—La Circuncisión de N. S. Jesucristo, y la Octava de su Natividad.
—En Roma san Almaquio, mártir, a quien los gladiadores
dieron muerte por orden de Alipio, prefecto de la ciudad, porque había dicho públicamente:
Hoy es la octava de la Natividad del Señor; renunciad al culto supersticioso de
los ídolos y absteneos en delante de ofrecer sacrificios impuros.
—En el mismo lugar, sobre la vía Apiana, treinta soldados,
mártires, coronados bajo el emperador Diocleciano.
—También en Roma, santa Martina, virgen, la que, después
de haber sufrido diversos tormentos bajo el emperador Alejandro, obtuvo en fin
la palma del martirio, muriendo degollada. Se celebra su fiesta él 30 de este
mes.
—En Espoleto, san Concordio, sacerdote y mártir, el cual,
en tiempo del emperador Antonino, fué primeramente apaleado, después extendido
sobre el caballete, en seguida sufrió largo tiempo en una cárcel, donde vino a
consolarle un ángel, y acabó en fin su vida por la espada.
—El mismo dia, san Magno, mártir.
—En Cesárea, en Capadocia, la muerte de san Basilio, obispo, cuya fiesta se
solemniza principalmente el catorce de junio, dia en que fué consagrado obispo.
—En África, san Fulgencio, obispo de Ruspa, quien, durante la persecución
de los vándalos, sufrió mucho de parte de los arríanos, a causa de su gran celo
por la fe católica junto con la eminencia de su saber, y fué desterrado á
Cerdeña; después habiendo recibido permiso para volver a su diócesis, murió
allí en paz, tan recomendable por sus predicaciones, como por la santidad de su
vida.
—En Chieti, en el Abruzo citerior, la fiesta de san Justino, obispo de esta
ciudad, ilustre por su santidad y milagros.
—En un monasterio de la diócesis de León (León de Francia: este monasterio fué erigido en obispado bajo
él nombré de san Claudio, en 1713, y restablecido en 1817), situado sobre el monte Jou, san Oyando,
abad, cuya vida ha sido llena de virtudes y de milagros.
—En Suviñi, san Odilon, abad de Cluni; que fué el primero que dispuso se
hiciese en sus monasterios la conmemoración de todos los fieles difuntos al dia
siguiente de la fiesta de todos los Santos, práctica que ha sido aprobada y
recibida después por la Iglesia universal.
—En el monte Senario, en Toscana, el beato Bonfilio, confesor,
uno de los siete fundadores de la orden de Servitas, el cual, habiendo honrado a
la santa Virgen con un celo ardiente, fué llamado por ella a gozar de la
felicidad del cielo.
—En Alejandría, santa Eufrosina, virgen, que se distinguió en su monasterio
por una severa abstinencia, y por milagros.
—Y en otras partes se hace la fiesta y la conmemoración
de otros muchos santos Mártires, Confesores y santas Vírgenes.
Alabado y glorificado
sea Dios eternamente.
AÑO CRISTIANO
POR EL P. J. CROISSET, de la Compañía de Jesús. (1864).
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