—En Barcelona en España, santa Eulalia, virgen,
que sufrió en tiempo del emperador Diocleciano los tormentos del caballete,
de las uñas de hierro y del fuego, y por último, enclavada en una cruz, alcanzó
la gloriosa corona del martirio.
—Los siete santos Fundadores de la Orden de
Siervos de la bienaventurada Virgen María, Confesores, cuya muerte se
conmemora en sus días respectivos. En vida los asoció un espíritu de verdadera
fraternidad, y después de muertos los unió el culto con que a todos juntos
veneró el pueblo fiel, y el haberlos también canonizado a una el Papa León
XIII.
—En África, san Damián, soldado y mártir.
—En Cartago, los santos mártires Modesto y
Julián.
—En Benevento, san Modesto, diácono y mártir.
—En Alejandría, los santos niños Modesto y Ammonio,
mártires.
—En Antioquía, san Melecio, obispo, que
estuvo desterrado muchas veces por la fe católica, y murió por último en paz en
Constantinopla. San Juan Crisóstomo y san Gregorio
Niseno han celebrado sus virtudes con magníficos elogios.
—En Constantinopla, san Antonio, obispo, en
la época del emperador León VI.
-En Verona, san Gaudencio, obispo y confesor.
—Y en otras partes se hace la fiesta y la conmemoración
de otros muchos santos Mártires, Confesores y santas Vírgenes.
Alabado y
glorificado sea Dios eternamente.
AÑO CRISTIANO
POR EL P. J. CROISSET, de la Compañía de Jesús. (1864).
Traducido del francés. Por el P. J. F. de ISLA, de la
misma Compañía.
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