio, que excitaban a la victoria a
toda esta gloriosa multitud, habiendo sido sus compañeros en el combate, alcanzaron
también con ellos la palma del martirio.
—En la isla de Chipre, los santos mártires
Potamio y Nemesio.
—En Constantinopla, san Eleuterio, obispo y
mártir.
—En Persia, san Sadot, obispo, con otros
cientos veinte ocho mártires, que, por haber rehusado adorar al sol, en
tiempo del rey Sapor, con crueles muertes merecieron inmortales coronas.
—En Catania, en Sicilia, san León, obispo, esclarecido
por sus virtudes y por sus milagros.
—El mismo dia, san Euquerio, obispo de Orleans,
cuyos milagros le dieron tanta honra como sus enemigos habían inventado
contra él negras calumnias.
—En Tournay, san Eleuterio, obispo y confesor.
—Y en otras partes se hace la fiesta y la conmemoración
de otros muchos santos Mártires, Confesores y santas Vírgenes.
Alabado y
glorificado sea Dios eternamente.
AÑO CRISTIANO
POR EL P. J. CROISSET, de la Compañía de Jesús. (1864).
Traducido del francés. Por el P. J. F. de ISLA, de la
misma Compañía.
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