—La Octava de los santos Inocentes.
—En Creta, san Tito, a quien ordenó san Pablo obispo de esta isla, en
donde, después de haber llenado con mucha fidelidad el ministerio de la
predicación evangélica, acabó dichosamente sus días, y fue enterrado en la
iglesia que había sido cometida a sus cuidados por el santo apóstol.
—En Roma, san Prisco, presbítero, san Prisciliano, clérigo,
y santa Benita, mujer piadosa, que alcanzaron la palma del martirio, bajo
Juliano el apóstata, muriendo con la espada.
—Además, en Roma, santa Dafrosa, mujer de san Flaviano,
mártir, la cual, después de la muerte de su marido, fué primeramente
desterrada, y decapitada después bajo el mismo emperador.
—En Bolonia, los santos Hérmes, Ageo y Cayo, que sufrieron
el martirio bajo el emperador Maximiano.
—En Adrumeto, en África,
la conmemoración de san Mávilo, el cual, habiendo sido expuesto a las bestias por
orden del cruelísimo presidente, Scápula, en la persecución del emperador
Severo, recibió la corona del martirio.
—En África, los santos y muy ilustres mártires Aquilino,
Gémino, Eugenio, Marciano, Quinto, Teódoto y Trifon.
—En Langres, san Gregorio, obispo, célebre por sus milagros.
—En Reims, san Rigoberto, obispo y confesor.
—Y en otras partes se hace la fiesta y la conmemoración
de otros muchos santos Mártires, Confesores y santas Vírgenes.
Alabado y
glorificado sea Dios eternamente.
AÑO CRISTIANO
POR EL P. J. CROISSET, de la Compañía de Jesús. (1864).
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