—En León de Francia, san Francisco de Sales, obispo de
Ginebra, y confesor, del cual se hace memoria el día veinte y ocho de
diciembre; pero su fiesta se celebra principalmente en este día, por causa de
la Traslación de su cuerpo.
—En Roma, sobre la vía de Nomento, los santos mártires
Papías y Mauro, soldados, los cuales no bien hubieron confesado a Jesucristo,
en tiempo del emperador Diocleciano, les rompieron las mandíbulas con
guijarros, por orden de Laodicio, prefecto de la ciudad: en tal estado les hizo
encerrar en un calabozo, después molerlos a palos, y en fin destrozarlos con
látigos con bolas de plomo a las puntas, hasta que espirasen.
—En Perusa, san Constancio, obispo y mártir, el cual recibió
con sus compañeros la corona del martirio, en defensa de la fe, bajo el
emperador Marco Aurelio.
—En Edesa, en Siria, san Sarbelio y santa Bárbea, hermanos,
quienes habiendo sido bautizados por el bienaventurado obispo Barsimeo, obtuvieron
la palma del martirio durante la persecución de Trajano, bajo el presidente
Lisias.
—En la comarca de Troyes, san Sabiniano, mártir, decapitado
por la fe de Jesucristo por orden del emperador Aureliano.
—En Milán, san Aquilino, presbítero, a quien atravesaron
los arríanos la garganta de una estocada, y así recibió la corona del martirio.
—En Tréveris, el fallecimiento de san Valerio, obispo, discípulo del
apóstol san Pedro.
—En Bourges, san Sulpicio Severo, obispo, ilustre por sus virtudes y
erudición.
—Y en otras partes se hace la fiesta y la conmemoración
de otros muchos santos Mártires, Confesores y santas Vírgenes.
Alabado y
glorificado sea Dios eternamente.
AÑO CRISTIANO
POR EL P. J. CROISSET, de la Compañía de Jesús. (1864).
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