Uno de sus discípulos, al
que amaba Jesús, estaba recostado a la mesa en el seno de Jesús (Jn 13, 23).
Este discípulo es San Juan Evangelista, que
habla de sí mismo como de otra persona para evitar la jactancia, y para seguir
la norma de otros escritores de las sagradas Escrituras. Pues también Moisés
usa de este modo cuando habla de sí en sus libros, como de otro, diciendo: Habló el Señor
a Moisés. Igualmente San Mateo: Vio a un hombre
sentado en el mostrador de los impuestos, llamado Mateo. San Pablo
dice: Conozco
a un hombre.
I-San Juan dice tres cosas de sí mismo:
1º) El amor que le hacía descansar en
Cristo, diciendo que estaba recostado, esto
es, descansando. Job dice en este sentido: Entonces en el Todopoderoso abundarás de delicias, y alzarás
a Dios tu rostro (Job 22, 26), y el profeta David: Me conduce a
fuentes tranquilas (Sal 23, 2).
2º) El conocimiento de los secretos que el Señor
le revelaba, especialmente para la redacción de su Evangelio. Por eso dice que
estaba recostado en el seno de Jesús. El seno significa el secreto. Y en
otro lugar dice: El Hijo Unigénito, que está en el seno del Padre, él mismo lo ha
declarado (Jn 1, 13).
3º) El amor especial con que Cristo lo
amaba. Por eso dice: a quien amaba Jesús; no ciertamente de manera
exclusiva, sino que lo amó casi con preferencia a los demás.
II. Debe saberse que Juan fue más amado
por Cristo por tres motivos:
1º) Por su pureza, pues fue elegido virgen
por el Señor y permaneció siempre virgen. Por eso se lee en los Proverbios: Quien ama la
pureza de corazón, por la gracia de sus labios tendrá por amigo al rey (22,
11).
2º) Por la sublimidad de
su sabiduría, pues penetró los arcanos de la divinidad más profundamente que
los demás, por lo cual es comparado al águila. Es acepto, al rey un ministro entendido, se lee en
los Proverbios (14, 35).
3º) Por el fervor
ardiente de su amor a Cristo: Yo amo a los que me aman (Prov 8, 17).
(In
Joan., XIII)
MEDITACIONES
ADVIENTO-NAVIDAD
Santo
Tomás de Aquino
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