Fundador de la
Congregación de Santa María del Monte de los Olivos, según la Regla de san
Benito (Congregación Olivetana)
Trabajó con gran empeño por la disciplina
monástica y, cuando la peste asolaba Italia, murió entre los monjes de Siena,
expuestos al mismo peligro (1348).
Nació en Siena
en 1272; su biografía fue escrita por el dominico Lombardelli (+ 1613)
aunque no está totalmente documentada.
De joven, Bernardo estudió en Siena, en el
convento dominico de Santo Domingo, prosiguiendo sus estudios hasta recibirse
de abogado en la Universidad de la ciudad.
En plena crisis
religiosa, por intercesión de Nuestra Señora se cura de una enfermedad de la
vista, que lo lleva a abandonar la ciudad y su vida mundana. Siguiendo la inspiración del cielo,
en 1313, año de una nueva lucha sangrienta entre ciudadanos adversarios,
Bernardo Tolomeo junto con dos conciudadanos, el noble Patricio Patrizi y
Ambrosio Piccolomini, abandona Siena retirándose a Accona, una propiedad de los
Tolomeo, a 15 Km. de la ciudad.
Dejando sus
hábitos de abundancia, los reemplazan por otros más modestos, cambian sus
nombres, dedicándose a una vida de oración, penitencia y soledad eremítica. Todavía
se conserva la gruta de aquel período, compuesta por una pequeña capilla que
Tolomeo se había hecho construir.
La vida ascética
de estos tres jóvenes, pronto atrajo a otros muchos nobles y plebeyos, que
decidieron unirse a ellos. Bernardo haciéndose responsable de todos, se
dirigió al obispo de Arezzo en cuya jurisdicción se encontraban, para obtener
la autorización, canónica para su comunidad.
El 26 de marzo de 1319, el obispo de
Arezzo Guido Tarlati, concedió a Bernardo Tolomeo y a Patricio Patrizi ‘Charta fundations’ del
naciente monasterio de Santa María del Monte de los Olivos, bajo la Regla de
San Benito. Adoptaron hábito blanco, con el objeto de honrar a la Virgen
María, de quien Bernardo era devotísimo y cuya devoción dejará en herencia a la
espiritualidad de la Congregación.
En ese mismo año (1319), Bernardo
y sus compañeros hicieron su profesión religiosa, recibiendo el hábito
monástico de manos del delegado del obispo.
Dejando el estilo de vida eremítica para
profesar la Regla Benedictina enriquecida por la precedente experiencia
ascética, establecieron que el abad fuera elegido solamente por un año. La elección como primer abad, recayó en Bernardo, pero
éste, aduciendo su dificultad visual, no aceptó, de modo que fue elegido
Patricio Patrizi; pero en 1321, Bernardo ya
no pudo rehusarse y se convirtió en abad de su monasterio. Prueba de su
excepcional personalidad, es que, durante veintisiete años, los monjes lo
fueron eligiendo como abad, año tras año, prácticamente casi hasta su muerte,
dándole todas las facultades y poder de decisión sin tener que rendir cuenta a
nadie.
Por al menos dos veces trató de dejar el
cargo, en 1326 y 1342, apelando no solamente a su dificultad visual, sino
también a que no era sacerdote, habiendo recibido solamente las órdenes
menores, pero el legado pontificio reafirmó su legitimidad canónica. Todavía en
vida de San Bernardo, se unieron a la primera abadía por lo menos otros once
monasterios. Además, el 21 de enero de 1344, el abad obtuvo del Papa Clemente
VI, residente en Aviñón, la aprobación pontificia.
La tradición atribuye al misticismo de
Bernardo coloquios con el Crucifijo y otras apariciones de santos. En 1348, durante la gran peste, hubo numerosas víctimas
de la misma en el monasterio. Después de ayudado y confortado a sus propios
hijos, Bernardo muere, según la tradición, el 20 de agosto de 1348, víctima
también él de la peste.
Después de la destrucción del monasterio de
Siena en 1554, durante la guerra entre Carlos V y la República de Siena, las
reliquias del Beato se perdieron.
En su congregación
se lo consideró Beato desde el siglo XV, su culto fue aprobado por el Papa Pío
II, que visitó el monasterio del Monte de los Olivos en 1462. Fue confirmado
como beato por decreto de la Congregación de Ritos, el 24 de noviembre de 1644.
En 1680 la fiesta religiosa del 20 de agosto fue pasada al 21 agosto a causa
sobreponerse en ese día (el 20) con la del gran San Bernardo de Claraval.
Fue canonizado el 26 de Abril de 2009
por S.S. Benedicto XVI.
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