PADRE DE PROVIDENCIA.
COMENZAMOS: 31 de julio.
FINALIZAMOS: 7 de agosto (festividad).
FUNDADOR de la orden de los Clérigos Regulares (Teatinos).
FECHA BEATIFICACIÓN: 1629 por el Papa Urbano VIII.
FECHA CANONIZACIÓN: 1671 por el Papa Clemente X.
PATRÓN: Personas que buscan trabajos, desempleados.
ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS.
Omnipotente y sempiterno Dios,
que hiciste que San Cayetano confiando en vuestra Providencia despreciara las
cosas de la tierra y se viera enriquecido con abundantes bienes celestiales;
concedednos que los que imploramos los efectos de vuestra admirable Providencia
seamos socorridos en nuestras necesidades por su intercesión. Os lo pedimos por
nuestro Señor Jesucristo. Amén.
—Rezar a continuación la oración del día que corresponda.
DÍA PRIMERO.
Glorioso San Cayetano, que tanto apreciasteis la práctica saludable de la
oración, que vuestra vida fue una oración continua y a este provechoso
ejercicio dedicabais particularmente hasta ocho horas diarias; haced que
estemos plenamente convencidos que todo se alcanza mediante la oración y nada
se puede esperar sin ella y que todas nuestras oraciones vayan acompañadas de
viva, fe, reverente atención, profunda humildad, filial confianza e inagotable
perseverancia. Amén.
—Concluir con las oraciones finales.
ORACIONES FINALES.
Para alcanzar esta gracia y las
demás que deseamos obtener por intercesión de San Cayetano, rezaremos tres Padrenuestro
a la Santísima Trinidad. Después se dirá la Oración Final, compuesta por San
Cayetano.
ORACIÓN COMPUESTA POR SAN CAYETANO.
“Mirad, oh Señor y
Padre Santo, desde vuestro santuario y lugar excelso donde habitáis en el cielo
y fijad vuestra mirada en esta Hostia Santa que os ofrece nuestro gran
Pontífice vuestro Hijo Santísimo y Señor Nuestro Jesús por los pecados de sus
hermanos, y perdonadnos nuestras muchas culpas. He aquí la voz de la sangre de
nuestro Hermano Jesús que clama a Vos desde la cruz. Escuchad, ¡oh Señor!,
aplacaos, atended y enviad vuestro socorro; no lo retardéis, Dios mío, por
vuestra gran bondad ya que vuestro nombre ha sido invocado sobre nosotros,
sobre esta ciudad y sobre todo este pueblo y obrad con nosotros según vuestra misericordia”.
Oh Dios, Protector de los que en
Vos confían sin cuyo poder y gracia nada existe de bueno y santo; derramad
copiosamente sobre nosotros vuestra misericordia para que, a ejemplo de San
Cayetano, usemos de tal modo de los bienes temporales que no perdamos los
eternos de la gloria. Os lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo. Amén.
DÍA SEGUNDO
Glorioso Protector mío San Cayetano, cuyo amor a Jesús Sacramentado animó
vuestro celo a levantarle suntuosos templos, adornándolos con magnificencia, y
a exhortar a los fieles a que recibieran frecuentemente y con piedad la Divina
Eucaristía; alcanzadnos que por reverencia al Santísimo Sacramento estemos en
el templo con piedad y modestia, y recibamos la Sagrada Comunión con mérito
para la vida eterna. Amén.
—Concluir con las oraciones finales.
DÍA TERCERO
Glorioso protector mío San Cayetano, cuya singular devoción a María os
mereció su protección, particularmente en la hora de la muerte, en la que os
dijo llena de dulzura: “Cayetano, vente conmigo que mi Hijo te espera”;
alcanzadnos de esta bondadosa Madre que la invoquemos en todos los instantes de
nuestra vida y de este modo Ella nos asista ahora y en la hora de nuestra
muerte. Amén.
—Concluir con las oraciones finales.
DÍA CUARTO
Glorioso protector mío San Cayetano que fuisteis acérrimo defensor de la Fe
contra todos los embates de la herejía descubriendo con destreza el virus
emponzoñado del error: haced que apreciemos el don inestimable de la fe, sin la
cual es imposible agradar a Dios, y rechacemos con prontitud y firmeza todas
las sutilezas del error. Amén.
—Concluir con las oraciones finales.
DÍA QUINTO
Glorioso y Protector mío San Cayetano, que tanto os distinguisteis en la
virtud de la esperanza, que rechazaste los medios humanos que os ofrecían los
poderosos de la tierra para el sustento de vuestras comunidades, esperándolo
todo de la Providencia; alcanzadnos que vivamos con la inquebrantable esperanza
de que Dios nos concederá por los méritos de su Divino Hijo la vida eterna
junto con los medios para conseguirla, y que nuestra confianza de alcanzar los
bienes temporales no se vea jamás confundida. Amén.
—Concluir con las oraciones finales.
DÍA SEXTO
Glorioso Protector mío San Cayetano cuya ardiente caridad dilato tanto
vuestro pecho que de él salió vuestro corazón, agitando dos alas maravillosas,
hacia el cielo y perseguisteis siempre a su enemigo mortal, el pecado;
alcanzadnos que amemos a Dios de todo corazón y por Dios a nuestro prójimo.
Amén.
—Concluir con las oraciones finales.
DÍA
SÉPTIMO
Glorioso Protector mío, San Cayetano cuya profundísima humildad os hizo
renunciar las dignidades pontificias y os reprochaba como un gran atrevimiento
el haber recibido la dignidad sacerdotal; concedednos que no merezcamos por
nuestra soberbia que Dios aparte su rostro de nosotros, sino que con nuestra
sincera humildad atraigamos sobre nosotros sus misericordiosas miradas.
—Concluir con las oraciones finales.
DÍA OCTAVO
Glorioso Protector mío San Cayetano, que sufristeis con tanta paciencia
toda vuestra vida, particularmente cuando el saqueo de Roma y fuisteis azotado
y encarcelado por soldados inhumanos; alcanzadnos la gracia de sufrir
pacientemente las adversidades de esta vida. Para así labrarnos una gloriosa
corona en el cielo. Amén.
—Concluir con las oraciones finales.
DÍA NOVENO.
Glorioso Protector mío San Cayetano, cuya perfecta castidad mereció que la
Virgen Madre depositara en vuestros brazos a su Divino Hijo y que vuestro
cuerpo exhalara cierto aroma celestial; alcanzadnos que no manchemos nuestro corazón
con el pecado impuro y que guardemos nuestra castidad con la mortificación cristiana.
Amén.
—Concluir con las oraciones finales.
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