—En Roma, el martirio
de san Víctor, papa.
—También en Roma, la fiesta de san Nazario y del niño san Celso, mártires,
a quienes, en la rabia de la persecución movida por Nerón, mandó pasar a cuchillo
Anolino, después de haber sido mucho tiempo maltratados y afligidos en la
cárcel.
—En la Tebaida en Egipto, la conmemoración de muchos santos mártires, que
padecieron en la persecución de Decio y de Valeriano. Deseando con ansia los
cristianos ser acuchillados por el nombre de Jesucristo, su astuto enemigo
imaginaba los suplicios mas lentos, por ver si podía, en vez de sus cuerpos,
hacer crecer sus almas. Entre tantos mártires hubo uno que, después de haber
padecido animoso el rigor del potro, de púas candentes y calderas hirviendo,
fué untado con miel, y expuesto con las manos atadas a la espalda al sol abrasador,
para que le picasen las moscas y avispas. Otro muellemente acostado entre flores,
viendo venir a él una mujer impúdica a tentarle, escupió a la cara de aquella
desgraciada la lengua que se había hecho pedazos con los dientes.
—En Ancira en Galacia, san Eustatio, mártir, el cual, atormentado con
diferentes géneros de suplicios, fué arrojado a un rio más le sacó de allí un
ángel: en fin, la visión de una paloma que bajaba del cielo lo llamó al eterno
galardón.
—En Mileto, san
Acacio, mártir, que, bajo el emperador Licinio, habiendo sido, después
de otros tormentos, echado en una fogata y conservado intacto por divina
asistencia, consumó su martirio viéndoos cortar la cabeza.
—En Bretaña, san
Sansón, obispo y confesor.
—En Lyón de Francia, san Peregrino, presbítero, cuya santidad
atestiguan sus brillantes milagros.
—En Loches en Turena, san Urso, confesor.
—En Soisons, san
Gerano, canónigo de San Gervasio y Arcediano.
—En dicho dia, santa
Bisa, martirizada con algunos otros.
—En Etiopia, san
Mateo el ermitaño.
—En Suecia, san
Botvid, mártir, sueco de nacimiento y bautizado en Inglaterra, que
estuvo trabajando en la evangelización de su patria hasta que un criado suyo, a
quien él había liberado de la esclavitud, le asesinó.
—En Placeada, san
Ramón, confesor, de quien hay dos iglesias en aquella ciudad.
—Y en otras partes se
hace la fiesta y la conmemoración de otros muchos santos Mártires, Confesores y
santas Vírgenes.
Alabado y glorificado sea Dios eternamente.
AÑO CRISTIANO
POR EL P. J. CROISSET, de la Compañía
de Jesús. (1864).
Traducido del francés. Por el P. J. F.
de ISLA, de la misma Compañía.
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