—La Cátedra de san Pedro en Roma, en memoria del
establecimiento de su silla en esta ciudad.
—En Roma, también santa Prisca, virgen, la que, después
de haber sufrido mucho bajo el emperador Claudio, recibió la corona del
martirio.
—En la provincia del Ponto, Moseo y Amonio, soldados,
que, habiendo sido primeramente condenados a las minas, fueron en seguida
quemados.
—En el mismo sitio, san Atenógenes, antiguo teólogo:
antes de ser arrojado al fuego, donde debia cumplir su sacrificio, entonó
alegremente un himno que dejó por escrito a sus discípulos.
—En Tours, san Volusiano, obispo, que, habiendo sido
preso por los Godos, rindió su alma a Dios en el destierro.
—En la misma ciudad, san Leobardo, recluso, que se hizo admirable por su abstinencia
y su humildad.
—En Bretaña (Debería leerse, en Borgoña; porque san Deícolo no vivió nunca
en Bretaña ni en Inglaterra; fué abad del monasterio de Lura en el Franco
Condado, diócesis do Besauzon, donde murió.), san Deícolo, abad, discípulo de san
Columbano.
—En Cómo, santa Librada, virgen.
—Y en otras partes se hace la fiesta y la conmemoración
de otros muchos santos Mártires, Confesores y santas Vírgenes.
Alabado y
glorificado sea Dios eternamente.
AÑO CRISTIANO
POR EL P. J. CROISSET, de la Compañía de Jesús. (1864).
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