El gloriosísimo evangelista san Lucas, fué natural de la ciudad de Antioquía, e hijo de padres gentiles.
En las letras griegas y elocuencia puso mucho cuidado, y más particularmente
en la medicina, la cual ejercitó, pues san
Pablo le llamó «Médico carísimo ».
También aprendió el arte de pintar, no por oficio, sino como es de
creer, para ocuparse en ello algunos ratos y pasar el tiempo honestamente.
Fué compañero de San Pablo en sus trabajos y
peregrinaciones, y escribió el Evangelio tal cual el apóstol solía predicarlo:
y así como san Mateo lo había escrito en hebreo para los judíos, san Lucas lo
escribió en griego para los gentiles.
SAN LUCAS DISCÍPULO DE SAN PABLO. |
Pero no solamente se valió para ello de las instrucciones de san Pablo, sino
también de los otros apóstoles y especialmente de la sacratísima virgen María, nuestra
Señora, con la cual parece que tuvo mucha familiaridad, y de la cual fué muy
favorecido.
Supo de ella los sagrados y ocultos
misterios de la encarnación del Verbo eterno en sus entrañas, la visitación de
santa Isabel, la santificación de san Juan Bautista en el vientre de su madre,
el nacimiento del Señor en Belén, su circuncisión y la presentación en el templo,
con todos los otros misterios que sólo san Lucas escribe en su Evangelio, y
sola la que era Madre y había sido testigo y tanta parte en ellos los sabía y
se los podía descubrir.
Además
del sagrado Evangelio escribió san Lucas otro libro que se llama «Los Hechos Apostólicos», en el cual comenzando de la venida del Espíritu Santo,
escribe la predicación de los apóstoles, los milagros que hicieron, las
contradicciones que tuvieron de los judíos, las costumbres con que los
cristianos de la primitiva Iglesia vivían, la muerte de san Esteban, la
conversión de san Pablo, cómo Herodes mandó degollar a Santiago el Mayor y
prender al mismo san Pablo y el Señor le libró; y cómo fué compañero de este
santo apóstol.
Va contando su peregrinación, sus trabajos y
persecuciones, de las cuales no pequeña parte le cupo al sagrado evangelista,
hasta que llegaron a Roma, donde estuvo dos años preso el apóstol, y allí pone
fin y remata su libro.
Dice san Epifanio que después de la muerte de los gloriosos príncipes de
la Iglesia san Pedro y san Pablo, san Lucas anunció a Jesucristo con admirable
fruto en Italia, en las Galias, en Dalmacia y en Macedonia, y los griegos
aseguran que también predicó la fe en Egipto, en la Tebaida y en la Libia,
donde derribó ídolos, y levantó altares al verdadero Dios.
Afirma san Jerónimo que murió de edad de
ochenta y cuatro años y que fué virgen toda la vida.
No se duda que murió en Acaya, y que su sagrado cuerpo fué trasladado a
Constantinopla, siendo emperador Constantino, y más tarde a Pavía donde es venerado,
aunque la cabeza se reverencia en Roma en la iglesia de san Pedro.
Reflexión: Entre las cosas memorables y dignas de veneración que
hizo el bienaventurado san Lucas, una fué pintar las imágenes de Cristo nuestro
Señor y la sacratísima Virgen su Madre.
La de la Virgen hoy día está en Roma en la
Basílica de Santa María la Mayor: ha sido siempre
tenida en grande estima y reverencia con gran devoción; y el Señor ha obrado
muchos milagros por ella.
Que no falte una imagen
de María en la alcoba de la familia cristiana, pues esta soberana Señora
derramará sus bendiciones sobre las casas donde sea venerada su efigie.
Oración:
Te suplicamos, Señor, que interceda por nosotros tu
evangelista san Lucas, el cual llevó siempre en su cuerpo la mortificación de
la cruz por la gloria de tu nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
FLOS
SANCTORVM
DE
LA FAMILIA CRISTIANA.
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