—En Roma, sobre la vía salaria, san Marcelo, papa y mártir,
que por haber confesado la fe católica fue primeramente apaleado por orden del
tirano Majencio, y después enviado bajo buena guarda a limpiar las bestias de
carga. Murió en esta penosa función, revestido de un cilicio.
—En Marruecos, en África, el martirio de los santos Berardo,
Pedro, Acurso, Adyuto y Otón, religiosos de la orden de san Francisco.
—En Arles, san Honorato, obispo y confesor, ilustre durante su vida por su
ciencia y sus milagros.
—En Oderzo (pueblo de la Marca Trevisana, en Italia), san Ticiano, obispo y
confesor.
—En Rinocolura (hoy Faramida), en Egipto, san Mélas,
obispo, que murió en paz bajo el emperador Valente, después de haber sufrido el
destierro y otras penas por la fe católica.
—En Fondi, en Campania, san Honorato, abad, de quien hace mención el papa
san Gregorio.
—En Perona, san Furseo, confesor.
—En Roma, santa Priscila, que consagró sus bienes y su persona al servicio
de los mártires.
—Y en otras partes se hace la fiesta y la conmemoración
de otros muchos santos Mártires, Confesores y santas Vírgenes.
Alabado y
glorificado sea Dios eternamente.
AÑO CRISTIANO
POR EL P. J. CROISSET, de la Compañía de Jesús. (1864).
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