—San Gil, abad y confesor, en
la provincia de Narbona.
—Los doce santos Hermanos
Mártires, en Benevento.
—Los santos Gedeón y Josué, en la Palestina.
—Santa Ana, profetisa, en
Jerusalén, cuya santidad consta del Evangelio. (Fue
esposa de Elcana, y siendo estéril, obtuvo por sus ruegos y oraciones ser madre
del profeta Samuel. Ana señaló su reconocimiento en un cántico de acción de
gracias, lleno de ideas sublimes y magnificas. Nada se sabe de las circunstancias
de su muerte).
—San Prisco, mártir, en
Capua en la via Acuaria: Fué uno de los setenta discípulos de
Jesucristo, y habiendo venido en compañía del príncipe de los apóstoles a
Occidente fué enviado por el mismo san Pedro a Capua, de cuya ciudad aseguran
algunos que fué primer obispo, y la cual consagró con su sangre, muriendo
mártir en tiempo de Nerón.
—San Sixto, en Reims en Francia:
era discípulo del apóstol san Pedro, y por el mismo Apóstol fue consagrado
primer obispo de aquella ciudad: alcanzó la corona del martirio en tiempo de
Nerón.
—San Teresciano, obispo y
mártir, en Todi en la Umbría; el cual en tiempo del emperador Adriano
por orden del procónsul Licinio fue atormentado en el Potro y con escorpiones: finalmente,
cortándole la lengua y degollándola consumó el martirio.
—San Ammon, diácono, y
cuarenta santas Vírgenes, en Heraclea, a las cuales el santo
Diácono instruyó en la fe, y en tiempo del tirano Licinio condujo consigo a la
gloria del martirio.
—Los santos mártires
Vicente y Leto, en España (varias, contradictorias y sumamente
confusas son las noticias que se tienen de estos Santos. Algunos autores les
suponen franceses, diciendo, que Vicente, obispo, y Leto, presbítero, fueron
dos apóstoles del Occidente, y que murieron martirizados, en cuya última
circunstancia todos los escritores convienen. Pero otros autores, y son los más,
aseguran que nacieron en la ciudad de Toledo, y que padecieron martirio en su
misma patria en el siglo III o IV. Lo único cierto es el rezo propio de estos
Santos, que se lee en el antiguo Breviario mozárabe).
—San Régulo, mártir, en
Populonio en Toscana, ahora Porto Baratto; el cual viniendo
del África en el reinado de Totila, alcanzó allí la palma del martirio.
—San Lupo, obispo y
confesor, en Sens; de quien se lee que estando un dia diciendo
misa a presencia del clero, cayó del cielo una piedra preciosa en el cáliz.
—Otro san Prisco, obispo,
en Capua, fue otro de aquellos sacerdotes que, en
la persecución de los vándalos, afligidos de diversos modos por defender la fe
católica, y metidos en un barco viejo, desde el África arribaron a las riberas
de la Campaña de Italia; y esparciéndose por aquel país, y siéndoles encomendado
el gobierno de varias iglesias, propagaron maravillosamente la religión
cristiana. Sus compañeros eran Castrense, Tamaro, Rosio, Eraclio, Segundino,
Advutor, Marcos, Augusto, Elpidio, Canion, y Vinonio.
—San Constancio, obispo,
en Aquino, esclarecido por el don de profecía y por
sus muchas virtudes.
—San Victorio, obispo, en
Mans en Francia.
—Santa Verena, virgen,
en la diócesis de Constanza, junto a las Aguas duras.
—Y en otras partes se hace la fiesta y
la conmemoración de otros muchos santos Mártires, Confesores y santas Vírgenes.
Alabado y glorificado sea Dios eternamente.
AÑO CRISTIANO
POR EL P. J. CROISSET, de la Compañía
de Jesús. (1864).
Traducido del francés. Por el P. J. F. de ISLA, de la misma Compañía.
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